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RESUMEN

Lectura “El hombre a la luz de la Antropología filosófica”.

La antropología filosófica es la serie de manifestaciones que atestiguan la presencia del hombre, tales como el fenómeno del conocimiento científico, los juicios de valor, la libertad, la comunicación interpersonal y la religión.

La Antropología Filosófica busca reflexionar sobre el hombre como totalidad y no sobre sus particularidades. La reflexión sobre el hombre surge de la filosofía por aclarar el concepto que el hombre tiene de sí mismo y de su situación en el mundo. A partir de la época moderna el hombre ya no se entiende solamente desde su naturaleza o desde la metafísica o teología, sino de sus acciones: sus producciones, sus obras y las relaciones con los otros hombres.

Kant hace distinción entre la antropología fisiológica y la antropología cultural y social, sin llegar a tematizar sobre la antropología filosófica, pero si abriendo el tema para ello.

La reflexión sobre el hombre se convierte en el único objeto universal de la filosofía, según Feuerbach y es la única ciencia capaz de determinar la separación entre el hombre y el animal. Darwin da el puesto biológico de la especie humana dentro de la evolución de las especies y el psicoanálisis de Freud, al señalar el inconsciente como motor de la conducta humana, abrió nuevas perspectivas en la consideración del ser humano.

Para Max Scheler, la antropología filosófica debe tratar al hombre, como hombre en su totalidad. Scheler otorga al hombre un lugar especial en el cosmos, por su intencionalidad, su apertura al mundo, su libertad y por la capacidad de poder trascender lo inmediato.

Scheler insiste en la existencia en el ser humano de la dimensión del espíritu que lo separa de la mera animalidad. La diferencia entre el hombre y los animales es solamente de grado. Por lo tanto afirma que, mientras la imaginación, la memoria, la sensibilidad y el sentimiento son fenómenos vitales, en el hombre aparece una dimensión diferente: la del “espíritu”, opuesta en cierto sentido a la vida, y que permite al hombre reprimir y controlar sus impulsos.

En su antropología filosófica, Scheler parte de la crítica del cuerpo y psique, que se manifiestan como impulso afectivo, instinto, memoria e inteligencia, en un grado ascendente que culmina en el hombre; perteneciendo este al mundo de la vida y al del espíritu. El espíritu es la sublimación de la fuerza vital, pero este por sí mismo carece de energía propia y la obtiene de los impulsos vitales. El hombre aparece puesto en el cosmos con la misión de hacer que el espíritu se impregne de vida. Esta noción de espíritu es la que, según Scheler, caracteriza plenamente al hombre. Debido a esta noción hombre-espíritu, Scheler se opone a toda forma de naturalismo, razón por la que critica la reducción del hombre a impulsos de adaptación natural (Darwin), nutritivos y económicos (Marx), sexuales (Freud) o de poder (Nietzsche).

(Para discusión): Estos reduccionismos antropológicos, filosóficos y políticos han generado consecuencias negativas en la sociedad y obviamente en las prácticas administrativas organizacionales. Es por eso que debemos estar alerta para no dejarnos tentar por voces atrayentes que pretender reivindicar al hombre, pero desafortunadamente lo hacen desde una sola mirada?

El Filósofo A Gehlen dice que: “Si observamos, el hombre es un ser deficitario, no especializado, débil, incompleto.” Esta caracterización del hombre como ser carencial determina su capacidad de aprendizaje y su capacidad de transformación de la naturaleza. En dicha capacidad se manifiesta el carácter fundamental del ser humano: la “acción”. .... en la acción se unen todos los aspectos del ser humano: su cuerpo, su naturaleza, su inteligencia, su sociabilidad y su cultura.

La hipótesis básica de Gehlen es: el hombre es un ser activo y cultural. «Para tal propósito servía la acción, la concepción del hombre como un ser primordialmente activo, entendiéndose por “acción” la actividad destinada a modificar la naturaleza, con fines útiles al hombre». Debemos situar la acción y definir al hombre como promotor y creador de cultura.

El hombre como criatura viviente es un ser de carencias y necesidades; al ser consciente de esas carencias es lo que ha llevado al hombre a ser un ser activo, creador de cultura, transformador de la naturaleza. Las grandes creaciones del hombre en todos los niveles de su vida, han sido elaboradas a partir de la reflexión sobre sus limitaciones. El hombre no tiene la estructura adecuada para poder sobrevivir en la lucha por la existencia.

Esta mirada holística (Defiende la concepción de cada realidad como un todo, distinto de la suma de las partes que lo componen) desde la Antropología Filosófica sirve para entender lo complejo que es el estudio del hombre. Teólogos, Biólogos, Antropólogos, Filósofos, Políticos, Economistas, Sociólogos, todos aún analizan al hombre y no siempre llegan a acuerdos sobre sus conclusiones. Lo importante no es lograr un consenso, sino afirmar que el hombre sigue siendo ese misterio insondable en el que cada día se encuentran nuevos puntos de reflexión. La riqueza conceptual sobre el hombre radica en la posibilidad permanente de hallar nuevas preguntas y nuevas respuestas.

SÍNTESIS

En síntesis, la visión que tenemos del hombre es el de una creación divina, con carencias y limitaciones propias de un ser en éste planeta; sin embargo en su evolución ha venido adquiriendo la capacidad de transformar el entorno a la medida de sus necesidades, éste desarrollo que se da en gran parte gracias a sus habilidades sociales, a las interacciones con otros seres humanos.

El ser humano como animal racional desarrolla la auto-conciencia y la capacidad de decidir, tal como lo expone Scheler al hablar sobre el espíritu , lo cual lo convierte en el ser más complejo del mundo y su predisposición de seguir evolucionando, ya no en lo físico

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