La vida se debe asumir como una guerra permanente

La vida se debe asumir como una guerra permanente

Autor: Diana Lucia Gómez Molina – Cód. 201811

El mundo en el que vivimos es muy competitivo en todos los aspectos, nos enfrentamos con “enemigos” que harán cualquier cosa para tomar ventaja y ganar. La guerra no es necesariamente entre dos ejércitos, todo es una guerra, ya sea que se trate de tú contra ti mismo, tú contra tus enemigos, tú contra tus miedos. No se trata de que estés al mando de un ejercito en función de conquistar territorios o recursos. Sino que en los tiempos actuales la guerra se ha trasladado a nuestra vida habitual, nuestras relaciones personales, nuestro trabajo o nuestro negocio o emprendimiento. Por esto podemos usar las tácticas y las estrategias de la guerra para nuestro propio beneficio, planeando de manera anticipada, conociendo al enemigo, conociéndote a ti mismo, tomando ventajas de las tus fortalezas, evitando tus debilidades y eliminando el ego.

Los principios que se muestran en el libro “el arte de la guerra” son aplicables para liberar cualquier tipo de batalla o guerra que afrontemos en nuestro día a día.

Lo primero que se debe tener claro para poder solucionar un problema es identificar: cuál es el problema?, quién es el enemigo?, quiénes son los aliados? y cuál es la estrategia de ataque se tiene?. En general a las personas no le gusta cuestionarse este tipo de cosas, y solo se quejan de sus problemas sin buscarle alguna solución. Por eso, cuando se está decido a afrontarlo y solucionarlo esto lo primero que debemos hacer.

Lo segundo que se debe hacer es no dejar que los problemas crezcan, en el libro el autor Sun Tzu hace alusión a que “la mejor batalla es la que se gana sin luchar”. Es mejor ganar rápido que dejar que un problema crezca, pues si lo dejas crecer tienes mayor riesgo de perder la guerra. Para ello, es sugerible listar los mayores retos o problemas que se tienen, y entonces atacar cada uno de estos con todas tus fuerzas, pero atacando uno a uno, en lugar de repartir tus recursos, atención o energía en varios, pues si los atacas todos al tiempo la probabilidad que los problemas crezcan y no se solucionen es muy alta. “Si envías refuerzos a todas partes, serás débil en todas partes”.

El siguiente punto muy importante se trata de conocerse a sí mismo y conocer al enemigo. Antes de poder ganar primero debemos saber quiénes somos, y a quién o qué estamos enfrentado. Tenemos que identificar nuestras fortalezas, debilidades para luego identificar las de nuestros enemigos. De esta forma podremos identificar por dónde y cómo podemos atacar al enemigo y así poder ganar la batalla.

Ahora bien, otro factor que debemos tener muy presente es que existen millones de formas de solucionar un problema, normalmente pensamos que si no lo realizamos de X o Y manera ya no hay solución, nosotros mismos nos limitamos, nos bloqueamos. Debemos cambiar esa forma de pensar,  buscar nuevas fuentes, tenemos que estar conscientes que si no sabemos algo no vamos hacer y repetir un patrón para tratar de resolverlo de la misma manera sabiendo que no va a funcionar. Cuando nos enfrentamos a un reto enorme, indirectamente este reto es una gran oportunidad para crecer. La mayoría de las personas quieren vivir libres de problemas y encontrar todo solucionado,  sin darse cuenta que es precisamente cuando alguien logra resolver un problema, que logra sobresalir, entre mayor sea el problema mayor será la oportunidad de crecimiento. Tenemos que ser creativos y no rendirnos a la primera dificultad.

Fortalece tus fortalezas y evita tus debilidades. Tienes que invertir en ti, en el desarrollo de tus fortalezas. En un negocio, un emprendimiento, en tu carrera profesional la clave del triunfo radica en ser más fuerte en lo que se es bueno y tratar de evitar aquello en lo que no eres tan bueno, al enemigo se le ataca donde es débil y tú tienes que defenderte donde eres fuerte y blindarte en las debilidades.

Los líderes presentan cinco (5) fallas de manera predominante. La primera falla es la imprudencia, el líder se deja llevar más por la emoción que por la razón. La segunda falla es la cobardía, hay muchos líderes que prefieren estar tras bambalinas, prefieren salvar su vida, sin saber que  con esto lo más seguro es que terminen prisioneros del enemigo. La tercera falla es la falta de temperamento, es decir, al primer problema se desvanecen, generando confusión, disolviendo el equipo y perdiendo la batalla. La cuarta falla de un líder es tener demasiado honor u orgullo, es el lider que está dispuesto a morir, sin prever lo que puede suceder con su muerte. Y el último factor, es el líder que se preocupa demasiado, está más al pendiente de la gente que de la situación. El líder y el equipo tienen un rol sumamente importante para resolver un problema, el equipo depende del criterio del líder, de nada sirve tener un equipo muy bueno con un líder que tenga este tipo de carencias mencionadas o viceversa, tener un buen líder con un equipo que presente algún tipo de carencias. Tanto el líder como el equipo deben ser conscientes de estas fallas, para así mismo corregirlas o tomar las medidas necesarias y no llegar al punto de perder la guerra.

...