La Tristeza
Enviado por carlosol • 4 de Septiembre de 2014 • 1.132 Palabras (5 Páginas) • 331 Visitas
La tristeza
La tristeza es un espasmo en la vida que tal vez no sea justa pero si muy necesaria.
Mi visión hacia ella quizás no sea la misma que tú tienes o la que los autores a los que me referiré, poseen.
Comenzamos con la ya clásica canción que, supongo yo, ya todos conocemos, su nombre es Simón y es propiedad de William Colon. Es una canción que con tan solo reflexionar la letra nos ponemos en ciertos papeles de la historia, la cual narra la vida de un hombre que de la h a la e, era eso, un hombre, aunque un poco distinto, su nombre como el de la canción era Simón.
Yo creo que el motivo por el cual todos nos entristecemos al escucharla es porque nos identificamos con la decepción de su padre al saber que su hijo era un homosexual. Ahí la tenemos, una canción para reflexionar la tristeza y la decepción.
Proseguimos con el poema: Boca de llanto, me llaman”, sin lugar a duda una muy buena exposición de melancolía y tristeza. Es una llamada a entender que dentro de la tristeza, existe un espacio para la belleza.
Lo anterior es una atención a reflexionar que dentro de los sentimientos y emociones tristes hay cabida para la belleza y el análisis, esa es la vida. Alberto Méndez (creador del poema) seduce con su prosa y con la misma desnuda a la tristeza.
Por último, hablaremos del cuento: La niña delos ojos tristes que nos deja una enseñanza precisa: La tristeza es necesaria. Cuenta la historia acerca de una niña, la cual nunca sabemos su nombre, que es invisible hacia sus padres, de los cuales carece de toda atención. Ella es fuerte y crece con eso y por cierto, sale adelante al tener una bella hija a la cual no le repite el mismo sistema de sus padres.
Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que se presenta nuestro corazón ante un hecho doloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos los cristales de la mentira.
Cuando pienso en mis tristezas, me pongo triste… cuando las reviso, se me escapan los recuerdos y las lágrimas y termino siempre rodeada de ese miedo odioso que nunca sé cómo superar; ese miedo del que no puedo hablar con nadie por un segundo miedo aún más grande a ser la protagonista de una tristeza aún sin engendrar. ¡Ay, suspiro! No es tan complicado como parece y al mismo tiempo no es tan sencillo como quisiera. Aquí se me traba la inspiración… revueltas como están mis tristezas en este momento de confesión, no puedo sino recordar las que en los últimos años me han dejado una huella de verdad bien profunda, una marquita chillona que acomodo en orden alfabético junto a otras allí, en el único estante amarillo que decora mi cuartito secreto de las tristezas… sólo dos nombres, entiéndase dos ausencias, para después volver a cerrar la puerta de este cuartito tan insoportable.
La tristeza es la cualidad de lo triste, de la pesadumbre, de la melancolía, de la aflicción y culturalmente en occidente relacionado con lo oscuro. Nuestras metáforas que hablan de la melancolía se relacionan con la soledad, con lo angosto, con el presidio de la sombra, etc. La tristeza se encuentra en cada ausencia de felicidad, no se trata de
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