La Educacion privada en mexico LA EDUCACION PRIVADA EN MEXICO

LA EDUCACION PRIVADA EN MEXICO

Hablar acerca de la educación Privada en México, no es un tema de este siglo, esta forma de educación que los particulares pueden impartir en todos los grados y niveles de la Educación Básica, es un tema que se remonta a la época de la colonia cuando los llamados preceptores se ocupaban de la educación individual de niños, niñas y jóvenes, en los albores de la colonización la Iglesia fue asumiendo el cacicazgo en lo que a la educación se refiere, y fueron sus iglesias sus primeras instituciones y los clérigos los primeros docentes con la preparación y autorización de la corana española los encargados de tan ardua labor, sin embargo, la educación no era para todos los individuos, solo algunos gozaban de tan fino privilegio.

En los países de habla hispana la educación encontró eco y  su razón de ser en la tradición católica, sin embargo tras la independencia México independiente, fue el Estado quien se  responsabilizó de todo el proceso educativa, del país, la iglesia continuo con sus funciones educativas pero ahora bajo la vigilancia del Estado, se insistió que debería continuar desarrollando tareas educativas para cubrir la demanda de las escuelas de primeras letras. El estado se encargó de expedir varios decretos  exigiéndole  a la Iglesia que cumpliera con su  obligación de abrir escuelas gratuitas de primeras letras, (llamadas desde tiempo atrás "escuelas pías"), no sólo en los conventos, sino en cada parroquia. El interés del Ayuntamiento era obvio, pues a través de esta instancia, la Iglesia ofrecía educación gratuita a los niños sin recursos.

Sin embargo, por razones de status social, empezaron a tomar auge las escuelas particulares, ya que las gentes que pertenecían a cierto nivel social no mandaban a sus hijos a las escuelas públicas, fue así, como el concepto de educación particular empieza a adquirir sentido más por razones de pertenencia a un estrato social determinado que por cuestiones ideológicas. Los maestros particulares, que daban clases de baile, música o dibujo a domicilio - y que siempre habían existido- así como los ayos, dedicados a la educación de niños de la aristocracia dentro de sus propios hogares, hacia 1830 empiezan a abrir escuelas reforzadas con la llegada de maestros franceses para un alumnado capaz de sostenerlas, sin recibir ningún subsidio del gobierno. Estos establecimientos se consideraron entonces como escuelas privadas, en tanto que las de la Compañía Lancasteriana y las de los conventos y parroquias eran gratuitas y por lo tanto públicas; sin embargo, esta distinción económica no las excluía de la vigilancia del Estado, en el sentido de que no podían enseñar nada contrario a la moral ni a las reglas del gobierno.

Los colegios privados en su mayoría eran manejados por la iglesia, y ellos se reservaban el derecho absoluto para aceptar o rechazar a algún estudiante, después de la Revolución, Carranza propuso que la Iglesia continuaría dando el servicio educativo y que esta seria autónoma, es decir,  el laicismo se aplicaría sólo en las escuelas dependientes del gobierno; las instituciones particulares quedaban en entera libertad de acción y el Estado no tenía derecho de intervenir en las políticas educativas de éstas.

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