La importancia de los ambientes de aprendizaje en Preescolar

La importancia de los ambientes de aprendizaje en Preescolar

        Introducción

En la malla curricular de la Educación Preescolar se dan a conocer los cursos de suma importancia que se debe llevar a cabo en la formación de futuros docentes.

Ahora bien, entre ellos se destaca el de Ambientes de Aprendizaje, el cual se debe retomar hasta el final del estudio aunque ya no se le siga dando continuidad en los próximos semestres; pues debido a su contenido, proporciona metodologías, saberes y prácticas que se deben diseñar y aplicar en el trayecto formativo; incluso, cabe señalar que es necesario reconocer que en las aulas, es en donde más puede tener logros y beneficios.

El curso de Ambientes de aprendizaje que corresponde al tercer semestre, da a conocer su definición, pues una vez adquirido los conocimientos básicos, se puede empezar a crearlos en el aula, dicho esto afirmo que los ambientes de aprendizaje son un gran apoyo para que el niño se empeñe en poner en práctica sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores mientras sigue aprendiendo, así como también le permite al docente llegar al logro de sus objetivos y propósitos establecidos.

Si bien, al saber que gracias al uso de diferentes ambientes y/o contextos en las instituciones, que ya son vistos como un gran elemento en la formación del niño, son considerados una parte esencial para la integridad del alumno, pues la mayor parte de su aprendizaje depende de ellos, mientras interactúan y se desenvuelven al estar dentro de otros espacios.

        Desarrollo

De acuerdo con Duarte (2013) señala que crear buenos ambientes es darle la oportunidad al niño de conocer y explorar otros mundos, ya que a través de su organización, se da un mayor entendimiento sobre los contenidos, pues el adecuar las áreas en donde él pueda interactuar, es hacerlo sentir cómodo mientras aprende.

De la misma manera Brandsford (2007) señala que el ambiente centrado en quien aprende es el mejor medio por el cual despierta el interés del niño por educarse, ya que además de que favorece la construcción de relaciones con diferentes compañeros y agentes educativos como maestros y directivos, transmite ciertas actitudes y valores, como ser solidario, respetuoso, democrático, empático y sentirse con la libertad de expresión.

Por otro lado, el autor Brandsford (2007) hace énfasis en que al momento en el que el niño entra en contacto directo con el ambiente y se le observe trabajando adecuadamente, es señal de que se respeta su forma de actuar, decir y hacer; sin duda alguna al admirarlo  favorece a que el infante se sienta seguro con el entorno, se mantenga activo y participativo y lo más importante es, que sea capaz de demostrar todas sus habilidades cognitivas.

No obstante, Loughlin & Suina (2002) mencionan que incluso el darle prioridad a los espacios como medios de aprendizaje, logra que los objetivos y metas sean logrados, pues al atender ciertas áreas permite tener en claro lo que se quiere lograr; puesto que su organización y planificación permiten tener una visión más fija y especifica de lo que se quiere enseñar; e incluso, el docente tiene la oportunidad de analizar si el espacio que será utilizado es o no el correcto.

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