LA RELIGIOSIDAD TELÚRICA.

LA RELIGIOSIDAD TELÚRICA

I LOS FACTORES DESENCADENANTES DE LA RELIGIOSIDAD TELÚRICA.

Las dos causas principales de que la religiosidad telúrica esté presente en los milenios posteriores al paleolítico son.

1. La supervivencia de lo paleolítico a lo pospaleolítico.

Tanto el cambio climático como el cultural fueron progresivos, imponiéndose la teoría de la neolitización activa. Los hombres vivieron dentro y fuera de las cuevas y estas además de cómo vivienda fueron usadas también como cementerio y santuario. Esto explica la creencia en la madre tierra como continuidad residual del paleolítico.

2. El sistema de vida agrícola.

El sistema de vida y la constitución familiar influyen en el modo de representar a la divinidad. Con la consolidación del sistema de vida agrícola, va adquiriendo importancia el proceso de la vegetación según las estaciones. Los ejes de la religiosidad telúrica serian la unión de la fertilidad agraria y la fecundidad humana ya que al igual que la tierra, la mujer recibe la simiente. También está la creencia de la subsistencia de algo humano al ser sembrado/enterrado. Se comprende así la creencia en la madre tierra.

II LOS RASGOS CARACTERIZADORES DE LA RELIGIOSIDAD TELÚRICA.

Es una constante religiosa integrada por numerosas religiones donde se dan facetas comunes.

1. La diosa madre tierra.

Es la divinidad suprema. Cambia su nombre según los idiomas de los pueblos pero está concebida como femenina, maternal y telúrica.

El pospaleolítico heredó la figuración de la diosa madre. Se opera en la semejanza de líneas y características de las imágenes. La interpretación básica las vincula con la fecundidad, fertilidad agraria y subsistencia del hombre tras la muerte. El origen, aunque se afirma oriental pudo ser de occidente a oriente y por reflujo retornar más tarde a occidente de nuevo. La diversidad de nuestras necesidades crean la diferenciación cultual, iconográfica y de atributos.

Su venerabilidad en los textos literarios posteriores hace que no sea del todo cierto atribuirle a Homero haber eliminado a las deidades demasiado vinculadas con lo telúrico ya que hay que admitir algunas interferencias en el intervalo entre las últimas tablillas micénicas y Homero.

2. La tierra y la vegetación: Su simbología religiosa y deificación. 

La religiosidad telúrica se extasiaba ante el alumbramiento de la vegetación y el estallido de la naturaleza cada primavera.

a) Su representación teriomórfica o animal: La serpiente y el toro son las dos figuraciones principales de la diosa madre.

1-La Serpiente: Animal telúrico por antonomasia por invernar (como muerto) en las entrañas de la tierra, en primavera revive (cambia la piel), sale de la tierra y se arrastra sobre ella. Ha dejado su huella en todos los lugares europeos, asiáticos, africanos, americanos y australianos en los que la cultura y religiosidad telúrica tuvo o conserva su vigor. Se le relaciona con:

-La fertilidad agraria por brotar del seno o entrañas de la tierra tras la invernación.

-La fecundidad humana como expresión de la vida que se transmite, del acto generativo más que en lo erótico y sexual.

-La salud. El rito de la incubación siempre realizado en templos de deidades telúricas. A quien soñaba que una serpiente le lamia las heridas, quedaba curado y es por esto que es el emblema de la farmacia.

-La subsistencia tras la muerte, ya que la serpiente abunda en relieves funerarios en la que el alma, encarnada en la serpiente, subsiste en las entrañas de la tierra.

La mántica o adivinación. Según los indicios, originariamente la adivinación era por deducción, mediante la observación de los movimientos de la serpiente, modo de comer, etc.,

2-El Toro: Dotado de virtudes similares a las de la serpiente de fecundidad, fertilidad de la mujer, etc., Tanto el toro, la serpiente, el triangulo invertido, etc., sobreviven desde el paleolítico hasta los prieros siglos cristianos.

b) La representación antropomórfica de la vegetación: Preferentemente representada por una divinidad masculina unida a la diosa madre. Del arquetipo dios que muere y resucita en sincronía con el proceso de la vegetación. El proceso de antropomorfización de los animales telúricos se acelera con la irrupción de los pueblos de religión celeste. En el caso de la serpiente la desacralización se dio ya representándose en forma humana y su presencia se resume a símbolo y atributo en emblemas de divinidades celestes. Se convierte en objeto de temor religioso y se cambia completamente de sagrada a peligrosa personificándola como Satanás en la doctrina cristiana.

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