Necesidad De La Historia
Enviado por danielbeta • 17 de Noviembre de 2012 • 1.652 Palabras (7 Páginas) • 555 Visitas
Necesidad de la Historia
Ensayo de El Estado Mexicano y los Proyectos Educativos (1857-1920)
Hacer un ensayo acerca de un tema histórico tiene sus implicaciones peculiares. Volver la mirada hacia el Estado Mexicano y los Proyectos Educativos, en esta ocasión, implica retroceder en el tiempo, desde el presente, para tratar de saber qué pasó respecto a estos temas durante un periodo de tiempo específico. Durante mucho tiempo se ha señalado la dificultad de hacer historia porque implica fijarse en un tiempo que se esfumó e intentar recuperar lo pasado desde el presente implicaría un tiempo equivalente, lo cual hasta parece absurdo. En este punto saltan varias preguntas por sí mismas: ¿qué es la historia?, ¿cómo saber si los vestigios documentales son fiables?, ¿qué tanto los documentos, escritos y orales, muestran la ideología de su tiempo?, ¿la historia es solamente un depósito de anécdotas o una cronología?
Me parece que todo historiador estará de acuerdo en que la historia es un tipo de investigación o inquisición , o sea, que la historia no es un depósito de anécdotas o una cronología con la cual se pueda hacer una línea del tiempo. La historia pertenece a la forma del pensamiento que consiste en plantear preguntas que se intentan contestar. Es el intento de contestar cuestiones acerca de las acciones humanas realizadas en el pasado, mediante la interpretación de testimonios.
Generalmente se considera importante que el hombre se conozca a sí mismo, entendiendo por ese conocerse a sí mismo, entendiendo por ese conocerse a sí mismo, no puramente conocimiento de las peculiaridades personales, es decir, de aquello que lo diferencia de otros hombres, sino conocimiento de su naturaleza en cuanto hombre. Conocerse a sí mismo significa conocer, primero, qué es ser hombre; segundo, qué es ser el tipo de hombre que se es, y tercero, qué es ser el hombre que uno es y no otro. Conocerse a sí mismo significa conocer lo que se puede hacer, y puesto que nadie sabe lo que puede hasta que lo intenta, la única pista para saber lo que puede hacer el hombre es averiguar lo que ha hecho. El valor de la historia, por consiguiente, consiste en que nos enseña lo que el hombre ha hecho y en ese sentido lo que es el hombre .
Estudiamos al Estado Mexicano y los Proyectos educativos para conocernos a nosotros mismos, para saber lo que se ha hecho en cuanto a la educación desde las Instituciones, para entender la actualidad de la educación institucionalizada en este país y para poder hacer proyecciones que busquen mejorar lo hecho, si se acepta la premisa de que el ser humano es perfectible. Porque si no lo es entonces nada tiene sentido, ni la educación ni la vida misma. Nuestra esperanza radica en los actos puramente humanos, solidarios, comunitarios y de gratuidad que a menudo se constatan en la convivencia cotidiana.
La educación en México ha sido diversa como diversa es la población mexicana. Se sabe que los pueblos originarios de este territorio tenían sus propias instituciones educativas según sus necesidades propias y su cosmovisión. Algo que se ha destacado por generaciones es que la educación estaba relacionada con los ancianos de la comunidad. Por razones diversas, posteriormente la educación estuvo ligada a la jerarquía eclesiástica, con todas las implicaciones que esto pudiera suponer. No es sino hasta la constitución de lo que se ha dado por llamar Estado que la educación se convierte en un asunto de los gobernantes. Es sabido que la educación se puede pervertir y convertirse en un medio de control para que las personas en el poder puedan ejercer su dominio sobre la población general. Claro que esto ya no sería educación sino “adiestramiento”, “domesticación”, “formación” o lo que se quiera, pero no educación en su sentido pleno de construcción del ser humano.
La Constitución de 1857 significó la plasmación de muchos ideales de la época, un intento de unificación de las ideas e intereses de los bandos en puga por el poder de ese contexto. Con todo, colocó las bases de lo que sería la educación institucionalizada a través del tiempo, el hecho de establecer la libertad de enseñanza fue la pauta para cambios venideros. En una época en la que la educación se impartía prácticamente en escuelas, curatos y e iglesias, esa declaración tuvo mucho de revolucionaria. Este tiempo es de turbulencia en el aspecto gubernamental y, por consiguiente en el aspecto educativo, económico, social y demás. Pero, con la estabilización del poder gubernamental viene todo un aparato que intenta abarcar todos los ámbitos, la creación de un Ministerio de Instrucción Pública lo reafirma. Si se tienen personas dedicadas solamente a pensar cómo instruir a la población algo tiene que resultar. El producto, obviamente, es hijo de su tiempo, en su nombre lleva sus implicaciones, ya se dijo, instrucción no es lo mismo que educación. Sin embargo hay que rescatar siempre lo bueno hasta de lo malo como afirman los sabios populares. Aunque criticables, seguramente hubo buena intención en mucho de los estatutos.
Habría que volver en el tiempo para acercarse a las justas dimensiones
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