La Nausea
Enviado por astrid.v • 15 de Marzo de 2015 • 1.010 Palabras (5 Páginas) • 238 Visitas
No es común mirarse al espejo y ver mas allá de la apariencia física, mirar con detalle los rasgos del cuerpo, meditar sobre la rutina diaria, y darse cuenta que se lleva una máscara, y que al percatarse de ella, provoca una nausea por la realidad percibida de la existencia propia; y lo mas execrable es que inevitablemente la máscara es portada por todos, ya que es parte de la rutina, donde las apariencias dominan el pensamiento.
En este mundo donde los pensamientos de las personas son subjetivos, no se puede declarar una verdad universal, lo cual explica con claridad que los conceptos, aunque describen las palabras en cierta forma, no lo hacen en su totalidad, ya que algunas palabras se van más allá de su término. La existencia genera emociones y sentimientos inexplicables, por lo cual a veces evitamos pensar en la existencia; nos da miedo pensar en lo que no conocemos y en lo que nuestros conceptos no pueden describir.
Basándonos en el miedo a la existencia y la nausea que provoca, llega un punto donde toda persona se encuentra en una constante monotonía, y luego atasca al hombre en una rutina insulsa e irrompible. ¿Por qué seguir viviendo para hacer lo mismo todos los días hasta el día que nos muramos? No hay razón. “Me pregunto si a veces no desea verse libre de ese dolor monótono... Pero de todos modos es imposible: está atada " (Sartre 29). La monotonía impide poder ver la totalidad de las apariencias, la cosa, la conciencia, la esencia, y borrarlas, lo cual también evita poder llegar al ser-en-si.
El pasado es lo que marca como estamos viviendo en el presente, y sea lo que sea que se haya hecho en el pasado, es imposible regresar, y mucho menos cambiarlo. Los recuerdos tienen la posibilidad de ser olvidados, y como si fuera un bulto de polvo, el aire lo desvanece, como si nunca hubiera existido. Es algo inasible que solo nos hace sentir un vacio al intentar regresar a esos momentos que pudieron marcar nuestras vidas, o simplemente fueron parte de nuestra rutina.
“Bueno si se acabaron. ¿Te sorprende mucho?- ¡Ah, sí, estoy sorprendido!” Creí que eso formaba parte de ti que si te lo quitaban seria como si te arrancaran el corazón." (Sartre 228) No hay mejor y mayor emoción que se de algún suceso inesperado, algo fuera de lo planeado, eso hace que la alegría fluya y alimenta nuestras ganas de vivir. La visita de algún pariente lejano; un regalo inesperado del conyugue; una sorpresa de un hijo; todo esto hace que haya eclosiones de emociones a la cual no está preparado, lo cual se disfruta mucho al arrebatarle al tiempo la monotonía a la cual está acostumbrada. La contingencia es un regalo que aparece cuando los niveles de vivacidad están más bajos, para recordarnos que la existencia aun tiene sentido.
El pensar, el estar siempre haciendo planes, y cual será el siguiente movimiento, vivir en la monotonía, y dejar que el tiempo, el fiel agnóstico de
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