Monstruos Marinos
Enviado por Cami25 • 16 de Octubre de 2012 • 2.119 Palabras (9 Páginas) • 1.956 Visitas
Desde hace miles de años, los humanos se han inquietado por los relatos de viajeros que afirman haber visto extraños monstruos marinos. Las profundidades del océano están pobladas por numerosas criaturas que la ciencia todavía desconoce, y dichos relatos no pueden ser descartados tranquilamente como fruto de la imaginación. Si tenemos en cuenta que más del 60 % de la Superficie de la Tierra está cubierta por agua, difícilmente puede sorprendernos que la humanidad tenga noticia de la existencia de monstruos marinos desde la más remota antigüedad.
E incluso en nuestros días, los biólogos marinos, que llevan mucho tiempo estudiando las profundidades de los océanos, están dispuestos a aceptar con cierta prudencia que los numerosos informes de observaciones de monstruos marinos parecen probar que muchas criaturas, por ahora desconocidas y no clasificadas, pululan en lo más oscuro y oculto de las aguas.
Animales no catalogados:
Uno de los monstruos más activos de los últimos años es el que recibe el nombre de Morgawr (en dialecto cómico, gigante de los mares), que ha sido visto con frecuencia durante 1975 y 1976 junto a Falmouth Bay, en la costa de Cornualles (Gran Bretaña). El 5 de marzo de 1976 fueron publicadas en el Falmouth Packei dos fotografías de la bestia que, aunque llegaron a la redacción en forma anónima, resultan bastante convincentes. El 25 de abril de 1977, el barco de pesca japonés Zuiyo Maru atrapó en sus redes un gran cadáver, parcialmente descompuesto, a unos 45 km al este de Christchurch (Nueva Zelanda).
El capitán, Akira Tanaka, tras fotografiarlo, lo devolvió al mar temeroso de que pudiera contaminar sus capturas. El incidente intrigó a la prensa mundial y un equipo de televisión voló desde Japón para hacer un reportaje. Aunque los tripulantes del barco estaban con vencidos de que habían visto un monstruo desconocido, las fotografías parecían mostrar un tiburón en estado de descomposición.
Hoy en dia la polemica continua, descartando la posibilidad de que sea un tiburon muerto.
¿Plesiosaurio?
El calamar gigante o "Kraken" como lo llamaban los marineros de siglos pasados, resulto ser para los escépticos sobre animales gigantes una verdadera realidad. Hoy se estima que pueden existir calamares de 40 metros de longitud, los cuales luchan ferozmente con las ballenas blancas, estos gigantescos seres viven a gran profundidad y pocas veces salen a la superficie, se cree que estos calamares fueron varias veces confundidos con serpientes marinas y otros monstruos marinos, ya que los calamares tienden a sacar algunos de sus tentáculos fuera del agua en forma de serpiente.
El calamar bebe que vemos en la foto apareció muerto en las playas de Bahía Bustamante a 300 kilómetros de Puerto Madryn (Argentina). Este pequeño ejemplar mide 4,20 metros de largo y pesa 180 kilos, actualmente se lo exhibe en el museo de Puerto Madryn. La foto tomada por Miguel Caffarena, donde además de aparecer sus dos hijos, podemos comparar el tamaño de este pequeño Kraken. Gracias a Miguel por tomarse la molestia de enviarme la foto e informarme sobre este curioso caso.
Criaturas de las profundidades.
Desde hace miles de años, los humanos se han inquietado por los relatos de viajeros que afirman haber visto extraños monstruos marinos. Las profundidades del océano están pobladas por numerosas criaturas que la ciencia todavía desconoce, y dichos relatos no pueden ser descartados tranquilamente como fruto de la imaginación. Si tenemos en cuenta que más del 60 % de la superficie de la Tierra está cubierta por agua, difícilmente puede sorprendernos que la humanidad tenga noticia de la existencia de monstruos marinos desde la más remota antigüedad.
E incluso en nuestros días, los biólogos marinos, que llevan mucho tiempo estudiando las profundidades de los océanos, están dispuestos a aceptar con cierta prudencia que los numerosos informes de observaciones de monstruos marinos parecen probar que muchas criaturas, por ahora desconocidas y no clasificadas, pululan en lo más oscuro y oculto de las aguas.
La bíblica bestia del mal, el Leviatán (la serpiente enroscada; el dragón que vive en el mar), es mencionada cinco veces en el Antiguo Testamento, y todas las mitologías nos hablan de gigantescas serpientes marinas. Los eclesiásticos escandinavos recopilaron muchos de los primeros informes sobre monstruos marinos. El arzobispo Olaf Mansson, más conocido como Olaus Magnus, que vivió exiliado en Roma tras el triunfo de la Reforma en Suecia a mediados del siglo XVI, publicó en 1555 una historia natural de las tierras del Norte que contiene informes sobre serpientes marinas.
Entre ellas describe una de 60 m de longitud y 6 m. de grosor que era capaz de comer terneros, cerdos y corderos, y que incluso podía arrebatar a los hombres de la cubierta de los barcos. La descripción del arzobispo es muy interesante.
El misionero escribió que el cuerpo de la bestia era tan grueso como el de un barco y tres o cuatro veces más largo, y que el monstruo surgía de las aguas, con un salto ágil y volvía a sumergirse. Otro escritor del siglo XVIII que afrontó misterio de las serpientes marinas fue el obispo de Bergen, Erik Pontoppidan. Tras una minuciosa investigación, comprobó que era raro el año en que no se hubiera visto alguna en las costas escandinavas, publicando el informe de sus descubrimientos en 1752. Un año antes, el obispo había hecho leer ante el Tribunal de Justicia de Bergen una carta del capitán Lorenz von Ferry en la que se describía con todo lujo de detalles una serpiente marina que él y su tripulación habían visto mientras se dirigían a tierra en un bote de remos, junto a la localidad de Molde (Noruega) en 1746.
El capitán describía así a la serpiente: tenía una cabeza gris semejante a la de un caballo, grandes ojos negros, boca negra y larga melena blanca. Detrás de la cabeza del monstruo, pudieron apreciar hasta siete u ocho promontorios que salían del agua, y el cuerpo de la bestia se retorcía formando espirales.Cuando el capitán Von Ferry ordenó hacer fuego contra la serpiente, ésta se sumergió en el agua y no volvió a aparecer.
En el transcurso del siglo XVIII el peso cada vez mayor de la crítica racionalista y del análisis científico determiné que los informes de los marineros que habían divisado monstruosas bestias marinas fueran considerados exagera dos y ridículos. Un científico noruego, Peter Ascanius,
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