La educacion azteca

LA DOCENCIA REFLEXIVA

Una de las herramientas para poder realizar una buena intervención dentro de las aulas, es la docencia reflexiva que me permita comprender la labor que he realizado durante toda la jornada de trabajo, usando como instrumento el diario ya que al redactar en el empiezo valorar las situaciones que se vivieron en el trascurso del día tanto de aprendizaje, participación  como de interacción, conducta o ambiente de trabajo con los alumnos y como fue mi actuar al enfrentar tales situaciones, si este fue correcto, que es lo que cambiaria, cuáles actividades fueron significativas, cuáles no, logre mi objetivo, con que limitantes me enfrente, como fueron los resultados obtenidos, encontré alguna dificultad o problemática. Esto surge debido a que los niños tienen un comportamiento indefinido por las características de su edad también por todas las circunstancias que viven a diario en su contexto y no siempre ocurrirán mis perspectivas o creencias. Es así como llego a una acción reflexiva la cual implica la consideración activa, persistente y cuidadosa de cualquier creencia o práctica tomando en cuenta las razones que lo sostienen y la consecuencia que podrán tener a futuro caer en una situación monótona con los alumnos.

Dewey dice: la Reflexión nos libera de la actividad meramente impulsiva y rutinaria, nos permite dirigir nuestras acciones con previsión y planear de acuerdo con las metas que deseamos alcanzar tomando en consideración los propósitos de los cuales estamos conscientes nos permite saber que queremos lograr cuando actuamos (Dewey 1933, p.17) y en efecto un docente siempre debe considerar esta reflexión para guiar en un buen camino la planificación y organización de su trabajo antes, durante y después de su intervención, superando los retos a los que se puede enfrentar diariamente con los alumnos y de igual forma con los padres de familia puesto que ellos tienen propias necesidades y vivencias  las cuales se ven reflejadas en el aula. Donald Schön (1983,1987) en su visión de la práctica reflexiva considera a los maestros como profesionales reflexivos con la capacidad de desempeñar papeles muy activos en el desarrollo de programas y en la reforma educativa la lectura.

El proceso de reflexión siempre se verá implicado en mí actuar dentro del aula para planificar mi enseñanza y principalmente cuando en mi intervención docente me encuentre frente a una dificultad o problema que no pueda resolver fácilmente y requiera de un proceso de solución que implique usar la razón y la conciencia. Dewey dice “el proceso de reflexión empieza para los maestros cuando se enfrentan alguna dificultad, algún incidente problemático o una experiencia que no se puede resolver de inmediato” (Dewey 1904- 1965). El replantear lo que está ocurriendo, el cómo surgió, cuál será la solución y las implicaciones requeridas para cambiar esta situación, arroja al docente a que se enfrenta a este proceso de reflexión pues le permitirá guiar su toma de decisiones posteriores lo que se consideran a esto como “acertijos de la práctica” (Hugh Munby y Tom Russell (1990). Viéndolos como acertijos porque son dificultades que requieren de un docente competente y reflexivo que evite caer en la monotonía. Dewey mencionaba que los maestros irreflexivos toman una acción rutinaria aceptando la realidad cotidiana sin protestar y usan los medios que para ellos pueden ser más eficientes para encontrar una solución olvidando cuales son los propósitos que motivan su trabajo, al contrario de una la acción reflexiva que llevara al maestro a ir más allá de un proceso lógico y racional, este deberá ser consciente de la magnitud que tendrá a futuro su decisión usando no solo la razón  si no también la emoción para no caer en lo que es una acción rutinaria esta acción está motivada por la inercia, la tradición y la autoridad siendo barrera para el reconocimiento y la experimentación de posiciones alternativas.

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