LAS NUEVAS INSTITUCIONES FORMADORAS DE DOCENTES

LAS NUEVAS INSTITUCIONES FORMADORAS DE DOCENTES: ESCUELAS NORMALES RURALES Y ESCUELAS REGIONALES CAMPESINAS.

La primer escuela normal rural se abrió en Tacámbaro, Michoacán y para 1932 ya había 17 normales rurales. Las normales debían preparar maestros para enseñar a los niños de las comunidades rurales. Enrique Rébsamen comenzó en Veracruz y limito sus actividades a los centros urbanos.

Moisés Sáenz, tenía en mente tres objetivos. Uno era preparar maestros rurales, dos darles una preparación formal, y tres que las normales se incorporaran en su programa a las pequeñas comunidades circundantes. El esquema de las normales que se organizaron para alcanzar estos objetivos exigia tierras de cultivo y el equipo necesario para un programa agrícola que daría a los alumnos la oportunidad de adquirir el conocimiento práctico y la experiencia necesaria en la comunidad rural. Eran instituciones pequeñas, equipadas para 100 alumnos con cuatro años de educación rural. Ante la necesidad de capacitar maestros en el tiempo más corto posible, el programa de las normales se limitó a dos años; se daban cursos de historia, aritmética, literatura, música, arte y ciencias sociales. Esperaban ofrecer actividades vocacionales, cursos de práctica agrícola y de ciencias domésticas, de oficios y de industrias caseras.

Narciso Bassols declaraba que el deber del maestro era guiar y modelar el progreso económico y social de las comunidades, lo que no lograría sin una preparación adecuada. El uso eficiente de la tierra requería de hombres y mujeres que conocieran

las técnicas modernas, para capacitarlos se establecieron escuelas agrícolas, la primera en 1925. Ofrecieron tres años de preparación práctica y de experiencia en agricultura, aproximadamente para 200 estudiantes de las comunidades rurales. Su objetivo era enseñar técnicas agrícolas modernas a pequeños agricultores y a ejidatarios. Al recibir sus diplomas, los alumnos recibirían tierras de las autoridades agrarias, y los fondos para comprar equipo y materiales de los bancos ejidatales.

La política de la escuela estipularon que solamente podían asistir a las centrales los hijos de ejidatarios y de pequeños agricultores de la región.

En 1929 se estipulaba la concesión de becas en la escuela nacional de agricultura de Chapingo a todos los egresados de las centrales. De esta manera, las centrales se convirtieron en escuelas profesionales, a las que acudían todos los que deseaban obtener una educación técnica superior.

Bassols y sus colaboradores insistían en que en la educación del campesino tenía que subrayar el aspecto económico, es decir, ayudar en las necesidades vitales de la clase rural. Con este objetivo, los maestros rurales, tuvieran una ideología y una preparación especial. Para ello se estableció la escuela central campesina, que reunía las normales y las centrales. La regional campesina era un internado para ambos sexos, equipado para recibir entre 100 y 200 alumnos. Su programa de dos años se centraba en la agricultura y en la pequeña industria. Las campesinas y las normales compartían el mismo nivel de reconocimiento. Para el estudiante talentoso que no quería enseñar, pero que deseaba continuar su preparación,

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