La niñez y el hacer politica.
Enviado por José pablo cardoso • 26 de Agosto de 2016 • Apuntes • 5.534 Palabras (23 Páginas) • 277 Visitas
La niñez y el hacer política[1] – Eva Giberti
Un universo infinito-la niñez- formado por galaxias que acumulan niños y niñas en constelaciones múltiples y diversas, identificadas y clasificadas por los adultos, conforma el colectivo que los agrupa.
Los historiadores difieren acerca de la época en la cual surgió la niñez como construcción (objeto) social y concepto, estructurada en una palabra. Al recorrer la bibliografía encontramos una sinonimia entre niñez e infancia admitida como si fuese natural. La infancia promete el comienzo de un ciclo, inicio de algo que, mostrándose abierto, sugiere una continuidad; su sentido se adhiere a orígenes, a su vez asociada –de modo incorrecto- a fundamentos. Y en otro sentido se localiza en infans: el o la que aún no habla.
En la teoría psicoanalítica, la calificación infantil corresponde a un modo de inscripción en el inconsciente, como un tiempo psíquico en la estructuración del aparato psíquico. Desde los orígenes del sujeto, lo “infantil” da cabida a la vida sexual en la constitución del inconsciente. En cambio infancia se reconoce como una etapa cronológica en el desarrollo del yo consciente. Lo “infantil” se hace presente en la vida del sujeto, de manera reiterada, mediante vivencias no conscientes que exceden cualquier adecuación a tiempos horarios. Infantil en esta teoría permanece ajeno a la idea de niñez o infancia. En cuanto a la niñez ciñe un estadio histórico dentro del desarrollo evolutivo.
Rudimentario encuadre histórico
Es Ariès quien, al analizar la historia europea desde el siglo XV hasta el XVIII, introduce la idea de sentimiento de la infancia. Su hipótesis sostiene que se transitaría “desde un sentimiento medieval de la infancia hacia el sentimiento actual. He llamado sentimiento de la infancia a la actitud de los adultos ante el niño (…) ¿Podría ser que hoy yo hablara de `modelo´?” Según la autora la expresión sentimiento de la infancia no responde a una fundamentación que justifique la persistencia de su uso sin revisar sus alcances…¿es posible admitir la existencia de un universo simbólico (niñez) totalizado y compartido por culturas que estén fragmentadas según edades, estilos de vida, creencias, etc. ?
La importancia de la tesis de Ariès, más allá de estos desacuerdos, radica en que orientó hacia el descubrimiento de la infancia como objeto de estudios históricos específicos, y la asociación con la organización escolar, como resultado de las prácticas sociales de la modernidad. Prácticas articuladas con el ascenso del capitalismo y los modelos hegemónicos de la burguesía con las que se distanciaban las clases populares. ¿Qué sucedería con aquellos chicos que quedasen fuera de la organización escolar? Será necesaria una tarea que quede a cargo de las culturas del siglo XIX, “concebir y poner en práctica aquellos mecanismos que recojan y “protejan” a una población infantil que no ha tenido acceso o ha sido expulsada del sistema escolar. Se asiste así al proceso de construcción socio-penal de la categoría de niño, de la cual el menor abandonado-delincuente constituye su expresión más acabada”, según García Mendez.
Es preciso ceder lugar a quienes escribieron y escriben otra historia, la que habla de los ancestros que vivieron en una América mestiza, dato excluido de un sinnúmero de investigaciones y ensayos. También habría que tener en cuenta la influencia de los sistemas educativos de los que proviene nuestro estilo de pensamiento, cuya perspectiva europeizante desemboca en versiones denigratorias de las etnias aborígenes de América latina. ¿A quiénes visualizamos cuando hablamos de niñez?
Por otro lado una investigación de Sandra Carli avanza en la tesis que sostiene la existencia de matrices de infancia que permiten estudiar determinados períodos de historia. Sostiene “La niñez y la infancia fueron –históricamente- objetos construidos política, social, cultural y educativamente, indicativos de procesos más amplios de construcción de la hegemonía”.
Sandra Carli describe cómo, en la etapa fundacional de la educación argentina, se configuró un dispositivo de la instrucción pública, que desarrolló una concepción moderna de la infancia desplegada por Sarmiento; esa concepción sobreimprimió los discursos educativos posteriores; también fue portadora de una política cultural generacional, que configuró la institucionalización moderna de los chicos. El modelo es un niño subordinado a sus padres y a los docentes, sin derechos propios. De este modo se vincula la historia de la infancia con la historia de la educación. Pero hubo otros niños al margen del discurso sarmientino (1890-1930) y hacerlos visibles estuvo a cargo de mujeres, fueron las que tradujeron las condiciones de vida del niño trabajador, del huérfano, del vagabundo, del desertor escolar; a partir de lo cual se gestaron alternativas que posibilitaron su atención.
Entre 1919 y 1930, las modificaciones del estado se articularon con la historia de la infancia a partir de la modernización pedagógica escolar y de la institucionalización estatal de la niñez no escolarizada: apareció el discurso de la minoridad y la delegación de la institucionalización del menor.
La experiencia del peronismo permite articular la historia de la infancia con los procesos de construcción de hegemonía: resignificó la infancia como objeto del Estado y el significante “niños privilegiados” tradujo voluntad hegemónica: todos los niños, sin distinciones, son privilegiados.
En la época del menemismo, comienza a denominarse carenciados y usurpadores a los miembros de las familias pobres, mientras las familias migrantes padecen exclusión. Época de clausura del discurso estatal que defendía a la familia pobre. Asociadas a estas circunstancias, la crisis de la instrucción pública acompañada con la crisis de la familia y del estado “genera cotidianamente identidades infantiles”.
Según Rébora en la época de la colonia, la estructura familiar respondía al modelo patriarcal. Se privilegiaba el lugar del padre sin que ello implicase derecho de muerte sobre los hijos, pero eran evidentes las prerrogativas del adulto. En cuanto al patronato de menores que aparentemente tuvo su origen en el siglo XIX, existió con fuerza legal y práctica desde la más remota fundación de las ciudades.
(presenta dos ejemplos de políticas para la niñez. Uno hace referencia a las familias pobres que se desprendían de sus hijos para que fueran criados por familias pudientes. Otro es de políticas para la niñez según el género, como a la niña desde pequeña se le debía enseñar “el alto y sagrado destino de la maternidad”)
Diferencias entre los diversos contenidos de las políticas para la niñez:
A)- los matrices de la infancia, según una evaluación de la educación
B)- prácticas sociales analizadas desde otras variables:
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