Las cualidades mediáticas de la oralidad primaria

LAS CUALIDADES MEDIÁTICAS DE LA ORALIDAD PRIMARIA.

La oralidad primaria es aquella propia de los pueblos ágrafos, es decir, la de las culturas que desconocen completamente la escritura, por lo que su modo de comunicación únicamente es verbal, a través de sonidos originados por la boca y son percibidos de manera auditiva. Es importante aclarar que este modo de comunicación fue el primer modo usado en las sociedades humanas antes que la escritura existiera.

Después de la existencia de la escritura resulta importante destacar que esta nueva forma de comunicarse no desplazo a la anterior, por el contrario, la escritura nunca puede prescindir de la de la oralidad^[1]; pues este nuevo modo de comunicación depende de la legua hablada, ya que al existir los signos nace la necesidad de expresarlos por medio de sonidos en voz alta e incluso en la imaginación, pero esto da origen nuevamente el modo verbal de comunicación.  

Los pueblos arcaicos tienen como característica propia el integrar todo acontecimiento dentro de una tradición; es decir, a través de un simbolismo en donde representantes o emisarios de los dioses se involucran en el quehacer del colectivo, a esto se le conoce como mito y está constituido en la forma de articulación de la experiencia colectiva. Carrillo Canán nos habla de la idea de que el mito implica una organización configuracional, muy por el contrario de la ciencia que corresponde a una articulación analítica de la experiencia.

Respecto a las formas de organizar y transmitir el conocimiento  es claro que existe una diferencia entre la tradición de un pueblo arcaico, puramente oral, y lo que es la ciencia moderna. Gadamer afirma que la tradición por el contrario del conocimiento científico, tiene autoridad independiente de la verificabilidad empírica, es decir, lo transmitido por la tradición no requiere de ninguna verificación. El modelo gadameriano del mito expresa que el mito es lo dicho en la saga, de tal manera que no se admite alguna posibilidad de ser experimentado, solo la posibilidad de que a uno le ha sido dicho. Lo dicho entonces, por la voz colectiva, tiene una estructura rítmica, poética, es decir, se trata de una configuración.

La estructura de la tradición oral es meramente diferente a la del discurso en prosa, la cual es de forma lineal, por el contrario, la tradición oral debe tener cierta estabilidad de manera que pueda pasar con fidelidad de generación en generación. Para poder contar con tal estabilidad, es necesario el reconocimiento de los mismos patrones o configuraciones tópicas y rítmicas; siendo posible a medida que la percepción y la conciencia en general sean entrenadas por el ritmo del habla para reconocer y de esta manera poder conservar configuraciones.

Para la transmisión de conocimiento en una sociedad que depende únicamente de una estructura de comunicación oral, el aumento de la memoria impulsa a recurrir a fórmulas y enunciados fijos. Ong define los términos fórmula, formulario y formulaico como “referencias del todo genéricas a frases o expresiones fijas repetidas más o menos exactamente (como proverbios) en verso o prosa.”^[2] Si el conocimiento no se articula y transmite por medio de fórmulas orales y comportamientos ritualizados el grupo puede perder su coherencia y con esto su especificidad cultural.

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