La Nausea
Enviado por trafix • 22 de Noviembre de 2013 • 744 Palabras (3 Páginas) • 288 Visitas
HOJA SIN FECHA
Lo mejor sería escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario
para comprenderlos. No dejar escapar los matices, los hechos menudos, aunque
parezcan fruslerías, y sobre todo clasificarlos. Es preciso decir cómo veo esta
mesa, la calle, la gente, mi paquete de tabaco, ya que es esto lo que ha cambiado.
Es preciso determinar exactamente el alcance y la naturaleza de este cambio.
Por ejemplo, ésta es una caja de cartón que contiene la botella de tinta. Habría
que tratar de decir cómo la veía antes y cómo la1 ahora. ¡Bueno! Es un
paralelepípedo rectángulo; se recorta sobre... es estúpido, no hay nada que decir.
Pienso qué éste es el peligro de llevar un diario: se exagera todo, uno está al
acecho, forzando continuamente la verdad. Por otra parte, es cierto que de un
momento a otro —y precisamente a propósito de esta caja o de otro objeto
cualquiera—, puedo recuperar la impresión de ante ayer. Debo estar siempre
preparado, o se me escurrirá una vez más entre los dedos. No 2 nada, sino
anotar con cuidado y prolijo detalle todo lo que se produce.
Naturalmente, ya no puedo escribir nada claro sobre las cuestiones del
miércoles y de anteayer; estoy demasiado lejos; lo único que puedo decir es que
en ninguno de los dos casos hubo nada de lo que de ordinario se llama un
acontecimiento. El sábado los chicos jugaban a las tagüitas y yo quise tirar, como
ellos, un guijarro al agua. En ese momento me detuve, dejé caer el guijarro y me
fui. Debí de parecer chiflado, probablemente, pues los chicos se rieron a mis
espaldas.
Esto en cuanto a lo exterior. Lo que sucedió en mí no ha dejado huellas. Había
algo que vi y que me disgustó, pero ya no sé si miraba el mar o la piedrecita. La
piedra era chata, seca de un lado, húmeda y fangosa del otro. Yo la tenía por los
bordes, con los dedos muy separados para no ensuciarme.
Anteayer fue mucho más complicado. Y hubo además esa serie de
coincidencias y de quid pro quo que no me explico. Pero no me entretendré
poniendo todo esto por escrito. En fin; lo cierto es que tuve miedo o algo por el
estilo. Si por lo menos supiera de qué tuve miedo, ya sería un gran paso.
Lo curioso es que no estoy nada dispuesto a creerme loco; hasta veo con
evidencia que no lo estoy: todos los cambios conciernen a los objetos. Por lo
1 Espacio en blanco.
2 Hay una palabra tachada (quizá “forzar” o “forjar”); otra, agregada encima, es ilegible.
2 Jean Paul Sartre
La Náusea
menos quisiera estar seguro de esto.
Las diez y media3
Acaso después de todo, fue una ligera crisis de locura. Ya no quedan rastros.
Hoy los extraños
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