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Los Planteos De La Sociedad De La Información A La Educación


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2011  •  1.603 Palabras (7 Páginas)  •  625 Visitas

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Un reto impostergable que debe enfrentar la pedagogía moderna lo constituye aquello relacionado con los contenidos escolares. La explosión de conocimientos, la descentración del poder de los especialistas y la emergencia de novedosos modos de tecnologización de la palabra, son cuestiones que ponen en tela de juicio la producción de saberes escolares ¿hasta qué punto los dispositivos creados en antaño podrán enfrentar la magnitud del cambio?

Si nos remontamos a la institución escolar moderna de fines de siglo XIX nos encontramos con la supremacía del saber escolar, de sus propios preceptos por sobre la cultura popular o familiar. El procesamiento de la cultura y los saberes eran competencia exclusiva de la institución escolar moderna. La escuela legitimó a la escritura y la imprenta como los dispositivos hegemónicos de tecnologización de la palabra, relegando otras agencias de producción y transmisión de saberes. Fijó qué había que leer, cómo leerlo y cuándo. Desde su monopolio cultural difamó a todas aquellas lecturas y escrituras que no se ajustaran a sus preceptos. La escuela determinaba qué era benéfico, qué era sano, qué era democrático, qué era saber y qué era ignorancia. Centralidad: saber y poder aunados y exclusivos del sistema escolar.

El tránsito del siglo XX al XXI se produce en un contexto de globalización, un tiempo que patentiza un cambio profundo signado por la velocidad de las comunicaciones y la presencia hipertecnológica que promueve entre otras cosas, nuevas formas de vivir, de percibir, de conocer. El transcurso del último siglo nos ha traído una ciencia más incierta, una cultura agónica, (entendiéndola como conjunto de significados compartidos por una comunidad). De la mano de la invención de la imprenta, el conocimiento se difundió e intercambió más allá de los muros de los monasterios donde se constituía un saber establecido y autorizado para iniciar un proceso ininterrumpido de progresiva descentración de las fuentes, traducida en una pérdida de la certidumbre de nuestro conocimiento sobre el universo. Hoy conocer no es reflejar la realidad, sino que es elaborar modelos que se parezcan lo más posible a lo que sabemos de la realidad: todo conocimiento es una aproximación incierta. Esta pérdida de un discurso científico único y hegemónico se trasladó a los sistemas educativos actuales en donde se ha experimentado un cambio que mutó la enseñanza de datos y hechos a la enseñanza de los sistemas conceptuales. Donde antes había hechos y datos, ahora hay teorías, sistemas e interpretaciones. La comprensión de esas teorías se basa en procesos de aprendizaje radicalmente distintos a los planteados por la pedagogía tradicional de reproducción de datos lo que deviene en obligados cambios en las estrategias de enseñanza.

La sociedad de la información es la adjetivación que se le da a este entorno de información constante y diverso en el que estamos inmersos. Los cambios radicales en la producción del saber y formas de aprender están ligados históricamente al desarrollo de nuevas tecnologías en la conservación y difusión de la información. Desde mediados del siglo pasado estamos asistiendo a una verdadera e indefectible revolución de los soportes de la información, que va desde la imprenta hasta los ínfimos almacenadores de una magnífica cantidad de información hipertextual. Las nuevas tecnologías de almacenamiento, distribución y difusión de la información permiten un acceso casi instantáneo a grandes bancos de datos que contienen no sólo información escrita sino información audiovisual, más inmediata y fácil de procesar. Un rasgo característico de la sociedad es que en vez de tener que buscar activamente la información es más bien la información la que nos busca a nosotros, estamos siendo atiborrados, sobrealimentados de información. Obviamente esta información es fragmentaria, confusa y muchas veces engañosa, unas veces porque se refiere a hechos muy remotos, otras porque la información es muy parcializada, poco coherente o incluso contradictoria y en vez de reducir nuestra incertidumbre la incrementa.

Hoy la escuela ha perdido la primicia y exclusividad sobre informaciones que antiguamente constituían su patrimonio por excelencia, la tarea del docente ya no puede regirse por el rol del almacenador del saber y la enseñanza ya no se erige sobre el monopolio de la verdad. Los niños llegan a la escuela con un bagaje de conocimientos que antes eran impensados, sin mucho esfuerzo éstos ya han sido informados por los medios de comunicación social.

Este panorama de la cultura contemporánea constituye el nuevo campo de intervención de las propuestas curriculares las que deberían funcionar dando las oportunidades a los alumnos de organizar, dar sentido y significado a esos saberes informales relacionándolos con el contenido escolar, que por lo demás entran con desventaja atractiva en la competencia por la atención de los alumnos.

¿Para qué y a quién forma

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