LOS CONTEXTOS MEDIEVAL Y RENACENTISTA

ESPIRITUALIDAD E INDIVIDUALISMO

LOS CONTEXTOS MEDIEVAL Y RENACENTISTA

La Alta Edad Media (476-1100)

Aunque tradicionalmente el fin de la civilización clásica se fecha en el año de 476 d. C., en los últimos años del impero Romano, entre finales del siglo III y el siglo IV, se observa ya un modo de vida características medievales. El declive económico obligó a los pequeños agricultores a atarse legalmente a sus tierras, lazo que derivó en servidumbre. A medida que el control de Roma sobre sus provincias iba disminuyendo, aumentó el liderazgo autónomo local, lo que condujo al feudalismo. La caída del mundo romano se hizo evidente cuando una economía de trueque empezó a sustituir a la economía montería del imperio, las comunicaciones se interrumpen, el ejército imperial dejo dejó de ser un ejército voluntario de ciudadanos romanos y se fue transformando en un ejército mercenario de bárbaros, disminuyó la población y el imperio oriental, con su emperador y capital propios en Constantinopla, extraía tesoros y recursos del imperio europeo u occidental, para mantener su nivel de vida.

Europa perdió el acceso a casi toda la literatura griega y romana, motivo por el que a la Alta Edad Media se la denomina también, en ocasiones Edad Oscura . Si pudo conocerse una obra de Platón, El Timeo, que ejerció una gran influencia en el pensamiento medieval. Esta obra es la única incursión de Platón en la filosofía natural.

La Alta Edad Media fue incluso un período de avances tecnológicos. Se inventaron por ejemplo el arado y el arnés de caballo modernos, que abrieron nuevos caminos a la agricultura y mejoraron la producción. Aunque este es un período de declive económico, demográfico e intelectual, de las cenizas el imperio empezaba a surgir una nueva y creativa social.

A finales de la Alta Edad Media comenzó en Europa una importante tradición intelectual, la aplicación de la razón filosófica a la teología, propuesta por San Anselmo de Canterbury, que la definía como la fe en busca de la razón, proponía argumentos estrictamente filosóficos para apoyar las creencias cristianas, por ejemplo el argumento ontológico para demostrar la existencia de Dios, un argumento que afirmaba que podemos concebir a un ser absoluto perfecto –Dios- y que dicho ser debe existir, puesto que de no ser así no sería perfecto. No se basaba ni en las escrituras ni en ninguna autoridad, sino sólo en la lógica.

La Baja Edad media (1100-1350)

La economía y la población comenzaron a recuperarse alrededor del año 1000, iniciándose así la Baja Edad Media, que duró aproximadamente hasta el año 1350. La aparición de las primeras ciudades y la creatividad tecnológica que éstas acarrearon constituyeron la clave del desarrollo económico de la época. Las ciudades fueron importantes por muchas razones, contribuyendo cada una individualmente a que la vida de Europa fuera diferente. El auge de las ciudades europeas fue el punto de inflexión de la historia mundial. Las ciudades eran autónoma, no estaban controladas ni por señores feudales ni por la Iglesia. Los ciudadanos no tenían obligaciones feudales. Los ciudadanos de Europa fueron los primeros hombres de negocios, entendiendo por negocios el comercio y la búsqueda de beneficios. Los griegos y los romanos no pensaban en términos económicos. Los burgueses de las ciudades sí. Empezaron a desarrollar instrumentos comerciales modernos como el crédito o las empresas. Finalmente en su búsqueda de beneficios y productividad los ciudadanos abrieron sus puertas a la tecnología; el desarrollo de las ciudades, del comercio y de la tecnología sólo tuvo lugar en Europa.

La baja edad media fue también un período de creatividad en el campo de la filosofía y la creencia occidental. Se recuperaron numerosas obras griegas, sobre todo las de Aristóteles, y se crearon instituciones fundamentales para el desarrollo de la ciencia moderna. Se construyeron las magníficas iglesias románicas y góticas y comenzaron a definirse las formas políticas modernas, especialmente en Inglaterra, con documentos como la Carta Magna que limitaba el poder real. También se incrementó la expresión literaria del individualismo con personajes dramáticos y literarios estereotípicos que se fueron convirtiendo en personas muy humanos.

El Fin de la Edad Media (1350-1600)

La peste negra (o peste bubónica) marcó claramente el fin de la baja edad media. La peste asoló Europa, matando casi a un tercio de su población y engendrando un miedo e incluso pánico, totalmente comprensibles. Al mismo tiempo aumentó la tensión entre los liíeres seculares y los religiosos. La reforma de Lutero puso en duda la autoridad de la iglesia católica, incuestionable en los años anteriores. Fue un período turbulento pero tampoco faltó en él la creatividad. El período final de la edad media funde con el renacimiento, cuando se recuperan las obras literarias griegas y romanas, además de las obras sobre filosofía y ciencia que se habían traducido durante la Baja Edad Media. Fue un período de destrucción creativa, durante el que se resquebrajaron las anquilosadas estructuras del feudalismo y la autoridad de la iglesia dejando el camino despejado para el nuevo modo de vida que comenzaría a instaurarse en el siglo XVII.

Psicología Medieval

Puesto que durante la Edad Media la obtención de conocimiento estaba dirigida hacia la religión y la espiritualidad en general, se presentaron dos visiones la visión neoplatónico-agustiniana y la visión aristotélico-tomista con las que el hombre conocía su mundo exterior, su entorno.

Visión neoplatónico-agustiniana

En la Alta Edad Media la visión que tuvo auge fue la neoplatónico-agustiniana, la cual parte de las ideas de la introspección de San Agustín, un santo y padre de la iglesia católica. San Agustín decía que por medio de nosotros mismos podemos conocer a Dios, o sea, aplicando la introspección conocemos nuestra alma y a través de ella a Dios, porque Dios está presente en todas las almas. Por otra parte, estaba basada también en el neoplatonismo, doctrina filosófica que consiste en una interpretación del platonismo (de Platón) dirigida a la religión, que era el tema central de la época. El neoplatonismo afirmaba que los seres humanos como animales racionales somos semejantes a Dios y en cuanto a nuestro físico semejantes a los animales. Es decir, que situaba a los hombres en un lugar intermedio entre Dios (ente metafísico) y los animales (mundo físico).

Esta diferenciación de los seres humanos y los animales se vio marcada por Avicena, un filósofo, en su esquema de facultades mentales. Este personaje propuso las facultades mentales como una serie de capacidades que tenemos los hombres para percibir el mundo. Únicamente para percibir

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