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La solidaridad es uno de los valores éticos


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2013  •  509 Palabras (3 Páginas)  •  362 Visitas

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La solidaridad es uno de los valores éticos, se define como la capacidad del ser humano para sentir empatía por otra persona y ayudarla en los momentos difíciles, es un sentimiento de unidad en el que se buscan metas e intereses comunes.

La solidaridad permite el desarrollo de las familias modernas o núcleos de población, al generar un sentimiento de superación grupal, por efecto de este valor ético, las personas luchan por una meta en común, permitiendo superarse de manera personal así como de manera comunitaria.

En las sociedades modernas, cada persona se desarrolla de manera personal, pero para sobrevivir en sociedad se necesita de otras personas, y es ahí donde la solidaridad hace su trabajo, permitiendo que el colectivo una fuerzas en pro de una bien común.

Como valor ético, que entraña un proyecto de perfeccionamiento humano, la solidaridad surge, en primer lugar, del reconocimiento de que todos los seres humanos estamos hechos de la misma sustancia.

Si estamos hechos de la misma sustancia y, por consiguiente, nada de lo humano nos es ajeno, todos los seres humanos estamos en condiciones de comprender el dolor, la pena y la desventura de los demás; capacitados para asumir, como propias, las justas y razonables demandas de los otros.

En este sentido, ser solidarios y solidarias es reconocer en cada quien su dignidad humana, su valor intrínseco como persona y, en consecuencia, contribuir a la realización de sus proyectos de vida y a la satisfacción de sus necesidades. “Una de las compensaciones de esta vida es que ningún hombre puede tratar sinceramente de ayudar a otro sin ayudarse a sí mismo”, escribió Ralph Waldo Emerson.

Es decir, siendo solidarios nos afirmamos como humanos y crecemos en humanidad. Esto se explica porque la solidaridad parte de otra premisa: nuestro desarrollo como personas no es posible sin la presencia, el apoyo, el abrigo, el afecto y la ayuda de los demás.

Pero, sin asociarse a otros valores, la solidaridad estrecha, de cuerpo o de etnia, puede ser funesta; generadora de violencias, injusticias e iniquidades. Así, por ejemplo, la solidaridad de secta o de nacionalidad que discrimina, explota o persigue a otros, a los diferentes, o la solidaridad entre los poderosos para someter a los más débiles y desprotegidos.

La solidaridad sólo es plena si se manifiesta con equidad, justicia, respeto y espíritu de humanidad. Concebida así, es un antídoto contra la indiferencia, el egoísmo, la avaricia, la competencia y el mezquino lucro individualista. También contra esa desventurada idea, tan consentida en nuestra época, de sálvese quien pueda.

La solidaridad suele también ser entendida de otras maneras, como el unirse a otros y cooperar con ellos para la realización de una actividad. Desde esta perspectiva, es una conducta indispensable para el logro de objetivos

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