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La Clausura Semiotica


Enviado por   •  18 de Junio de 2012  •  994 Palabras (4 Páginas)  •  2.071 Visitas

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La clausura semiótica:

Según la teoría de las categorías, es el Segundo el que esta ligado a las existencia, al hecho, al evento “en bruto”.

Siendo lo Segundo del signo su objeto, se podría concluir que es el Objeto el elemento real determinante del signo. Existen textos de Peirce que justifican esta interpretación. En su carta a Lady Welby, Peirce dice que es el objeto quien determina el signo, determinando este ultimo, a su vez, al interpretante. La realidad de los signos reposa sobre la determinación que el objeto opera sobre el signo.

Esta lectura choca con grandes dificultades. Se contradice con la jerarquía de las categorías: “todo tercero supone un primero y un segundo; todo segundo supone un primero; un primero no puede por si mismo dar vida a un segundo ni a un tercero; un segundo no puede por si mismo producir un tercero”. Estas son las reglas que restringen las categorías. De los tres componentes, el signo e si miso es el único que puede ser un Tercero. Es decir, que en la relación triádica que es un signo, es el signo el que determina los otros dos componentes (el objeto y el interpretante). Esta conclusión, ¿esta en contradicción con sus afirmaciones citadas anteriormente, acerca del papel determinante del objeto?. No lo creo. No resulta contradictorio decir que el objeto determina al signo. ¿Cómo se puede comprender esta ultima afirmación?. Solo se la puede entender a la luz de los principios acerca de la jerarquía de las categorías: si se dice que el objeto determina al signo, no se puede entender por “objeto” un segundo propiamente dicho. Siendo un segundo un objeto, no puede producir ni determinar jamás un signo, que es un Tercero.

Si se puede decir de un objeto que determina un signo, es porque el objeto mismo, como el representamen y el interpretante, es un signo.

La función esencial de un signo es la de hacer eficientes las relaciones ineficientes.

Siguiendo a Peirce, llamamos al modo de representación del objeto en el signo, el objeto inmediato. Pero el signo no solo representa su objeto de una cierta manera; también representa su propia relación con el objeto: contiene, de alguna manera, una representación de segundo grado, una representación de la relación entre la representación y le objeto. ¿De donde viene esta segunda representación? Es impuesta a cada signo particular por el funcionamiento de la semiosis: es precisamente en ese sentido que se puede decir que el objeto determina el signo, pues del hecho de que el signo representa siempre su objeto de una cierta manera, se sigue que el objeto desborda el signo: un signo dado, o un conjunto cualquiera de signos, no puede representar “el todo” del objeto. Esta representación de segundo grado debe necesariamente, en consecuencias, representar el objeto como independiente del signo. Con Pierce, llamamos a este desbordamiento del signo por el objeto, desbordamiento que también debe estar representado en el signo, el objeto dinámico.

El objeto inmediato y el objeto dinámico son producidos son producidos por la semiosis. El objeto dinámico no es independiente de la semiosis, de la Terceridad. Pero en el plano del funcionamiento de cada signo particular,

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