La Enseñanza Del Español En El Nivel Preescolar
Enviado por luly • 6 de Abril de 2014 • 389 Palabras (2 Páginas) • 450 Visitas
LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL EN EL NIVEL PREESCOLAR
Es una verdad demostrada que, en los 5 primeros años de vida, los niños están capacitados para aprender lenguas sin ser conscientes en absoluto de su aprendizaje. De los 6 a los 13 años, ya no aprendemos “como esponjas”, aunque los niños de esa edad tienen a su favor que todavía no cuestionan la lógica de las formas y las estructuras, todavía no comparan el nuevo idioma con el suyo propio y aún no se resisten a aceptar estructuras y sonidos nuevos ajenos a su sistema lingüístico.
En la etapa de preescolar, la facilidad de aprender es tan sorprendente, sin embargo, como la rapidez y la facilidad para olvidar, por eso si damos clase a niños tan pequeños es fundamental no bajar la guardia y ser rigurosamente constantes, porque si en el aprendizaje no hay constancia no habrá tampoco grandes resultados.
De 2 a 6 años las actividades que realicemos deben ser fundamentalmente significativas, es decir, con contenidos familiares al niño: las estaciones del año, los cinco sentidos, los cuatro elementos, la familia, el entorno escolar, la calle y el parque, actividades de columpios y juegos. Para que sean significativas, claro está, el profesor ha de tener capacidad de empatía, de improvisación y de adaptar las actividades que haya preparado, porque con niños tan pequeñitos no es recomendable hablar de lluvia en un día que haga sol.
El niño de estas edades disfruta de la memorización y la reproducción de canciones, textos rimados, pequeños poemas…También responde con interés a la explotación de cuentos que conoce bien en su lengua materna.
En los primeros años de la etapa infantil, las actividades se realizan aparentemente en grupo, pero el alumno no interactúa en realidad sino que actúa en grupo, de ahí la idoneidad de canciones, recitación de poemas y juegos en corro. En esta edad tan temprana, pueden emplearse métodos inspirados en el famoso “total physical response” creado por James Asher, que se basa en la participación cinética del niño. Por ejemplo, para enseñar imperativos nos centramos no en la producción oral, sino en que el niño comprenda el significado de nuestros enunciados mediante la imitación de los gestos que los acompañan. Así, enseñamos “cierra la puerta”, “abre la ventana” ejecutando las acciones de cerrar y abrir para que el niño recuerda su significado “físicamente”.
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