"Los grandes cambios personales dependen de iniciativas pequeñas”

"Los grandes cambios personales dependen de iniciativas pequeñas”

En este trabajo, los integrantes del grupo, estableceremos una relación entre la película “La sonrisa de la Mona Lisa” dirigida por Mike Newell en el año 2003; y el contenido bibliográfico otorgado, de las unidades 2 (Educación y sociedad) y 3 (Sistema educativo: Estructura y dinámica).

La película “La sonrisa de la Mona Lisa”, se desarrolla en otoño del año 1953. Katherine Watson, viaja desde California al campus de la prestigiosa y estricta Universidad de Wellesley en Nueva Inglaterra, para enseñar historia del arte. En la era de posguerra, la joven profesora tiene como expectativa de que sus alumnas, aprovechen las oportunidades que se les presentan. Sin embargo, poco después de su llegada, Katherine descubre que el entorno de la prestigiosa institución, está suspendida en una conducta conservadora y tradicionalista.

Una de las situaciones que se pudo observar en la película, con respecto a la educación fue, que la Universidad de Wellesley, tenía como objetivo la formación de las mujeres, es decir, que sólo se las educaba para ocuparse de la familia, quedarse en la casa y permanecer junto a su marido, ya que la sociedad, consideraban que una mujer debía estudiar hasta que se case; el matrimonio era una obligación, y además, una recompensación de los años de preparación. De lo contrario, las mujeres que no se casaban, eran consideradas como una anómala.

La profesora de arte, Katherine Watson, consideraba que la educación que se les daba a las mujeres, no estaba bien orientada. Ella pensaba en que las cosas debían cambiar, que las mujeres podían pensar por ellas misma, viviendo sus propias convicciones, seguir progresando con sus estudios, confirmando que pueden “salir los líderes del mañana”, y así, haciendo que vean al mundo de otra forma.

Podemos relacionar estas circunstancias, por un lado, con la bibliografía “La lucha no se acaba, se reinventa” de Paulo Freire. Se cuestiona que si los docentes consiguen convencer a los jóvenes de que la realidad, por difícil que sea, puede ser transformada, se estará cumpliendo una de las tareas históricas del momento.

El docente debe estar, por lo menos inclinado a cambiar. Debe tener en claro cuál es su posición. La educación es una práctica política, y el docente debe hacer su elección. Empezando a construir su coherencia, que disminuya la distancia entre su discurso y su acción.

La primera pelea que un docente progresista debe dar es consigo mismo. Ese es el comienzo del cambio.

Además, deben estar abiertos al cambio y a la diferencia, “Siempre existe la tentación de rechazar al que piensa diferente”. El profesor que quiere ser coherente con su posición democrática y ética tiene la obligación de entender y respetar las opiniones diferentes de las suyas.

La cuestión no es desistir de la pelea, es cambiar las formas de pelea. Hay que reinventar la forma, pero jamás dejar de pelear.

La cuestión, es cómo hacer para que la experiencia humana sea cada vez más una experiencia “gentificada”, de gente, de personas, de sujetos, no de objetos. Y esto no se logra sin pelea, sin esperanza, sin tenacidad y sin fuerza.

Es reencontrar razones de esperanza en la desesperanza. Reconstruir la esperanza. Hay que reconocer los diferentes tiempos históricos, reconocer que la lucha es más difícil.

Una de las buenas cualidades de un profesor o profesora, es darles testimonio a los alumnos de que la ignorancia es el punto de partida de la sabiduría. “El error es un momento de la búsqueda del saber. Es justamente la equivocación la que nos permite aprender”.

Lo que los jóvenes quieren, es una prueba de que pueden confiar en los profesores, y cuando más serio es el docente tanto más creen en él.

Y por el otro, con la bibliografía de “La educación en el laberinto de la utopía” de Pablo Gentili, redactando que la educación, no dispone de la química necesaria como para cambiar el mundo, aunque puede contribuir a formar los corazones y mentes de aquellos y aquellas que se dispongan a luchar por hacerlo un espacio más humano, más justo y solidario, más digno e igualitario.

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