La función docente

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La educación constituye una pieza clave en el desarrollo de todas las personas, por ello que el papel del docente es muy importante, porque es quien entrega todo su esfuerzo y dedicación en el aula para fortalecer el desarrollo cognitivo y social de sus alumnos.

La función del docente principalmente conlleva una preparación profesional e involucra la realización directa del proceso enseñanza-aprendizaje, lo cual implica diseñar, adecuar e implementar métodos de enseñanza y estrategias didácticas en el aula.

Los profesores trabajan en un sistema educativo en el que se socializan personal y profesionalmente, que ellos interpretan, pero que no definen en su origen; su independencia profesional es, en todo caso, una aspiración, una conquista a obtener, no un punto de partida. Esa realidad laboral de los profesores es inherente al papel que están llamados a cumplir en el sistema educativo. La historia de éste sirve para comprender el camino seguido en la concreción de una determinada imagen de profesionalidad que se reproduce básicamente y sirve para racionalizar las prácticas de formación del profesorado. Gimeno (1987).

Con base a lo que menciona Gimeno, es importante y fundamental conocer la función docente desde tiempos atrás, para reconocer la manera en que esta se ha ido determinando y poder compararla con la función que desempeña en la actualidad.

El origen de la función docente es muy antigua, se les ha ido confiando a particulares poseedores de un cierto saber, y son los encargados de enseñar a los alumnos la lengua, las técnicas y además debe transmitir elementos y valores de una determinada cultura. Durante mucho tiempo atrás, en diversos lugares del  mundo, la función docente tomaba un papel pobre, ya que aquellos enseñantes de ese tiempo enseñaban solo lo que poseían y lo que creían suficiente enseñar a los demás, muchos se quedaban cortos solamente transmitiendo conocimientos de carácter cultural, otros del ámbito de literatura y muchos otros solo enseñaban valores a los estudiantes.

En la Edad Media, la enseñanza fue una de las principales funciones de la Iglesia, la enseñanza se llevaba a cabo por el clero secular (la iglesia y monjes religiosos) pero pronto entra en conflicto con las nacientes Universidades, que son asumidas por maestros y estudiantes. La rivalidad que surge entre las Universidades y el clero secular, son principalmente por motivos religiosos, pero también la iglesia defendía sus privilegios, por lo que día con día se estimulaba más la competencia entre ellos.

En medio de luchas políticas, las Universidades y escuelas laicas despojan al clero de este cargo, y se logra esta separación, a partir de ahí, la enseñanza tomó otro horizonte.

Sin embargo, a finales del XX, surgen movimientos pedagógicos, donde se pretendía cambiar el papel de la educación, personajes como Montessori, Claparéde, Decroly, Hinet, entre otros, hacen el papel de revolucionarios respecto a la escuela tradicional, donde intentaban renovar la educación de esa época. Entre las principales propuestas que proyectaban eran radicar el respeto por el niño y su personalidad, vincular métodos de enseñanza para niños irregulares con niños normales, la necesidad de facilitar a los niños los medios para desarrollar capacidades, etc.

A partir de ahí, la evolución que ha tenido la función docente, se ha tomado como principal objetivo que el alumno aprenda, se toma a este como el centro del proceso de enseñanza, por ello es necesario que los docentes se actualicen con base a los planes de estudio, adecuen sus estrategias didácticas en el aula, tomando en cuenta los intereses del alumno y los recursos con los que cuenta en la escuela y asimismo preparase para corresponder a las nuevas competencias profesionales que exige la sociedad.

Para Imbernón (1998) “la función docente comporta un conocimiento pedagógico específico, un compromiso ético y moral y la necesidad de corresponsabilización con otros agentes sociales, esto es así, puesto que ejerce influencia sobre otros seres humanos y, por lo tanto, no puede ni debe ser una función meramente técnica de expertos infalibles”.

Por otra parte, Oscar Russi, menciona que la función docente está definida y reconocida en el marco de los estados modernos como una profesión con todo lo que esto implica en el contexto del ámbito sociocultural y sociopolítico. El maestro es convocado a través de los tiempos a gestar en el proceso vital de las personas las condiciones de su sujeción a los fines sociales, mediante un proceso al que se le ha denominado educación o formación.

De acuerdo a estas definiciones, el docente es un profesional que debe tener diversas habilidades y aptitudes que le permitan transmitir al alumno conocimientos y ha sido percibido durante años por la sociedad como un agente de cambio y transformación.

A diferencia de lo que ocurría años atrás, en la sociedad actual resulta bastante fácil a las personas acceder a la información que requieran, es por ello que hoy en día, el papel de los formadores no es tanto “enseñar”, sino fingir de guía para orientar a los alumnos a construir sus propios conocimientos; más que nada, ayudar a los alumnos a “aprender a aprender”.

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