LUCHAS CAMPESINAS
Enviado por avionetota • 7 de Marzo de 2014 • 2.258 Palabras (10 Páginas) • 265 Visitas
LUCHAS CAMPESINAS Y LEY DE TIERRAS
SISTEMA DE PROPIEDAD Y PRODUCCION RURAL ACTUAL DE VENEZUELA
La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario fue elaborada dentro de la Ley Habilitante y promulgada el 10 de diciembre del año 2001. Con esta Ley desaparece el Instituto Agrario Nacional y se crea el Instituto Nacional de Tierras.
Desaparecen los grandes latifundios y se incorpora al sector agrícola al proceso de producción. Con esta Ley deja de ejercer la Ley de la Reforma Agraria.
Se crea el Registro Agrario, como oficina dependiente del I.N.T. y se elaboran normas para una mejor producción.
Junto con eI I.N.T. se crea el Instituto Nacional de Desarrollo Rural, para contribuir con el desarrollo rural integral del sector agrícola.
Principales Limitaciones de la Producción rural:
- Bajo rendimiento por área sembrada. Lógicamente, este problema se encuentra asociado a la limitada disponibilidad de recursos con que cuentan los pequeños productores. Generalmente las tierras a las que tienen acceso son de inferior calidad que las de la agricultura empresarial, y su ubicación no es la mejor; tiene suelos poco fértiles y quebrados, y no disponen de vías de acceso convenientes a los mercados y de otras obras de infraestructura, tales como canales de riego, drenaje y tendido eléctrico.
- No disponen de una oferta tecnológica apropiada a sus condiciones de producción y enfrentan grandes limitaciones para acceder a la tecnología disponible en el mercado, por sus altos costos y carencia de asesoramiento profesional para darle un uso adecuado.
- No tiene facilidades para ser sujeto de crédito institucional, que le permitan realizar inversiones y comprar insumos para aumentar sus rendimientos. Para el caso de unidades productivas encabezadas por mujeres, los impedimentos jurídicos restringen aún más el acceso a recursos económicos.
- No existe atención técnica o financiera: porque tiene rendimientos bajos, lógicamente, ese círculo se romperá en el momento en que se definan y pongan en marcha políticas específicas dirigidas a resolver esas limitaciones, que tomen en cuentas la gran diversidad de situaciones económicas, sociales, jurídicas y culturales que se presentan dentro de este gran segmento de la población rural.
- Limitado acceso a la educación, que reduce el potencial de las pequeñas unidades agrícolas para participar en el desarrollo local y nacional. Existen altos niveles de analfabetismo en las zonas rurales, que afectan en mayor medida a las mujeres. Impiden a la población campesina beneficiarse con la información y los conocimientos técnicos necesarios para emprender su actividad productiva de manera más eficiente y elevar su nivel de organización.
- Ausencia de programas sistemáticos que capaciten a los jóvenes, mujeres y hombres en el uso de técnicas productivas modernas y la aplicación de conocimientos actualizados sobre la realidad social y económica en la que se desenvuelven sus vidas.
- A veces por temor o prejuicio, las familias campesinas limitan la intervención de sus miembros en actividades organizativas y productivas, que podrían permitirles una mejor posición para mejorar sus niveles de vida y participación. Esto es especialmente cierto con respecto a las mujeres, dado el fuerte arraigo en la cultura rural de concepciones y posiciones machistas.
- La baja o nula capacidad de ahorro es otra barrera que reduce el potencial campesino en el desarrollo agropecuario. La pobreza en la que viven sus unidades económicas dificulta, en la mayoría de ellas, la posibilidad de ahorrar o realizar nuevas inversiones que eleven su productividad, en especial en esta época de fuerte crisis económica y severos programas de ajuste económico. Aquellos que logran de manera regular retener excedentes cuentan con bases más adecuadas para alcanzar rendimientos y niveles de productividad crecientes que les permitirán acumular recursos productivos y obtener niveles superiores de vida. Sin embargo, su producción y los ingresos que perciben por la venta de sus productos y, muchas veces, por la venta estacional o permanente de fuerza de trabajo, les permite, a duras penas, sobrevivir y reponer los recursos productivos necesarios para emprender un nuevo ciclo productivo. El precario equilibrio en el que se debaten, en su mayoría, las unidades campesinas, genera en éstas una explicable lógica de disminución del riesgo, que las coloca en una perspectiva inmediatista. Esta situación genera en los productores una explicable lógica de resolver los problemas inmediatos, sin preocuparse mucho de las consecuencias o resultados de sus acciones en el largo plazo. Esta perspectiva inmediatista puede ser calificada por cualquier observador superficial como "una actitud conservadora propia del campesinado", cuando en realidad se deriva de las circunstancias y condiciones desventajosas que lo rodean.
- Condiciones de desigualdad en la relación con los recursos productivos nacionales y con los mercados que limitan la capacidad para generar más valor. Carecen de recursos y condiciones de manejo del producto después de la cosecha, tales como sistemas de procesamiento que les permitirían agregar más valor a su producto y/o lograr mejores precios de venta. Debido al limitado acceso a prácticas adecuadas de producción, la sobreexplotación del terreno en muchos casos el único recurso que le queda al campesino para asegurar su supervivencia, limitan el desarrollo de prácticas más adecuadas de conservación y buen manejo de los recursos naturales, los cuales se enmarcan en acciones cuyos resultados sólo se vuelven perceptible en el mediano y largo plazo. El manejo de los bosque, la conservación de suelos y el desarrollo de prácticas y sistemas de producción que garanticen un uso más adecuado de los recursos naturales, requieren condiciones de producción más holgadas. Además la reducida capacidad de negación política y social , los órganos de poder político local y nacional no le han concedido la atención que le corresponde. Es sabido que la presencia política de un sector de la sociedad no depende de su tamaño, sino de la capacidad para generar organizaciones y mecanismos de negociación que le permitan definir, de manera más equitativa, las condiciones de participación en le desarrollo social y económico del su país. Con frecuencia se observa en las organizaciones rurales formas de liderazgo autocrático e impositivo, o mecanismos de subordinación a lealtades, instituciones o grupos ajenos a los pequeños y medianos productores, que impiden su participación y distorsionan la representación de sus verdaderos intereses. La organización es una condición básica para que este grupo social abra un espacio más amplio y equitativo de participación en le desarrollo. Sin embargo, la formación
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