La Evaluación De La Educación Superior En México
Enviado por hanniapadme • 2 de Agosto de 2013 • 3.263 Palabras (14 Páginas) • 521 Visitas
Introducción
Ante el momento histórico de acelerados cambios económico-financieros, sociopolíticos y culturales que vive el mundo actual, se prevé la necesidad de analizar el papel de la educación superior, a fin de revisar la congruencia de sus planteamientos filosóficos, teóricos y metodológicos frente a esta transformación mundial.
Para nadie es ajeno, que los cambios generados por las intrincadas relaciones de los fenómenos económicos y sociopolíticos tienen repercusiones en el ámbito educativo mundial, por ello, la educación desde su quehacer específico trata de dar respuesta a los retos que le plantea esta dinámica.
Los procesos de cambio en el momento actual han traído como consecuencia un desigual desarrollo científico y tecnológico y han abierto más la brecha económica entre los países desarrollados y los subdesarrollados, situación que repercute de manera directa en los niveles de calidad, cobertura y desarrollo de los sistemas educativos.
Mientras las comunidades académicas de los sistemas educativos de los países desarrollados cuentan con nuevas tecnologías y contenidos más acordes con los progresos científicos, los países subdesarrollados enfrentan la carencia de los recursos mínimos para su educación. Lo mismo sucede con la formación y capacitación de los educadores.
Lo expuesto, plantea a los sistemas educativos de todos los países una serie de problemas que en ocasiones no llegan a resolverse, cuando ya se presentaron otros. Por ello la educación superior, como todas las instituciones educativas, están obligadas a visualizar su futuro, a repensarse y a reorganizarse de forma creativa e innovadora para atender a las exigencias de las sociedades en rápida transformación. Como consecuencia, se han propuesto reformas educativas, tanto a nivel político como de contenidos educacionales.
Como respuesta a los procesos de cambio en el mundo surge la modernización como el proceso necesario para innovar los modelos económico-sociales.
México es un país que en este contexto ha asumido la modernización como estrategia de reorientación de su crecimiento y desarrollo para hacer frente a las nuevas realidades económicas y sociales. Emprende desde hace más de media década, aunque en los últimos cuatro años de manera más intensa, cambios estructurales en lo económico que se reflejan en menores índices de inflación, así como en mejores condiciones de financiamiento, inversión, gasto público, producción y comercio exterior. Tales cambios buscan sanear las finanzas nacionales y obtener una mejor participación en sus relaciones de intercambio. La premisa de este esfuerzo es clara: una economía sana y una mayor productividad permitirán mejores términos de intercambio macro-regional y global; los beneficios derivados de esta nueva circunstancia servirán para mejorar la calidad de vida de los mexicanos.
Lo anterior es un proceso complejo y gradual que requiere, además de voluntad para el cambio, capacidad e infraestructura adecuadas. Aunque la magnitud y diversidad de recursos requeridos para emprender esta tarea son enormes, existe un factor de importancia estratégica que no sólo hace factible el cambio, sino que lo agiliza y acelera: el recurso humano.
De ahí la importancia de la educación. No es posible modernizar un país si no se moderniza su educación. Dado que toda transformación social requiere de creatividad, liderazgo y capacidad tecnológica y organizativa, la sociedad mexicana reconoce que la educación en general, y la educación superior tiene en particular, una misión fundamental en este proceso. Más aún, debido a que tiene prisa por recuperar tiempo perdido, ha emplazado a la educación superior para que refuerce su papel estratégico de anticipación social y apoye la modernización nacional de manera decidida y oportuna.
Para el desarrollo de este ensayo y profundizando en lo descrito anteriormente sobre la evaluación de la educación superior en México, tenemos que:
En los últimos años la evaluación ha tenido un gran impulso en el sistema educativo, de modo que actualmente ocupa un lugar destacado en los centros escolares. La evaluación tiene diversas aristas que producen distintos efectos en la vida de los sujetos y las instituciones educativas. Si bien se reconocen algunos beneficios que la evaluación ha traído consigo, dada la importancia que ésta ha adquirido al estar vinculada a beneficios materiales (recursos económicos) y simbólicos (prestigio, reconocimiento), se ha generado un conjunto de creencias y prácticas que resultan perniciosas para el desarrollo y la mejora de la educación.
No obstante en la década de los noventa representa un parte aguas en el ámbito de la educación pública en México porque es en este periodo histórico cuando irrumpe la evaluación y surgen la mayor parte de los organismos, agentes y programas evaluadores. Esto no significa que antes de esta época no se hiciera evaluación, por supuesto que se llevaban a cabo acciones en este sentido, pero la emergencia del “Estado evaluador” como tal se da a finales de los ochenta y principios de los noventa con el Programa para la Modernización Educativa 1989-1994, impulsado por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (SEP, 1989).
Desde entonces a la fecha, la evaluación ha ido infiltrándose sigilosamente en nuestras vidas, pero con la fuerza suficiente para permear todos los niveles educativos, llegando a abarcar hoy en día prácticamente todos los ámbitos y elementos del sistema educativo. Esta tarea se emprendió con la convicción, por parte de las autoridades y líderes educativos, de que la evaluación nos conduciría a lograr de modo casi inevitable la calidad de la educación, haciendo al sistema más eficiente y transparente. No ha sido así en absoluto, el cambio y la mejora en educación es un proceso mucho más complejo de lo que los impulsores de las pasadas reformas llegaron a suponer. Y aunque no se pueden negar algunos de los beneficios que la evaluación ha traído consigo, lo cierto es que no han sido tan espectaculares como los promotores oficiales y sus seguidores han pretendido hacernos creer.
Por lo que tenemos prácticamente dos décadas haciendo evaluaciones y el camino recorrido ha sido bastante sinuoso, con avances y retrocesos. La evaluación es un proceso multidimensional, complejo y polémico en todas partes del mundo. La evaluación, al igual que un prisma, tiene muchas caras.
Por consecuencia la evaluación podría ser una actividad bastante simple si contáramos con estándares sobre los que todos estuviéramos de acuerdo. Fijar estándares es pues una labor sumamente difícil. A su vez, para que la evaluación tenga valor debe ser de calidad, es decir, no vale cualquier tipo de evaluación, ésta
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