La información mutilada como herramienta de manipulación

La información mutilada como herramienta de manipulación

Tecnologías de la información 2

Durante, mucho tiempo, la información se ha manipulado en distintas sociedades, muchas veces por intereses políticos. Los medios de comunicación, como el periódico o la televisión dan a conocer sus noticias como mejor les convenga, por lo tanto, no existe ni existirá información sin haber sido manipulada por el “canal” por el que pase. La falsedad es sinónimo de una privación de conocimiento que ejercen las ideas imaginativas, es decir, mutiladas y confusas. Son mutiladas porque están separadas de la idea que las explica.

Leopoldo Alafita asegura que, la limitación de información en una sociedad se verá reflejada en su incapacidad de ejercer sus derechos. En muchos países, como china, cualquier periódico o página de internet que hable mal de su gobierno es excusa para una sanción severa como la muerte. Otro es el caso en Arabia Saudí del bloguero Raif Badawi, condenado en 2013 a diez años de cárcel y mil latigazos por defender la separación de Estado y religión. La información es censurada para acoplarse a los estándares establecidos por un gobierno o una sociedad. Las masas reaccionan a estímulos y por ser seres que dependemos de la comunicación con otros seres humanos, nosotros reaccionaremos de la misma manera que ellos, nosotros nos comportamos de un cierto modo por la información que se nos ofrece. Como dijo Mark Twain, “Si usted no lee el periódico está desinformado, si usted lee el periódico está mal informado”.

Basándonos en el principio que debe inspirar y reflejar las leyes de transparencia, “toda la información en manos de las instituciones públicas es pública menos aquella que dañe un interés legítimo recogido por la propia ley de transparencia”, parece no tener sentido limitar el número de personas que puedan solicitarla ya que una vez que esté en el dominio público, esta información será consultada por todo el que tenga interés incluyendo los menores de 16 años. El concepto es que toda la información en manos de las instituciones públicas nace pública y por lo tanto no hay ninguna razón para que la edad del solicitante sea decisiva a la hora de decidir sobre su publicación.

 El Convenio del Consejo de Europa de Acceso a Documentos Públicos, el único convenio internacional vinculante que España debería firmar, establece que el derecho de acceso a la información es un derecho de toda persona sin limitar en ningún momento la edad de los solicitantes. Este convenio también establece que a la hora de solicitar información solo debería solicitarse la información necesaria para poder responderla, esto significa: identidad del solicitante, información que se solicita y dirección donde enviar la información. En este sentido indicar la edad que se tiene sería un requisito añadido que impediría en un momento dado la ratificación de este convenio. Este límite además plantearía un esfuerzo extra por parte de la administración a la hora de gestionar las solicitudes de acceso a la información teniendo que verificar la edad y los permisos de los menores para ejercer este derecho. Una de las preocupaciones que siempre surgen a la hora de plantear la regulación del derecho de acceso a la información es el coste que va a tener para la administración, si bien esto no debe ser un impedimento para su implementación por tratarse de un derecho fundamental que hay que respetar, si debemos pensar en las medidas más eficaces para que el coste sea lo más bajo posible. En este sentido añadir un paso más en el proceso solo implicaría mayor gasto.

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