La Mala Memoria

sabemos que solo se escuchan a sí mismos en las transmisiones de televisa, lo que tenemos que hacer es simplemente acogernos al espíritu del artículo 39 de nuestra constitución y despedirlos.

Las tácticas de desobediencia civil para lograr que el gobierno caiga son distintas a las de protesta para persuadirlos de que cambien de opinión. Los riesgos de represión son mayores. Pero si conseguimos un objetivo de este tamaño, estaremos asegurando que en el horizonte futuro nunca jamás ningún gobierno volverá a llegar allí por abrumación mediática y compra de votos, ni se podrá sostener a fuerza de toletazos y spots televisivos. Quien quiera gobernar lo tendrá que hacer emanándose desde el pueblo, trabajando para el pueblo y debiéndose en todo tiempo al pueblo.

Que los siguientes días sean el fin del mal gobierno y el nacimiento de una verdadera democracia. Es lo que le deseo a México, con todo y que sé que le costará sudor y lágrimas. Una fuerte presencia de los medios extranjeros y el seguimiento del conflicto en el exterior evitará que haya sangre en lo que sería, ahora sí, la transición democrática.

“Este libro es un pequeño manual sobre la manera de utilizar las estadísticas para engañar. En conjunto, puede parecer un manual para desaprensivos, pero quizá pueda justificarlo como aquel ladrón retirado que con la publicación de sus memorias ofrecía un curso para graduarse en el arte de tirar la piedra y esconder la mano: los desaprensivos ya conocen estos trucos; los hombres honrados deben aprenderlos en defensa propi

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