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La Paradoja


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2012  •  2.126 Palabras (9 Páginas)  •  280 Visitas

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Porque una de las lecciones que Simeón da es que, siempre que dos o más personas se reúnan con un propósito, hay una oportunidad de liderazgo. Allí nace nuestra elección de si queremos ser líderes o liderados, y de cómo queremos hacerlo. En caso de que decidamos tomar el rol de líder, debemos hacerlo con responsabilidad y conciencia de que esa gente está a nuestro cargo y debemos cuidarla y ‘servirla’.

el poder desgasta las relaciones al crear esta tensión. En cambio la autoridad se crea con las relaciones

Por lo tanto, es importante que reconsideremos continuamente nuestras creencias y paradigmas para poder adaptarnos a las condiciones cambiantes del medio. Allí es donde surge el problema, porque a la gente le cuesta mucho cambiar.

El nuevo paradigma consistiría en invertir la pirámide, para que el cliente esté en lo más alto. Donde los empleados de primera línea estén en el escalón inmediato inferior, dándole servicio y satisfaciendo las necesidades de los clientes.

. Esta es la gran paradoja: "si quieres mandar tienes que servir". Lo que no implica hacer todo lo que la gente desea, sino estar pendiente de lo que realmente necesita para llegar a dar lo mejor de sí y hacer lo mejor posible, considerando siempre por supuesto los límites y las responsabilidades de las respectivas ocupaciones.

¿Y cuáles son esas necesidades? Según la pirámide de Maslow, hay distintos niveles. El nivel más bajo tiene que estar satisfecho antes de que las necesidades del siguiente se vuelvan motivadoras. La jerarquía es, de abajo para arriba: Alimento, agua, abrigo; seguridad y protección; amor e identificación; autoestima; realización personal. La punta de la pirámide la ocupa entonces la realización personal, que consiste en llegar a lo mejor que uno es capaz de ser. Y esto es a lo que apunta el liderazgo: empujar y animar a la gente a dar lo mejor de sí, ayudando a satisfacer primero las necesidades de los escalones inferioresLa pregunta que podríamos hacernos ahora es, ¿cómo saber qué necesitan? Para poder contestarse esta pregunta, escuchar es una de las capacidades más importantes que un líder puede decidir desarrollar. Si la gente se siente escuchada, puede aprender a decir explícitamente sus necesidades para que éstas puedan ser satisfechas.

El liderazgo que perdura en el tiempo esta fundado en influencia o autoridad, y la autoridad siempre se funda en el sacrificio por aquellos a los que servimos. Gandhi también dijo a sus seguidores que tendrían que sacrificarse en el servicio a la causa de la libertad, para llamar la atención y poder empezar a tener influencia en la opinión pública. Y Martin Luther King fue a la India para estudiar el método de Gandhi y utilizarlo para su movimiento. La madre Teresa de Calcuta y hasta las madres que hacen todo por sus hijos son también ejemplos de liderazgo de servicio.

Pensando en las razones que tienen estos líderes para servir y sacrificarse, el fundamento común a todos es el ‘amar’. El amar como un verbo que describe comportamientos, los cuales se fundan en la voluntad de la persona. El ‘amor’ se demuestra con acciones.

En conclusión, el liderazgo empieza con la voluntad adecuada, con la cual podemos elegir amar. Amar tiene que ver con identificar y satisfacer las necesidades legítimas de los liderados. De esta forma estamos sirviendo e incluso sacrificándonos por ellos, forjando nuestra autoridad o influencia y ganándonos así el papel de líderes

En el cuarto día se desarrolla en la clase de liderazgo el verbo amar. En el capítulo anterior vimos su papel en el modelo de liderazgo. Ahora veremos más detenidamente a qué se refiere Simeón cuando habla de amor.

En principio, se refiere al mismo significado de amor que utiliza Jesús en el Nuevo Testamento. La palabra que aparece en este documento es ágape, el amor del comportamiento y la elección, no el amor de la emoción. Esto significa que no nos referimos a amor como a un sustantivo que describe sentimientos o emociones positivas, sino a un verbo que describe un comportamiento. Como había dicho en el capítulo anterior, el amor no sólo se basa en sentimientos, sino también en la voluntad de demostrar estos últimos con acciones.

A eso se refiere Jesús con la frase "ama a tu prójimo como a ti mismo". No implica ‘querer mucho’ a todos, como si significaran lo mismo para nosotros un vecino, un desconocido o nuestra pareja. Lo que implica es comportarnos bien hacia ellos, con respeto, paciencia y afabilidad, más allá de cómo se comporten ellos hacia nosotros. Uno no siempre puede controlar sus sentimientos, no podemos evitar que alguien nos guste o que no nos guste, pero sí se puede controlar nuestro comportamiento hacia esa persona.

Según la definición de amor como ágape del Nuevo Testamento, el amor es: paciencia, afabilidad, humildad, respeto, generosidad, indulgencia, honradez y compromiso. Todas estas características hacen también a la definición del liderazgo, por lo que se puede decir que amor como ágape es sinónimo de liderazgo. En la clase definen cada una de estas características:

• Paciencia: mostrar dominio de uno mismo.

Uno debe dar el ejemplo de la compostura y del dominio de sus propios comportamientos. Si queremos que nos den tiempo para aprender, nosotros también debemos respetar el tiempo de los otros, sean empleados, hijos, amigos, etc.

• Afabilidad: prestar atención, apreciar, animar.

Es muy importante prestar atención a la gente. El efecto Hawthorne demuestra que la gente, más que mejores condiciones de trabajo, busca que estén pendientes de ellos. Y la mejor forma de prestar atención es la escucha activa, que consiste en tratar de ver las cosas como las ve el que habla, y no perderse en los propios pensamientos hasta tanto no hayamos escuchado atentamente todo lo que tenían para decirnos. Prestar atención a la gente es un acto de amor primordial.

• Humildad: ser auténtico y sin pretensiones ni arrogancia.

Consiste en conocerse verdaderamente a uno mismo, y reconocer las propias limitaciones.

• Respeto: Tratar a los demás como si fueran gente importante.

De hecho la gente es importante, cada uno tiene su función. Los vendedores no son menos importantes que los jefes, ya que son ellos quienes están más cerca del cliente y son quienes colocan los productos. Sin ellos, gran parte de la producción sería inútil. El todo está compuesto por la suma de las partes.

• Generosidad: Satisfacer las necesidades de los demás.

La generosidad, al contrario del egoísmo, se basa en satisfacer las necesidades de los demás, en algunos casos hasta sacrificando o posponiendo las propias si el fin lo requiere.

• Indulgencia:

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