Motivación Y Nuestro Papel Como Docentes

Motivación y nuestro papel como docentes

Cuando existe la motivación para aprender, las probabilidades de que esto suceda son mayores. La motivación se compone de diversos elementos como interés, curiosidad y deseo por aprender. Es de estos componentes, de donde podemos determinar que el profesor es un factor de gran importancia en la motivación de los estudiantes y que puede ser, de hecho, una gran fuente de motivación.

Como docentes jugamos un rol muy importante en la motivación de los alumnos ya que somos aquellas personas que nos encontramos al frente del proceso educativo, sin embargo somos únicamente una pieza más dentro de este proceso, pero una pieza de gran importancia para echar a andar a las demás.

Un alumno puede tener diversas razones para comenzar el estudio de una lengua como puede ser el gusto por la cultura, amistades que hablen dicho idioma, inclusive el afán por ganar una beca de estudio o un trabajo en el extranjero. Estas motivaciones son suficientemente importantes para que el estudiante mantenga el nivel de esfuerzo que el estudio requiere. Sin embargo, igual de importante es el momento en el que el aprendiente se enfrenta al salón de clases. La persona que está parada al frente del aula y que determina el flujo de actividades dentro de la misma y que además es considera la fuente principal de información, es en cierta medida responsable de mantener la motivación que el alumno trae ya consigo. Por otro lado, podemos contar también con alumnos que no tienen ningún interés en la clase, pero que están obligados a llevarla. En estos casos el maestro puede provocar interés en el alumno al hacer clases dinámicas y en las que el propio estudiante vaya observando sus avances.

Pero para poder trabajar en la creación o mantenimiento de esta motivación, es importante primero saber en qué punto se encuentran nuestros estudiantes. Para ello es necesario hacer una exploración de las motivaciones de nuestros aprendientes, la cual puede hacerse a través de tests de necesidades y motivos para aprender una lengua. Existen en la literatura muchos ejemplos de este tipo de ejercicios que pueden ser utilizados, aunque también pueden ser elaborados por los mismos profesores al ir conociendo a sus estudiantes y las necesidades de nuestras propias instituciones y de la sociedad.

También pueden llevarse a cabo pláticas informales e individuales con los estudiantes en las cuáles hablen abiertamente y en un ambiente cómodo, acerca de sus propias motivaciones para estudiar determinada lengua y cuáles son sus expectativas al hacerlo. Ya que también los objetivos establecidos (ya sea por ellos o factores externos) pueden ser determinantes para motivarlos o desmotivarlos.

Considero que el maestro es también pieza clave en el mantenimiento de la motivación entre los estudiantes y tiene que capacitarse para lograrlo. Es importante no sólo preparar clases dinámicas

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