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La vida y sus grados.


Enviado por   •  2 de Febrero de 2017  •  Trabajo  •  1.566 Palabras (7 Páginas)  •  296 Visitas

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1.1        La vida y sus grados

                                                               «Vivir no es sólo existir, sino crear» (Gregorio Marañón)

1. Existencia y vida

Voltea a ver tu alrededor: contiene una pluralidad diversa de seres. Pongamos que en este momento estás en tu casa leyendo esto: la computadora en la que lees es un ser, tú mismo eres un ser y si miras por una ventana que da a la calle y si es de día podrás distinguir árboles (son seres) y si es de noche, verás insectos revoloteando las lámparas del alumbrado público (también son seres: tanto los insectos como las lámparas).

¿Todos son seres? Sí, todos y muchos más que en este momento no ves ni oyes. Todos son seres porque todos existen: están en la realidad de una forma u otra.

Pero no todos viven.

¿Cuáles viven? En este ejemplo: tú, los árboles y los insectos. Pero no tu computadora ni las lámparas del alumbrado público, ellos sólo existen.

¿Qué tienen en común los vivientes (o sea, los que viven)? Pues que reaccionan a los estímulos del medio físico, se nutren, crecen y, eventualmente, se reproducen. Los meramente existentes no hacen nada de eso.

¿Te está clara la diferencia entre los seres vivientes y los seres meramente existentes?

Pero entre los seres vivientes también hay visibles diferencias: el árbol no se mueve por sí mismo del lugar donde está plantado mientras que el insecto sí se mueve atraído por la luz y tú también te mueves pero decides cuándo, hacia dónde y por qué te mueves.

¿Ves las diferencias? Tienen qué ver más con la calidad de la vida que con la vida en sí.

Entonces ¿qué es la vida? Vida es una abstracción del verbo vivir y vivir, es el conjunto de acciones que realizan todos los vivientes. Pueden ser muchas pero vamos a centrarnos en las acciones esenciales y exclusivas de los vivientes: nutrirse, desarrollarse y reproducirse (en primaria y secundaria sin duda estudiaste en clases de Biología el “ciclo vital”: nacer, crecer, reproducirse y morir y notarás la semejanza con las acciones vitales que acabamos de indicarte. Y también las diferencias: faltan nacer y morir).

a. La nutrición

Esta primera acción vital supone el acto de nacer (o brotar de un huevo o de la yema de un tallo vegetal) que es el acto inicial visible de la vida. Ya nacido o brotado, el organismo de cualquier viviente asimila de su entorno substancias que le convienen, las transforma en substancia propia y elimina las que no le convienen. De diferentes maneras todos los vivientes se nutren. En tu caso (eres un viviente humano) comes y lo que ingieres tus procesos orgánicos lo transforman en carne, huesos, pelo, sangre, etc. El árbol se nutre de substancias presentes en el agua, la tierra y hasta en la luz solar y todo lo que asimila, a su modo, lo vuelve tronco, ramas, hojas, flores, frutos, etc. Es una transformación cualitativa y no una mera acumulación de substancias.

b. El desarrollo

La acción nutritiva (que supone la ingesta y todos los procesos internos, desde luego) permite la otra acción: el desarrollo, que consiste en que el viviente sufra transformaciones internas y externas impresionantes. ¿Has visto tus fotos de recién nacido? No te reconoces ¿verdad? Porque te has desarrollado de un pequeño cuerpo (desde antes, en realidad, desde el óvulo fecundado por un espermatozoide) hasta el joven adulto que actualmente eres. Igual un elefante africano se transforma de un relativamente pequeño cuerpo (115 kilos, más o menos) al enorme ejemplar adulto que recorre la sabana. Y la semilla de mamey se vuelve un altísimo árbol.

Estas transformaciones visibles encierran otras transformaciones internas y la más importante es que al desarrollarse el viviente (persona, animal o planta, por mencionar los visibles) adquiere la capacidad para producir otros vivientes y ésa es la tercera acción vital.

c.  La reproducción

Consiste en la capacidad de parte de un organismo de dar origen a otros organismos semejantes. Todas las formas de reproducción muestran dos características:

  • se realizan para conservar la especie, y
  • el impulso para reproducirse parte del interior del organismo.

Claro que no todos los vivientes lo hacen de la misma manera: los árboles de mamey se reproducen inconscientemente (no saben y, por ende, tampoco quieren reproducirse); los elefantes sí se dan cuenta pero no deciden reproducirse: es el instinto lo que los impulsa irresistiblemente. Y tú, un viviente humano, sí te das cuenta y sí decides reproducirte o no (ésta es una enorme diferencia que retomaremos más adelante).

2. Los grados de la vida

Con lo anterior ya podemos clasificar los tipos de vivientes según el involucramiento que cada tipo tiene con la acción de vivir.

* Cuando el viviente no tiene conciencia del acto de vivir, decimos que tiene vida vegetativa. Todos los vivientes vegetales quedan en este grado (y, penosamente, algunos seres humanos llegan a quedar así cuando hay muerte cerebral).

* Cuando el viviente es consciente de su vida y puede ejecutar o no acciones vitales relacionadas con las sensaciones que experimenta, decimos que tiene vida sensitiva. Es el grupo de los vivientes animales: desde la pulga hasta la ballena azul. Y viven orientados por los sentidos: lo que ven, huelen, oyen, tocan y saborean les hace apartarse o acercarse a otro ser. Pero es el instinto lo que guía y determina sus acciones vitales. De algún modo, los seres humanos actuamos también así, pero no sólo así. Por eso pertenecemos a un grado superior.

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