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La Cortina Del Nopal


Enviado por   •  1 de Marzo de 2015  •  4.188 Palabras (17 Páginas)  •  594 Visitas

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“ATAQUÉ CON VIRULENCIA EL ARTE FOLKLÓRICO, SUPERFICIAL Y RAMPLÓN”

José Luis Cuevas:

Mi manifiesto titulado La cortina de nopal publicado por primera vez en el suplemento cultural de Novedades "México en la Cultura” en 1951, cuando lo dirigía Fernando Benítez. Después fue traducido a! inglés y reproducido en la revista "neoyorquina de vanguardia Evergreen Review. Más adelante lo incluiría en mi "autobiografía precoz" Cuevas por Cuevas que publicó ERA en 1965.Fue un artículo anticonformista, en contra -de la llamada Escuela Mexicana de Pintura y del nacionalismo feroz que ejercían los intelectuales de la época. El título de La cortina de nopal se popularizó pronto e incluso fue usado con cierra frecuencia en publicaciones norteamericanas cuando querían referirse al nacionalismo latinoamericano. He leído que una película que actualmente prepara Luis Valdés llevará el título de La cortina de nopal. Este director chicano es famoso por sus filmes Zoot Suit y La Bamba. La cortina de nopal fue el primer manifiesto efectivo en contra de la pintura mexicana que negaba toda influencia extranjera para exaltar todo lo nuestro. Sería el comienzo de una serie de artículos en los que ataqué con virulencia el arte folklórico, superficial y ramplón que se hacía en México y cuyo pontífice supremo era Diego Rivera. Yo tenía entonces 22 años de edad y mi obra va había sido expuesta en Nueva York y en Paré. En México y en el extranjero se me veía como un joven iracundo y esto me costaría ser rechazado por mis compatriotas y ser aceptado en centros neurálgicos del arte en los Estados Unidos y Europa, donde las actitudes rebeldes de los jóvenes empezaban a ser recibidas con entusiasmo. Dentro de Latinoamérica fui un precursor y en los Estados Unidos mi actitud era. comparada a la que en el cine asumía James Dean o en la música popular Elvis Presley.

Recuerdo que por esos años fui a Colombia. En Bogotá se hablaba del "Cuevismo", sinónimo de rebeldía. El poeta colombiano Gonzalo Arango dijo que por mi actitud iconoclasta le recordaba a Jean Genet.

Pienso que mi actitud sana y juguetona de derrumbar a tantos ídolos de la cultura nacional sirvió de mucho y contribuyó a la transformación del ambiente

En un libro de Selden Rodman titulado Mexican Journal, Diego Rivera al ser entrevistado por el autor me injuria duramente, mientras Siqueiros, Leopoldo Méndez y algunos pintores del Frente Popular de Artistas Plásticos en México se referían a mí en términos despreciativos. Rivera aseguraba que mi prestigio era efímero y mis golpes en nada dañaban al poderoso y pétreo muralismo, que por cierto, ya había caído en un academismo monolítico y aburrido. Tuve a Tamayo como ejemplo para mi actitud rebelde, aunque él no fuera polemista, aunque no se expresara verbalmente y prefiriera vivir un autoexilio silencioso en Nueva York o en París. Pero el hecho de ser un opositor, a través de su obra, de la Escuela Mexicana de Pintura, me llevaba a admirarlo y a tornarlo corno bandera.

Creo que es necesario repetirlo: el primer opositor teórico que tuvo el arte

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indigenista y político de México fui yo, porque Tamayo vivía amordazado y fue hasta muchos años después, cuando México le abrió las puertas y lo entronizó como gran figura del arte nacional, que empezó a hablar y a decir cosas que antes no se había atrevido.

27. José Luis Cuevas: CARICATURA. 1956. Tinta sobre papel, 26 x 33 cm. Colección Carlos Monsiváis

Mi generación está constituida por brillantes artistas que, fastidiados del realismo de la Escuela Mexicanista, optaron por el abstraccionismo. Me parece muy acertado llamar a esta generación a la que pertenezco la de la "Ruptura", porque efectivamente todos abrimos nuevos caminos para el arte en México. A partir de nosotros la plástica nacional sufrió un cambio y las generaciones más re-cientes mucho nos deben por ello.

Yo crecí con Felguérez, con Vicente Rojo y con Gironella. De estos tres sólo el último ha sido y sigue siendo figurativo. Toledo aparece algunos años después. El nace seis años después que yo.

Una de las características de nuestra generación es la necesidad de salir, de viajar, de conocer otras culturas. Quizá fuimos un poco como los Contemporáneos, ya que nos nutrimos del arte universal, en mi caso siempre hubo ese rasgo muy mexicano, la ferocidad en mis actitudes y en mi propia obra. Como mexicano que soy, a lo largo de mi vida he tenido una preocupación despiadada y cruel por la verdad, como lo dijera el poeta francés Philipe Soupault en la primera monografía que sobre mí se publicó en francés, en 1955.

FEBRERO DE 1988

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LA CORTINA DE NOPAL

José Luis Cuevas

No pretendo ningún liderato juvenil ni trato de reclutar rebeldes con que atacar el infecto bastión de Bellas Artes. Me conformo con decir lo que siento que es, sin lugar a dudas, el mismo sentir de otros individuos de mi generación, tanto en el arte como en diferentes actividades intelectuales. Si mis declaraciones pueden ahora, o más tarde, servir de algo a los nuevos creadores, me sentiré satisfecho de haber cumplido con un deber. En caso de que nadie continúe en el futuro lo que yo ahora he insinuado, también quedaré satisfecho, aunque toda mi generación se acomode y prefiera, por cobardía, permanecer hundida en d lodazal. Me satisfará la idea de que, al menos ante mi conciencia, exterioricé mi inconformidad con una situación putrefacta de las llamadas actividades cultas.

No puedo intervenir en otros campos. Permítanme limitarme al mío, pero esta vez, voy a emplear una forma narrativa, con el fin de que mi idea sea más coherente. Así pues, comienzo mi relato, ceñido únicamente a las artes plásticas:

Juan es un escuintle de quince años. Su padre es zapatero o plomero u oficial de secretaría, de esos que por diez pesos de mordida le resuelven a uno, dentro del término legal, lo que sin mordida torna impunemente vanos meses.

Juan nació con una facultad que, no se sabe por qué raro legado antiguo, ocurre con mucha frecuencia en la población de la República Mexicana (esta facultad, debo anti-ciparlo, no es la de la mordida, institución nacional que circula por la sangre de todo el país); es una facultad para crear otro mundo que no es el conocido, para crear el mundo del arte.

Juan se destaca en la primaria haciendo sus dibujos con bastante competencia. Un inspector escolar ve los dibujos de Juan y le recomienda a su maestro que lo estimule. Esto sucede sin interrupción, y un día, corno premio, Juan entra a una escuela de arte. Vamos a fingir que se trata de La Esmeralda, para precisar mejor la fábula. Juan pasa por todas las clases con igual competencia que la que le asistió en

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