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Enviado por   •  13 de Marzo de 2014  •  1.968 Palabras (8 Páginas)  •  379 Visitas

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El Paréntesis de Gutenberg –Imprenta, Libro y Cognición–

Foro de investigación del Paréntesis de Gutenberg (Instituto de Literatura, Medios y Estudios Culturales, Universidad de Dinamarca del Sur).

1-

Desde la perspectiva de un futuro no muy distante, es cada vez más probable que el período abarcado desde fines del Renacimiento hasta el principio del siglo XXI, sea visto como dominado -e incluso definido- por la relevancia cultural de la imprenta, y no por ello menos en la forma de libro producido en masa, que es prácticamente sinónimo de la cultura occidental. Sería apropiado designar a este período (1500-2000), correspondiente a 500 años, como “El Paréntesis de Gutenberg”.

La invención de los tipos móviles y la imprenta produjo un cambio radical en las condiciones para la comunicación, el acceso a la información y el conocimiento. El cambio no afectó meramente la apariencia de la información y la diseminación del conocimiento, sino también, la misma naturaleza de la cognición. Hoy en día, análogamente pero de manera inversa, el libro producido en masas está siendo absorbido por un ambiente digital, que permite tanto la reproducción como la diseminación, incluso sobrepasando a las tiradas más grandes, pero en términos de difusión, también reduce el libro a otra opción en distintos tipos de modos mediáticos e intercambiables. El cierre del Paréntesis de Gutenberg se posiciona de acuerdo a la apertura de un nuevo y hasta ahora sólo parcialmente vislumbrado contexto cognitivo.

El proyecto “Texto, Imprenta y Libro” analizará los procesos y explorará el material, y las implicaciones estéticas y cognitivas de ambos cambios, del pre-moderno a una distribución en masas de la imprenta centrada culturalmente e iconográficamente en el libro, y del corriente movimiento post-moderno a una cultura digitalmente condicionada donde el libro ha perdido ese lugar de privilegio. Debido a esto, los transitorios (apertura y cierre) períodos del Paréntesis de Gutenberg constituirán el centro de atención, pero la comprensión de los períodos pre y post paréntesis – similitudes, continuidades y contrastes entre ellos en relación a la cultura dentro del paréntesis – serán beneficiados de la perspectiva aplicada: el Foro dará un ambiente tanto para el estudio directo del libro masivo, su precursor el hológrafo, y su sucesor, la pantalla digital, y para estudios comparados de otras formas – implicando otras estéticas y otros modos de cognición – producción, transmisión y consumo.

2-

Desde la perspectiva del conocimiento (cognición) es imposible separar formas y modos de mediación. Desde que existieron en tablas de arcilla, papiros y rollos de cuero, los libros han sido los portadores de autoridad. La autoridad religiosa ejerció la única producida e iluminada Biblia, o sus comentarios con propiedad restringida, definida por esos que pudieran leer y escribir, además de aquellos que pudieran acceder al libro. El libro hecho a mano con caligrafía única, antes de Gutenberg, era una autoridad por ella misma, pero de manera sobrenatural. Durante la Edad Media la Iglesia luchó para estabilizar todo significado en referencia a La Palabra como es revelado en la Biblia, al mismo tiempo que era visto como un fenómeno empírico como otra verdad revelada complementaria, considerada el segundo libro de Dios. Con su monopolio sobre la educación y su desarrollo, la Iglesia pudo establecer al libro, objeto altamente concreto, como el depósito de la verdad; y aún con un tercer libro, “summa”, como el unificador y armonizador ideal de la verdad. Entonces el libro garantizaba y era portador de la verdad. Cuando el marco de referencia cambió de la voluntad de Dios a la naturaleza científica medida – vista como la exclusiva manifestación de Dios – se abrió paso a la Edad de la Iluminación (Iluminismo para los amigos) con su respectivo libro, generalmente aceptado como el símbolo del conocimiento científico. Con el Iluminismo ya teníamos establecida entre nosotros una cultura del libro.

Es una certeza que la autoridad religiosa continuó con la Biblia impresa y distribuida en masas luego de Gutenberg, pero a fines del Renacimiento y el Iluminismo, fue acompañada por -y por qué no, compitió con- el libro como autoridad secular. La emergencia de la producción masiva de libros impresos coincidió con la secularización general de fines del Renacimiento, y el paso del libro de autoridad sobrenatural a terrenal fue resultado directo de su modificación como producto industrial, suministrado en mercados accesibles al intercambio. Entonces, aún cuando los libros impresos contribuyeron al proceso de secularización de manera relativamente accesible, su autoridad permaneció con la palabra, ahora impresa, escrita. (No es coincidencia que la Biblia haya sido el primer libro impreso masivamente) Ahora el libro “naturalmente” estandarizado con su texto “estabilizado” es característico de las sociedades que despliegan verdades establecidas, ya sea que concierna a la existencia de Dios, a verdades político-ideológicas compartidas, o a un acercamiento empírico a la naturaleza o la realidad. A fines del siglo XVII y XVIII, al momento que la sociedad civil difícilmente podía imaginarse sin panfletos y la prensa, de igual manera el Iluminismo literalmente y figuradamente no podía hacerlo sin sus grandes libros.

Los métodos de la ciencia moderna y los eruditos dependieron mucho del libro. Lo que llega a una imprenta y en consecuencia, a la distribución masiva en un libro o antología, recíprocamente se forma a través de una convención de publicación anticipada. Para muchos de los científicos y expertos en la materia esto es un hecho a priori aceptado. Y no sólo en la ciencia y becarios (universidades o lugares de formación) el libro es cognitivamente formativo, en entretenimientos también. Desde el comienzo del siglo XVIII hasta la dominación moderna del entretenimiento por parte de los filmes y la televisión, volúmenes sencillos -y múltiples- de libros han disfrutado de posiciones de privilegio únicas. Los libros eran por lejos uno de los objetos más conocidos de entretenimiento entre las alternativas de la cultura impresa, pero tener tiempo de ocio para leer en el siglo XIX como en principio, y luego los formatos como el suntuoso triple piso eran sólo privilegios para las altas jerarquías y representaban un alto valor social.

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