La importancia de la lengua y el habla La comunicación como base de la sociedad contemporánea
Enviado por Carla Inostroza • 17 de Julio de 2017 • Ensayo • 1.314 Palabras (6 Páginas) • 413 Visitas
La importancia de la lengua y el habla
La comunicación como base de la sociedad contemporánea
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Todos los animales, desde su mera existencia, desarrollan una intrínseca necesidad por comunicarse para aprender, aprehender y desarrollarse en un entorno que se vuelve hostil cuando el objetivo es sobrevivir. Ya sea que el animal obtiene un primer contacto comunicacional con su figura materna, con otros grupos cercanos de animales o incluso en la relación cazador-presa – una relación que ocurre con alta frecuencia – entonces hablamos de que el animal está en contacto con el mundo que le rodea, ejerciendo un constante intercambio de información. Así es como la comunicación se vuelve importante para desenvolverse dentro de distintos espacios.
En relación a lo anterior, es totalmente correcto decir que el ser humano, como animal, no se queda fuera de esta dinámica.
Claramente, cada animal tiene una distinción entorno a sus propias necesidades y la forma en que las afronta, provocando que este intercambio de información difiera de los unos a los otros, sin embargo, es posible encontrar ciertas relaciones o analogías, como la que encuentran Maturana y Varela en su libro “El árbol del conocimiento” al comparar las bases del entendimiento humano con los insectos; nos ponen el ejemplo de un hormiguero, donde las hormigas juntan sus fuerzas y conviven para sobrevivir, evitando atacarse entre ellas en pos del bien común, pero sí atacan cuando una amenaza externa propugna un peligro para la comunidad (1984). Los autores reflejan esta idea a la sociedad humana, dando a entender que las comunidades se forman por un bien común, con el objetivo de sobrevivir intercambiando, de forma constante, información, que otorgará las bases de la convivencia y, por lo tanto, del entendimiento humano. Así es como la comunicación se termina transformando en una base no solo para la conformación de la sociedad, sino que también lo es para su desarrollo y permanencia; eso es un hecho, pero la verdadera pregunta es: ¿cómo y a través de qué lo hace?
La respuesta a esta interrogante se encuentra dentro de la semiología, ciencia que, según Ronald Barthes (1985), permanece aún inconclusa, pero que es capaz de entregar ayuda. La semiología es, en definitiva, la ciencia que estudia los signos no lingüísticos – a los que Barthes llamaría signos semiológicos – y que pretende ser la ciencia de todos los sistemas de signos y su influencia en la vida social. Este autor adopta, principalmente, las ideas de Ferdinand de Saussure, creando un nuevo contenido entorno a la semiología y abarcando nuevos espacios en relación al entendimiento de las dicotomías que él establece como elementos mismos de la semiología, estos son, lengua y habla, significado y significante, sintagma y sistema, y finalmente connotación y denotación. Para términos del presente texto, el elemento primordial es el de lengua y habla, pues este tiene directa relación con la importancia, permanencia e influencia de la comunicación como base de la sociedad y, por lo tanto, de la sociedad contemporánea.
Para llegar a comprender lo que es lengua y habla, es primordial entender lo que es lenguaje, al menos desde la perspectiva de Saussure, como lo explica el mismo Barthes. Saussure expone al lenguaje como un conjunto de signos que llevan a una situación de comunicación o, más bien, que permiten la comunicación. Esta definición le genera el espacio conceptual para definir, en primer lugar, la lengua, la que entiende como una sección determinada del lenguaje que se conforma a partir de un conjunto de convenciones que permiten al aparato social – a las personas – hacer ejercicio del mismo lenguaje, es decir, la lengua es un sistema de signos. Por otro lado, el habla es un acto individual de exteriorización, de voluntad y de expresión de la inteligencia de cierto sujeto capaz de utilizar un código para transmitir información (Saussure, 1945). Barthes se sostiene de estas ideas para defender una definición más propia de lengua y habla, exponiendo que la lengua “es el lenguaje menos la palabra: es a la vez una institución social y un sistema de valores” (Barthes, 1985). Básicamente, nos dice que la lengua es un “pacto social” indisoluble, formulado conforme la voluntad de todos los individuos y el acto de comunicación que estos generan, pero que no pueden alterar ni crear por sí mismos, sino que pueden llegar a dominarla bajo el desarrollo del conocimiento entorno a la semiología. Y luego está el habla, concepto que defiende de forma muy cercana a Saussure, diciendo que es el acto individual del lenguaje, la exteriorización misma de la capacidad de comunicarse, el habla es la habilidad de llevar a cabo un discurso.
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