La Formacion En Valores
Enviado por alemiireles • 22 de Junio de 2015 • 2.248 Palabras (9 Páginas) • 342 Visitas
Introducción
En una sociedad estratificada en clases sociales, la configuración de los intereses de cada una de ellas es antagónica, de modo que la clase dominante trata de mantener las condiciones de acuerdo con sus patrones y normas, que le permitan la perpetuación del sistema vigente, pues ven, en el cambio, el riesgo de la pérdida de sus privilegios.
Por otra parte, la moral va de la mano de la educación en valores, como forma de comportamiento humano, posee un carácter social, pues a pesar de ser reflejada individualmente, ese comportamiento individual es expresado por un ser social y, en él, se revela la sociedad de la que forma parte. De este modo, se evidencia la subjetividad del individuo, reflejando en gran medida, los principios, valores y normas morales, de una sociedad dada, en un determinado momento histórico.
Es también incuestionable que educación y valores morales son categorías interrelacionadas y de fundamental importancia en la reproducción y/o transformación de la organización de una sociedad determinada, ya que la historia del hombre está sujeta a una necesidad objetiva (de producir las condiciones materiales de existencia), y la moral, los valores surgen en ese proceso histórico necesario, de modo que éste determina su configuración.
"Educar se convierte en una realización constante de valores, transmitiéndolos, ponderándolos y cultivándolos, como una forma de internalizarlos y la mejor manera de evaluar la internalización de un valor es a través de la actitud ejemplificante del individuo". Juárez, J y Moreno, M (2000:42:43:47)
Todos estos estudios tratan el problema de la comprensión de los valores y operacionalización de estrategias para una práctica educativa que contemple la dimensión axiológica en la enseñanza. Algunos de ellos hacen propuestas concretas fundamentadas en rigorosos análisis que tienen como finalidad, establecer un trabajo pedagógico orientado a la eliminación de las inadecuaciones existentes en la actualidad.
Desarrollo:
La educación en valores desde hace mucho tiempo es la base fundamental de la formación educativa del hombre y la manera de cómo esta influye en el comportamiento y el desenvolvimiento de los individuos desde edades escolares depende íntimamente de la persona en este caso el docente que lleva esta responsabilidad.
La misma principalmente, se centra en la transmisión y promoción de aquellos valores que facilitan la convivencia entre las personas y que se sustentan en el respeto a los derechos humanos. Es una cuestión de prioridad a nivel global.
Como resulta lógico, el ámbito académico no permanece al margen de este asunto pues, por ser una tarea de todos, se parte de la premisa de que si se crean las condiciones para incidir en la formación de ciudadanos más responsables consigo mismos y con todo lo que configura el entorno, la idea de habitar un mundo mejor.
Por ello es importante que desde los primeros años escolares, niños y niñas desarrollen una actitud reflexiva sobre lo que piensan y sienten acerca de sí mismos y de los otros; también es fundamental que conozcan sus derechos, clarifiquen sus valores, identifiquen cuáles son sus prejuicios, acepten las diferencias y logren asumir actitudes de mediación en la solución de conflictos.
Por otra parte Moleiro, M (2001:12) identifica al menos cuatro colectivos que tienen gran influencia en la formación de los valores: "la familia, la escuela, los medios de comunicación y el grupo de los iguales que varían según la edad". Los valores son parte del acervo cultural de nuestros mayores. Es la verdadera herencia que nos legaron nuestros: padres, maestros, o quienes ejercieron un rol significativo en nuestras vidas.
¿Cuál es la responsabilidad del docente como ciudadano dentro y fuera de la escuela?
A la escuela y a los educadores les compete encarar una tarea de responsabilidad y respuesta frente a la sociedad: la de formar ciudadanos. Es innegable que en este menester la formación en valores constituye un desafío y, a la vez, un compromiso.
La pérdida y la subversión de los valores son tal vez los rasgos más preocupantes en el escenario político y social en que está inserta la escuela del siglo XXI.
Esto supone que la institución escolar forma parte del contexto social en crisis y que, al mismo tiempo, tiene el forzoso cometido de formar hombres y mujeres que sean capaces de amar, de buscar la Verdad, de actuar y pensar con rectitud, y de trabajar por la Paz, entre otros valores.
A ello se suma el hecho de que lo que tradicionalmente era incumbencia de las familias, en la actualidad ha pasado a ser responsabilidad de la escuela. De manera progresiva, a la institución escolar se le han ido delegando aquellas funciones primarias que antes formaban parte del repertorio de aprendizajes en el núcleo familiar: escuchar, compartir, comportarse adecuadamente, obedecer y respetar a los mayores, etcétera.
El filósofo español Fernando Savater, parafraseando a Juan Carlos Tedesco, dice: “Si la responsabilidad por la formación ética, por los valores y los comportamientos básicos pasa a depender ahora mucho más que en el pasado de instituciones y agentes secundarios, también se abren mayores posibilidades de promover concepciones tolerantes y diversas”. Esto significa que aparte de tener una nueva responsabilidad, la escuela suma, potencialmente, una oportunidad más y, en este sentido, los docentes se manifiestan interesados, preocupados y ocupados por el desafío que la sociedad les plantea.
En este sentido, saber, saber hacer y valorar constituyen contenidos a enseñar y, por lo tanto no pueden dejar de ser objeto de una enseñanza sistemática.
¿Cómo se ejercen desde el aula las competencias ciudadanas?
Las competencias ciudadanas son los conocimientos y habilidades que permiten que el ciudadano actúe de manera constructiva en la sociedad democrática. Como toda competencia, las competencias ciudadanas se evidencian en la práctica, en lo que las personas hacen. La acción ciudadana (ejercida de manera autónoma y no por imposición por parte de otros) es el objetivo fundamental de la formación ciudadana. Sin embargo, para llevar a cabo una acción ciudadana es importante tener dominio sobre ciertos conocimientos, haber desarrollado ciertas competencias básicas y estar en un ambiente que favorezca la puesta en práctica de estas competencias.
El enfoque en competencias ciudadanas enfatiza las habilidades del individuo, el ciudadano y la ciudadana. Las personas son más o menos competentes y los programas de formación pueden contribuir al desarrollo de esas competencias. Las personas, sin embargo, actúan dentro de estructuras y contextos sociales. Esas estructuras y contextos pueden obstaculizar
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