Naufragio
Enviado por ashlyshare • 30 de Agosto de 2011 • 947 Palabras (4 Páginas) • 644 Visitas
NAUFRAGIO
Era un día nublado. Don francisco solano se levantó muy temprano para ir a la pesca.
Lo que menos le gustaba de su trabajo era levantarse temprano; adoraba los domingos porque sabía que ese día se quedaría dormido hasta más tarde.
-¡Francisco!
Se escuchó una voz desde afuera.
Se levantó de la cama muy lentamente como si alguien lo estuviera jalando para que vuelva a ella. El cuerpo le pesaba y se sentía muy cansado a pesar de haber dormido sus ocho horas completas placenteramente. Alisto su bolsa de ropa y luego se cambió.
-Muy bien a trabajar-Se dijo para sí mismo.
-¡Francisco!- Escucho de nuevo su nombre y esta vez acompañado de unos cuantos golpecitos en la puerta.
Salió rápidamente y abrió la puerta.
-Ya estoy listo Juanjo, vámonos.
-sube rápido que ya es tarde.
Subió en la parte delantera del auto, atrás estaban Adolfo y pedro conversando:
-hoy la mar esta severa- dijo pedro.
Se escuchó luego la voz de Adolfo:
-que bien ¡presiento que hoy será un buen día!
Partieron mar adentro. Esperaron hasta la puesta de sol y lanzaron las redes. A la 1 de la mañana subieron las redes y vieron muchos peces brincando por aquí y por allá.
-¡sí! ¡Qué buena pesca!
-Si Adolfo ahora volvamos a la costa. Dijo francisco
Estaban todos felices por las toneladas de bonitos que habían pescado. Encendieron el motor para irse de una vez a casa, de pronto, el motor hizo un sonido muy raro ; la velocidad de la lancha fue bajando poco a poco; las caras de los pescadores se tornaron nerviosas, y luego lo inesperado : se apagó el motor.
- ¡no! ¡No puede ser!
- ¡francisco ahora que hacemos!
- ¡no sé!, ¡no sé!
El motor se había apagado, le faltaba gasolina.
-¡por favor Juanjo dime que tienes gasolina de repuesto!
Juanjo calló por un momento, luego soltó llorar
- ¡lo siento, lo siento! no…no tengo….
-¡maldita sea ahora que hacemos!
-cálmate Adolfo buscaremos la forma- dijo francisco
La lancha era llevada por la corriente lentamente; ya estaba amaneciendo, francisco no había podido pegar los ojos en toda la noche, estaba asustado. Adolfo y pedro consiguieron dormir pero Juanjo, él se veía muy mal, estaba como ido, un poco pálido y muy asustado.
-bueno, al menos tenemos comida de sobra-dijo francisco
Ese día desayunaron, almorzaron y cenaron los bonitos que habían pescado, en el transcurso del día la mar había estado subiendo. Ya de noche, grandes olas bañaban a los pescadores.
-este barco se va a voltear- dijo Francisco. Y como si presintiera el futuro una gran ola volteo el barco. Francisco pudo salir a la superficie y tomarse del barco; luego. Pudo ver a Juanjo al otro lado.
-¿estás bien?- dijo Juanjo.
-sí, ¿Dónde están Adolfo y pedro?- pregunto francisco
- no sé, de repente están abajo
-voy a buscarlos.
Francisco buceó por debajo del bote y vio a Adolfo desesperado porque no podía salir. Francisco lo ayudó y
...