MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

A partir de que comienzo esta experiencia de revisar lo que hasta el momento ha sido mi experiencia docente, me encuentro con remembranzas que me pueden llenar de alegría como de tristeza, a su vez experimento sensaciones de satisfacción pero también puedo sentir insatisfacción e impotencia por aquellas situaciones que no me han sido del todo exitosas, ello me lleva a revisar y mejorar lo que hasta el momento he realizado frente a mis alumnos y no repetir las actitudes negativas.

A lo largo de este escrito, deseo de expresar de forma clara lo que ha significado para mí el estar frente a grupo por el espacio de 7 años de profesorado, tiempo en el que además de haber cursado una licenciatura de Educación Secundaria con especialidad en Formación Cívica y Ética, en la Escuela Normal Superior de Zacatecas de forma alternada, he aprendido mucho a partir de la práctica diaria, en donde junto a los jóvenes de preparatoria me cuento como un aprendiz más, pues del sentido humano de los chicos hay mucho que absorber y que sobre todo, tengo la fortuna que alumnos y compañeros docente reconozcan mi labor como la de un buen profesor y en algunos casos, como un mentor o tutor de los alumnos, escuchando de ellos el comentario que ha sido una buena experiencia la que han pasado junto a mí en aula y como compañeros de trabajo.

A estas menciones que me regalan, en varias ocasiones me queda la sensación de una autocrítica, pues al término de cada curso me quedo con la idea que pude haber hecho mejores cosas o que mi práctica docente no fue la adecuada para los cursos que atendí en el semestre y me propongo la meta de mejorar semestre tras semestre lo hecho con anterioridad. Claro, también suelo agradecer las felicitaciones que me ofrecen y me alientan a no quedarme con las mismas prácticas, sino a mejorar el siguiente curso y por consiguiente a superar mi propia experiencia docente.

Mi ser docente se ha configurado a partir de diversos aciertos y fracasos, y quizá en lo personal pudiera exponer muchos más fracasos que aciertos, ya que por lo general me queda una sensación de que clase tras clase no he logrado dar lo mejor de mí ante los jóvenes que son una responsabilidad tan importante, pues por así decirlos, pasan por mis manos quienes en un futuro darán una nueva perspectiva de sociedad en mí país, y me llega a ser frustrante el hecho de que algunos de ellos no logren configurase como personas exitosas o peor aún no tengan ni siquiera un proyecto de vida bien planteado.

A pesar de estos autocuestionamientos no puedo dejar de lado lo que hoy es mi personalidad de profesor y que además de todo defiendo, pues tengo entendido que así como los alumnos tienen sus formas de aprender, a lo que le llamamos estilos de aprendizaje, los docentes tenemos un estilo de enseñanza, el cual es como una huella digital, propia e intransferible. Mi propio estilo lo describo como el docente que busca ante todo una disciplina en la impartición de la clase, desde el momento en que se planifica, hasta el punto en que se debe dar una evaluación como producto del esfuerzo en los alumnos, para ello desde ahí está presente la autodisciplina docente y que como todo la tengo que saber encausar en mis alumnos, sin llegar a imposiciones irreflexivas, sino al contrario que los chicos sepan porque hay momentos de trabajo y quizá, por qué no, momentos en que aprender es diversión y relax, claro, no permitiendo que esto exceda ciertos límites que nos puedan llevar un caos incontrolable.

Para mí, es muy importante a su vez el diálogo

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