Metodologia

La Civilización y la Etica

Se dice que la civilización fue posible gracias a la invención de la agricultura; aunque la ética fue más fundamental aun que la agricultura, pues sólo a través de ella es posible que grandes grupos de personas puedan vivir juntas. Indudablemente, la agricultura fue muy necesaria para sostener a una gran población sedentaria, pero no hubiese habido un grupo significativo de personas cooperadoras para inventar la agricultura si previamente no hubieran tenido un código ético unificado que fuese objetivamente válido.

La civilización inicia, por lo tanto, no con la invención de la agricultura hace 10,000 años, sino con la articulación, hace casi 50 mil años, de un código ético que fue incorporado a las religiones del Cromagnon y otros Homo Sapiens. Aquellas sociedades, que vivían en una estrecha armonía con la ética evolucionaria, fueron coherentes, ingeniosas y dinámicas. Esto les permitió agruparse en grandes grupos cooperativos y así cimentar las bases de la civilización. Ninguna civilización es posible sin un código ético que sea válido al menos parcialmente.

Lo que impulsó la civilización fue un conjunto de invenciones, tales como lenguaje y una organización a gran escala además de las nuevas herramientas para cultivar, procesar y defender el alimento. Las primitivas comunidades agrícolas necesitaron de un sistema de defensa fuerte y bien organizado, pues eran sumamente vulnerables a los ataques de las bandas de cazadores depredadores y, más tarde, de los nómadas. El nomadismo fue un paso evolutivo entre una sociedad de cazadores y una sociedad agrícola compleja, más no tuvo el potencial de engendrar una civilización. Probablemente los primeros nómadas fueron pastores de renos que seguían a los rebaños; más tarde fueron pastores de cabras y ovejas que guiaban a sus rebaños de una zona de pastoreo a otra. Los nómadas representaron un tipo de especialización psicosocial encaminada hacia un callejón evolutivo sin salida, puesto que únicamente los grupos de personas más generalizadas que vivían en forma nómada, pudieron crear la diversidad de habilidades y los recursos estables que les permitieron una evolución creciente.

Otra invención importante para la civilización fue un dispositivo para medir el tiempo. Un corolario de la complejidad de una cultura es su sofistificación en su concepto del tiempo. El modelo teórico del tiempo actual varía como una función directa de la complejidad de la cultura. La gente muy primitiva vive casi siempre en el presente. Las personas más adelantadas tienen una perspectiva histórica de sí mismas y planean actividades a largo plazo en el futuro. En este contexto, "adelantadas" se refiere simplemente a personas con una cantidad relativamente alta de información extragenética verdadera. La evidencia más antigua de medición del tiempo se encuentra en la construcción de calendarios por los Cromagnons, hace miles de años. Muchos pueblos en la antigüedad tuvieron un profundo conocimiento de la astronomía y la construcción de calendarios [356, 495]. Las más notables de estas primitivas máquinas son los artefactos de Stonehenge, los cuales servían para registrar el tiempo y para propósitos astronómicos bastante complejos, mucho antes de que los primeros habitantes de la Gran Bretaña tuvieran una civilización desarrollada, la cual fue introducida por los romanos [208].

Un pueblo civilizado puede ser definido como un grupo de personas unidas por un código ético común que predice y controla sistemáticamente su habilidad colectiva para predecir y controlar. La diferencia esencial entre un pueblo civilizado y otro no civilizado es

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