Las nuevas instituciones formadoras de docente: escuelas normales rurales y escuelas regionales campesinas

Tema 5. Las nuevas instituciones formadoras de docente: escuelas normales rurales y escuelas regionales campesinas.

LECTURA 5:

LAS ESCUELAS PARA MAESTROS Y PARA CAMPESINOS

La primera escuela normal rural, se abrió en Tacámbaro, Michoacán y para el año 1932 ya había 17 normales rurales. Y a diferencia de las escuelas de la capital que preparaban a los jóvenes para educar a los alumnos de las ciudades de provincia, estas normales preparaban a los maestros para educar a los niños de las comunidades rurales. Aunque el educador suizo Rébsamen, introdujo a México en 1890, métodos de capacitación modernos, no se pudo hacer un programa para las zonas rurales; pues limitó las actividades a los centros urbanos. Los hombres que las proyectaron, tenían en mente tres objetivos básicos:

-. Preparar maestros rurales para enseñar en los miles de salones de clase que se esperaba construir.

-. Darles esa preparación ya que había cientos de maestros sin preparación formal para realizar su tarea.

-. Que las normales incorporaran en su programa a las pequeñas comunidades circundantes.

Pero el esquema de las normales que se organizaron para lograr dichos objetivos, exigían tierras y el equipo necesario para el programa agrícola y así preparar a los alumnos en el conocimiento y la practica junto con la experiencia necesaria para las comunidades rurales. Las normales eran instituciones pequeñas, podían recibir aproximadamente a 100 alumnos con cuatro años o más de educación rural. Ocho instructores daban cursos de historia, aritmética, literatura, música, arte y ciencias sociales. Las prácticas se realizaban en las escuelas vecinas. Además del programa académico pedagógico, los arquitectos de las normales esperaban ofrecer, cursos de práctica agrícola y ciencias domésticas, de oficios y de industrias caseras. Algunas escuelas normales se establecieron en haciendas o conventos abandonados o parcialmente destruidos. La política del programa requería de los aspirantes cuatro o seis años de estudio previo, a lo cual las escuelas normales no ofrecían, así que se seleccionaban a los estudiantes precedentes de las zonas urbanas o semiurbanas, para que al finalizar sus estudios tuvieran la edad suficiente para enseñar, la edad mínima para ingresar se fijó entre 14 y 16 años, por esta condición hacía más difícil encontrar aspirantes en la zona rural. Las normales que preparaban a los maestros de las ciudades tampoco dieron el tipo de educación delineado en su esquema, pues la mayoría de los instructores sabían poco del trabajo agrícola, y los pocos agrónomos no estaban familiarizados con las características locales. Al mismo tiempo que los institutos para capacitación del maestro, se desarrollo el sistema de Escuelas Centrales Agrícolas, la intención no era solo de producir maestros sino también de agricultores. Se establecieron escuelas agrícolas, la primera en 1925 y cinco mas en los siguientes siete años, ofrecían tres años de preparación practica y de experiencia en agricultura, su objetivo era enseñar técnicas agrícolas modernas a agricultores y pequeños ejidatarios, al recibir sus diplomas las autoridades ejidatarias les regalaban tierras y el banco ejidatario les otorgaba fondos para comprar equipo y materiales. Los que formularon la política de la escuela estipularon que solamente podían asistir a las centrales los hijos de ejidatarios y de pequeños agricultores de la región. En 1932 las centrales se integraron a la secretaria de educación. La diversidad del nivel escolar de los alumnos complicaba el panorama. El decreto de 1929, estipulaba la concesión de becas en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo a todos los egresados de las centrales, después estas se convirtieron en escuelas preprofesionales a las que podían acudir todos los que quisieran obtener una educación técnica superior.

Tema 6. Práctica docente y papel social del maestro.

LECTURA 6:

LOS MAESTROS Y LA PRÁCTICA DE LA EDUCACIÓN SOCIALISTA.

El ambiente para aplicar la educación socialista no era el más propicio, ya fuera por la oposición de los padres de familia, ya por la iglesia, por la situación del magisterio, el desconocimiento de la nueva doctrina y algunas otras causas.

Desde 1934 el profesor Rafael Molina Betancourt, nombrado inspector general comisionado por el candidato Cárdenas, rindió a éste un informe sobre la situación educativa en algunos estados. El inspector general señalaba que en Chiapas, por ejemplo, la mayoría de las escuelas de Tapachula y Tuxtla parecían gallineros, mientras que el gobernador terminaba un palacio construido con artísticas incrustaciones y diversas y finísimas maderas. La acción social de las escuelas locales era nula y, en el aspecto docente, intelectualista y rutinario. En cambio la acción docente de las escuelas federales, que estaba mejor orientada, era obstruida por el criterio retardatorio de las autoridades subalternas o por la falta de apoyo del gobierno federal. Sin embargo, el principal problema educativo de Chipas consistía en la existencia de grandes conglomerados de indígenas, a quienes nunca se había dirigido

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