Ortodoncia
Enviado por GylCeS • 25 de Mayo de 2013 • 7.332 Palabras (30 Páginas) • 434 Visitas
INTRODUCCIÓN
Las malposiciones dentarias muchas veces tienen relación con irregularidades en la posición espacial del maxilar superior y la mandibula, y de estos huesos con la base de craneo. Para conocer el porqué de éste fenómeno es necesario comprender como se ha dado el crecimiento y remodelación ósea.
Las complejas modificaciones en crecimiento y remodelacion ósea que ocurren en los diferentes segmentos del craneo y la cara a lo largo de las etapas de la vida de un individuo nos orientan para los diversos tipos de tratamiento, ya se con aparatologia ortopédica u ortodóntica adecuadas para cada caso con la finalidad de obtener un pronóstico favorable para la corrección.
Al suceder en el tiempo y en el espacio la coordinación perfecta de éstos factores, consolidará la oclusion dentaria y la proporción craneofacial adecuada.
Nuestros conocimientos básicos sobre el crecimiento y desarrollo cranoefacial son fundamentales para el diagnóstico, planificación, tratamiento y evaluación de los resultados de la terapia ortodóntica.
OBJETIVOS
• Comprender los conceptos de campos de crecimiento y remodelación ósea.
• Conocer el proceso de crecimiento maxilofacial.
• Analizar el crecimiento y remodelacion ósea postnatal maxilofacial.
MARCO TEÓRICO
CONCEPTOS PRELIMINARES SOBRE EL PROCESO DE CRECIMIENTO
El primer paso para comprender cómo crecen los huesos de la cara y el cráneo es considerar que no se agrandan en la manera simplificada que se ilustra en la figura 2-14. El hueso no aumenta de tamaño tan sólo mediante expansión directa, simétrica, hacia afuera de todas las superficies y los contornos, como si lo amplificara una lupa.
CAMPOS DE CRECIMIENTO
Un hueso no crece por depósito generalizado y uniforme de hueso nuevo (+) sobre todas las superficies exteriores, con resorción correspondiente (-) a partir de todas las áreas internas, como pudiera suponerse erróneamente (y como a menudo se mal enseña). Es imposible que huesos con morfología compleja como la mandíbula o el maxilar aumenten de tamaño mediante un proceso semejante de crecimiento (fig. 2-15). Debido a la naturaleza topográfica compleja de la forma de cada hueso, éste debe experimentar un modo diferencial de agrandamiento, en el cual algunas de sus partes y zonas crecen mucho más rápido y en magnitud mayor que otras. La naturaleza de muchas de las superficies externas de casi todos los huesos es en realidad de resorción. ¿Cómo puede un hueso aumentar de tamaño, a pesar de que múltiples superficies exteriores (periósticas) sufren eliminación por resorción conforme el hueso crece?
Durante el agrandamiento de cada hueso en el esqueleto de la cara y el cráneo se presentan dos clases fundamentales de movimientos de crecimiento: 1) remodelación, que genera el tamaño, la forma y el ajuste de un hueso, y 2) desplazamiento. El desplazamiento es un movimiento de huesos completos que se alejan entre sí creando el espacio dentro del cual se presenta la ampliación de crecimiento de cada uno de los huesos. La migración cortical es el fenómeno que realiza las funciones de remodelación; es un movimiento directo de crecimiento generado por depósito de hueso nuevo sobre uno de los lados de una lámina cortical, con resorción a partir del opuesto. Primero se explica la remodelación; luego, el desplazamiento.
REMODELACION OSEA
En la figura 2-16 se presenta un esquema del fenómeno de remodelación. La corteza ósea se mueve desde A hasta B por la deriva cortical. La superficie dirigida en el sentido del movimiento es de depósito (+). La contraria, que se aparta de la dirección del crecimiento es de resorción (-). Si los ritmos de acumulación y resorción son equivalentes, el espesor de la corteza permanece constante. Si el depósito supera a la resorción, el tamaño general y el espesor cortical aumentan de modo gradual. Es evidente que el tejido óseo real presente en B no es el mismo que en A, debido al proceso continuo de nuevas adiciones en uno de los lados, combinado con la eliminación del hueso más antiguo a partir del lado contrario. Diversas combinaciones de resorción y depósito (deriva) en una variedad de direcciones y magnitudes regionales a través de todo el hueso aportan lo necesario para el agrandamiento por remodelación del hueso en su conjunto.
Si se implanta un marcador metálico en el lado de acumulación de una corteza, cada vez se enclava mayor profundidad en ésta, a medida que se forma hueso nuevo sobre la superficie y conforme se presenta la resorción desde el lado opuesto. Al final, el marcador sufre translocación de un lado de la corteza al otro, no por su propio desplazamiento (el marcador en sí es inmóvil), sino por el “flujo” del hueso que migra alrededor de él (fig. 2-17).
De manera secuencial, las direcciones del crecimiento experimentan inversiones (fig. 2-18). En cortes microscópicos es posible observar una línea de inversión, mostrada por la flecha pequeña que apunta al entrecruce de los campos de crecimiento de resorción (-) y de depósito (+), donde sea que ocurra esto. Es la interfase o entrecara entre las capas óseas, producidas primero en un lado y luego en otro conforme la dirección del crecimiento cambió de sentido.
Un hueso determinado presenta campos de actividad de resorción (sombreado oscuro) y de depósito en todas sus áreas corticales internas y externas (fig. 2-19). Esta es la base del proceso de crecimiento diferencial que genera la morfología irregular de un hueso. La forma es desigual, debido a sus muchas funciones (o sea, inserciones de muchas masas diferentes de tejido blando y sus diversos patrones de crecimiento y acciones funcionales, articulaciones con otros huesos, soporte dentario, etcétera).
En la figura 2-20 se indica que el patrón de los campos de crecimiento produce una rotación de la parte esquelética mostrada. Tales rotaciones son un elemento importante del proceso de desarrollo facial y craneal, como se analiza posteriormente.
Las acciones de los campos de crecimiento radican en el tejido blando del periostio y endostio, y no en la porción dura del hueso mismo (fig. 2-21). El hueso no regula
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