Liderazgo Como Ventaja

Liderazgo como ventaja competitiva

El objetivo de todas las empresas del sector privado es básicamente el mismo: crecer, asegurar la completa satisfacción de sus clientes y aumentar las utilidades. No hay duda de que todas las empresas tienen la oportunidad de hacerlo, pero no todas lo logran. La mayoría de los empresarios podría opinar que el mayor obstáculo para el crecimiento de una empresa es la falta de recursos económicos o qué la ventaja competitiva pasa únicamente por la innovación tecnológica; lo anterior es clave en el éxito empresarial, pero lo cierto es que, aun contando con ellos, muchas empresas fracasan. Se ha visto cómo otros factores pueden afectar dramáticamente las oportunidades de crecimiento de una empresa: la ausencia de rumbo, de un liderazgo efectivo y de trabajo en equipo. Factores que están concatenados y que son elementos esenciales para el desarrollo y crecimiento de cualquier organización.

Expresiones empresariales corrientes como misión, valores corporativos, visión y estrategia son ajenas a muchos empresarios. Estos conceptos, lejos de ser aceptados, comprendidos e incorporados en la mente y en el trabajo de quienes conforman la empresa, son conceptos totalmente ajenos o que se han relegado creyendo que no aportan valor en las metas esenciales de cualquier negocio: crecimiento y utilidades. En definitiva, la ventaja competitiva la aportará el valor agregado que las personas de la organización dan al trabajo que realizan.

En muchas organizaciones los colaboradores son vistos como simples empleados, los dueños como líderes y el acato de instrucciones, como trabajo en equipo. No, no existe una clara comprensión de lo que es un líder, un colaborador y lo que significa trabajar en equipo. Creemos que lo sabemos, pero si así fuera las empresas no sufrirían por la falta de rumbo, de visión y de alguien que guíe sus esfuerzos hacia la consecución de objetivos que no sólo satisfagan los intereses de los accionistas, sino también de las demás parte interesadas (empleados, clientes, proveedores, sociedad, etc). La incapacidad de ver estos conceptos como elementos decisivos para impulsar el progreso de la empresa, desarrollar el estilo de liderazgo que debe prevalecer y la forma de actuar de cada uno de los miembros de la misma, ha impedido que muchas empresas alcancen sus objetivos financieros e incluso otros relacionados con la satisfacción de sus clientes o de sus empleados.

Para que las empresas puedan crecer, es menester que los directivos desarrollen verdaderas habilidades de liderazgo. Basta de pensar que se es líder únicamente por la posición que se ocupa. El liderazgo es mucho más que estar al frente de una organización. Un verdadero líder se ocupa de desarrollar una cultura organizacional donde prevalece el espíritu de cooperación, donde cada miembro de la empresa comprende el valor que tiene su trabajo y está dispuesto a colaborar hacia una visión

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