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La ética y la economía: reflexión desde la educación


Enviado por   •  19 de Marzo de 2017  •  Ensayo  •  2.277 Palabras (10 Páginas)  •  207 Visitas

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La economía es la ciencia que se encarga de estudiar la manera de repartir los bienes escasos de la sociedad, tales como el dinero o los recursos naturales que son finitos, y la ética es la excelencia del carácter, es la vivencia de la moralidad, es la búsqueda de la rectitud y de la felicidad, así que la gran pregunta es si pueden relacionarse estos dos términos tan alejados, uno concerniente con los objetos con lo tangible y el otro unido con la persona en sí.

La respuesta a esta pregunta podrá ser afirmativa puesto que las dos se relacionan con el ser humano con el animal evolucionado que piensa y es consciente de sus actos; un ser en que tanto lo inmaterial como lo material se unen y que busca un fin máximo: la felicidad, búsqueda máxima del humano, premisa en las religiones del mundo y fin también del homo economicus que pretende maximizar y optimizar (mediante algoritmos matemáticos-económicos) estos recurso escasos que encuentra en el planeta.

En este orden de ideas, al ser el ser humano materia y espíritu, pensante y capaz de tomar decisiones eligiendo entre varias posibilidades, lograr la optimización de los bienes no debe estar en contravía con lo que está bien, lo que no hace daño y que sea justo consigo mismo y con quienes lo rodean. Es decir que las decisiones que debe tomar el Homo Economicus no deben alejarse de las tomadas por el ser humano, ya que los dos habitan el mismo espacio y las decisiones que tomen serán iguales para los dos.

En la realidad este supuesto es en muchas ocasiones utópico, puesto que, las decisiones que toma el homo economicus para tener placer y obtener el máximo beneficio, difieren mucho con la idea de virtuosismo que propende la ética; esto se refleja cuando toma decisiones que solo benefician a unos pocos y daña de manera grave a una gran mayoría. Inclusive se le ha puesto nombre a esto: Externalidad, todas aquellas decisiones de consumo o producción de los individuos y que afectan a terceras personas, ajenas a estas transacciones.

Ejemplo de externalidad se encuentran por montones en el día a día, tan solo al abrir el periódico o al ver las noticias: minas de oro que con sus residuos afectan a los niños, excavación de pozos petroleros que dañan los ecosistemas, pruebas de armas nucleares que infectan los cielos.

Cuando la mayoría es afectada, decide manifestarse para detener estas prácticas y lo hace al elegir de manera democrática a los miembros del Estado, encargado de intervenir para disminuir estas externalidades; en teoría cada vez que alguien está afectando a terceros, siendo poco ético con la actividad económica que realiza para maximizar sus recursos escasos, el Estado, entra a poner cartas en el asunto, deteniendo y haciendo responder a los culpables.

Pero en la práctica esto no se cumple, los miembros del Estado no actúan bien, no generan caracteres que los lleven a la felicidad, sino que actúan solo como Homo Economicus llegando a ser corruptos, recibiendo prebendas y haciéndose el de los oídos sordos frente a la multitud, vendiéndose al mejor postor.

En la sociedad de recursos escasos y ética escasa, nacen todos los días niños inevitablemente morales que empiezan a crecer y a educarse en este contexto, niños moldeados por la cultura y Homo Economicus en potencia, educados en sistemas escolares que propician la mediocridad y el aprendizaje por repetición y no por convicción. Se les persuade desde pequeños que deben luchar por un número para ser alguien, dejando de lado las demás virtudes que tiene.

Este sistema educativo en el que el pequeño ser humano es inmerso, es un recurso escaso solo esta para unos pocos y las diferencias de educación que recibe, depende del dinero que se tenga para invertir; una gran mayoría entra al sistema público, dado por el Estado, que como se dijo en párrafos anteriores es corrupto, malversa fondos y solo actúa para encontrar el bienestar de sus miembros, el resultado: educación pública sin calidad, sin contexto, con profesores explotados y pensado como la guardería del pequeño ser humano hasta que sea grande y pueda llegar a tener algún trabajo, que genere rentabilidad al Estado, es decir, que genere impuestos.

El pequeño ser humano solo quiere crecer y ser feliz, entender cómo se maneja el mundo y poder elegir entre las posibilidades que tenga la que más se acerque a su ideal de felicidad, pero, se encuentra por primera vez con el Estado y como este hace las cosas.

Hace algunos días denunciaron la calidad de comida que los niños y niñas estaba recibiendo en los colegios públicos: platos de mala calidad, nada balanceados y que no alimentaban, todo esto gracias a lo sucedido en Aguachica, Cesar donde a los estudiantes se les tomaba la foto con un plato de comida, que luego les era arrebatado para darles lo que realmente era su comida: una tajada de plátano y un puñado de arroz.

Esta actividad indignante ante los ojos de cualquiera, es respondida por el Ministerio al seguir con el día E, un día en que los maestros sin recursos deben pensar en más maneras de hacer rendir lo poco que le es proporcionado por el Estado para dar una educación de Calidad, es decir, que los recursos siguen siendo escasos para educación, pero para la propaganda del estado son ilimitados, a cuanto ascendieron los costos del día E, es una pregunta que no tendrá respuesta, lo importante es que el estado sigue actuando de manera poco ética, haciéndose propaganda así mismo, lucrándose y generando mayor desigualdad.

El fin último de la economía es optimizar los recursos escasos, máxima totalmente viable con la ética, puesto que propende generar la mayor felicidad, maximizando lo que se tiene; si las dos trabajaran al unísono las políticas serian distintas, puesto que se pensarían para mejorar el nivel de vida de todas las personas, esto se trastoca cuando la persona se divide en dos en el ser humano y en el homo economicus, dando como ganador siempre al segundo y creando un bucle sin pronto retorno.

La manera en la que el Estado puede cambiar es si los miembros que lo componen actúan de manera ética, esto es posible si los pequeños niños que entran al sistema educativo, recibieran una educación de calidad, que no solo forme para que sepan hacer sino para que sepan pensar, disminuyendo la cantidad de técnicas y brindando mayor cantidad de trabajo en comunidad y cooperativo, no enseñándolos a realizar todo por un número, sino para su crecimiento personal, tendiendo así la capacidad de escoger entre las diversas posibilidades que el mundo les trae, buscando siempre la rectitud y la felicidad. Es posible cambiar el mundo, y la piedra angular es la formación de los niños en seres humanos que integren la economía y la ética.

La ética y la economía: reflexión

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