Lenguajes Del Amor
Enviado por wrestleman • 7 de Mayo de 2013 • 7.693 Palabras (31 Páginas) • 476 Visitas
LOS LENGUAJES DEL AMOR.
ESTUDIO I
I. INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN – ILUSTRACIÓN DE ENAMORAMIENTO Y SEGUIMIENTO.
El amor, como es entendido y enfatizado en nuestro tiempo, es un sentimiento muy profundo, íntimamente personal, e intransferible. Mucho de nuestra estabilidad emnocional y mental depende de que amemos y nos sintamos amados. Los sentimientos de inferioridad, culpabilidad, dificultades de relacionarse con otros, nacen de corazones que han sentido esa carencia de amor, ya sea en sus relaciones como hijos con sus padres, como amigos, o relacionados con una pareja. Es una necesidad interior que en ocasiones es difícil expresar, pero está siempre presente.
A pesar de las diferentes perspectivas de lo que es amor, el mundo y su desarrollo testifican de su importancia. Música, Cine, Teatro, Literatura, Pintura, etc. evidencian que el amor es una necesidad. Con amor todo lo puedes; sin amor, todo son montañas inalcanzables. Los psicólogos han concluido que el amor es una necesidad emocional primaria en el hombre. Pablo el apóstol exaltó el amor cuando expuso que sin él, aún las mayores acciones o habilidades quedaban vacías de significado. Para aquellos que se identifican como Cristianos el apóstol Pablo concluye una eminente exposición del amor (I Cor 13) comparándolo con la fe y la esperanza, tres ideales imperecederos en nuestra vida. En esta comparación el apóstol resalta el amor como el mayor de ellos.
Como necesario punto de partida, hemos de establecer que cualquier tiempo, ideas, charlas de otros en cuanto a las relaciones humanas son siempre provechosas. No necesitamos estar en problemas para beneficiarnos de sugerencias para mejorar nuestras relaciones. Somos 2
humanos con experiencias y perspectivas muy diversas. Abrirnos a otros enfoques puede ser muy enriquecedor. Por otra parte, cuando estamos bien, satisfechos en nuestro entorno es más fácil estar abierto a otras ideas, y no cuando tenemos conflictos que nos oprimen y condicionan. Sugerencias, ideas como la presentación de este libro pueden ampliar nuestra creatividad para disfrutar las relaciones profundas que sostenemos con quienes vivimos. Y por otro lado es necesario reconocer que nuestras limitaciones o imperfecciones nos pueden llevar a episodios más desafortunados, donde otras ideas o sugerencias pueden evitarnos heridas lamentables.
ACLARACIÓN – Déjame decirte algo. Si quieres evadirte de todo puedes, pero hay algo que puedes aprender.
En las últimas décadas, nuestra sociedad mediática nos ha presentado un modelo de amor que parece pertenecer más al mundo de los cuentos que al de la historia. Películas y a menudo medios de comunicación subrayan la experiencia de estar enamorado como el clímax del ser humano. Protagonistas en su mayoría con cuerpos jóvenes, modélicos en breves escenas desde un primer intercambio de palabras entran en un romance apasionado, y todo en cuestión de minutos. Sin embargo para nosotros, ciudadanos de a pie que no vivimos en la ficción de un escenario, las cosas normalmente no son tan fáciles. Es cierto que podemos entrar en una relación de pareja por un flechazo, una atracción irresistible que absorbe toda nuestra mente. Pero cierto es también en ese caso la existencia de un peligro. Las diferencias del día a día donde no ha habido una amistad que fundamente la relación pueden distanciarnos y enfriarnos. Entonces el desamor causa heridas y una confusión de igual o mayor intensidad que el flechazo. Es cierto también que aunque nuestro matrimonio o relación familiar haya tenido una buena amistad como fundamento, hay cambios que demandan ajustes, o podemos tambalearnos en nuestra relación. Así sucede con la venida de un bebé, o con promociones de trabajo a puestos “sin horario,” o segundas nupcias con hijos de otros matrimonios, adopciones, adolescencia de nuestros hijos, etc. Son nuevos ingredientes que si no los encajamos pueden crear vacíos en la comunicación y en la relación. En otras ocasiones, no son ni el surgir de diferencias ni cambios en el entorno de la pareja, sino simplemente el desarrollo personal de cada uno. La esposa puede entrar en actitudes críticas hacia su marido cuando está en casa, ya sea porque no hace nada en casa, o porque lo que hace no lo hace bien. El esposo por su parte, puede desarrollar con su trabajo y sus amigos un mundo demasiado individual y separado del hogar que trae un vacío también a la relación. El mundo del ocio igualmente puede inclinarnos hacia terrenos pantanosos. La caza, el 3
deporte, las manualidades, algo que nos sorprende a través de un compañero de trabajo, de una amiga, y que puede darnos una sensación de frescor, de un nuevo entusiasmo en algo que no habíamos experimentado, esto puede en la misma medida minar la cercanía de nuestra relación matrimonial o familiar.
Por otro lado está la confusión de lo que amor es. Una mujer maltratada o casada con un alcohólico hablará de su trato con su marido como una expresión de amor, mientras un psicólogo hablará de co-dependencia. Un padre puede indulgir comportamientos rebeldes o perezosos en sus hijos y llamarlo amor, cuando un psicólogo familiar puede llamarlo un comportamiento irresponsable. Nosotros hablamos del amor que es elemento esencial para nuestra sanidad emocional. El sentimiento de pertenencia, de ser deseado, dentro del entorno familiar, es una necesidad básica para la estabilidad emocional de un niño. Con ese amor, el niño probablemente crecerá a una madurez responsable. Si resulta ser una carencia, el niño puede llegar a ser un adulto “disminuido” en su ser emocional y social.
Más duro que el enfriamiento de una relación de pareja es lo que viene cuando por una parte o por otra se intenta mejorar la situación y la otra parte no responde. Quizás más que responder a veces reacciona con hostilidad a gestos que lo que quieren es reclamar un amor que se está marchitando.
Ilustraciones?
Hay algunas cuestiones preliminares que debemos considerar antes de buscar medios o acciones para mejorar nuestro matrimonio.
1. Hemos de abandonar esa actitud que busca soluciones, que analiza todo comentario, que propone recursos siempre en la perspectiva de que el problema está en el otro, que la solución está en un cambio de la otra persona, que nosotros no hemos hecho mal y que no se nos puede pedir más de lo que hacemos. Lo que buscamos es mejorar nuestra relación matrimonial, no ganar una discusión. Aunque haya heridas por parte del otro que en su momento debemos hablar, debemos estar abiertos a perspectivas, aportaciones, diferentes a lo que nosotros pensamos. Y aún debemos estar dispuestos a reconocer errores con los que hayamos podido herir a nuestra pareja.
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2. Hemos de mantener la convicción de que podemos
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