PERFIL DEL DOCENTE VENEZOLANO
Enviado por topasa • 13 de Abril de 2013 • 3.682 Palabras (15 Páginas) • 1.802 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD SANTA MARÍA
DECANATO DE POSTGRADO
ESPECIALIZACIÓN: Planificación y Evaluación
ASIGNATURA: La Educación Contemporánea y su problemática
PERFIL DEL DOCENTE EN VENEZUELA
INTEGRANTES:
ÁLVAREZ, Lormerys
BURGUILLOS, Nelly
DE FREITAS, Saraí
HERNÁNDEZ, Franklin
HERNÁNDEZ, Marietta
PÉREZ, Liliana
La Urbina, noviembre de 2012.
INTRODUCCIÓN
Los docentes son muy importantes a la hora de realizar cambios en la sociedad, por ello vale destacar las siguientes preguntas: ¿Cómo transformar la escuela moderna concebida hace trescientos años, en una institución que responda a las necesidades de un mundo globalizado, de una cultura mediática, de unos niños que sobre muchas cosas saben más que nosotros, de un mercado de trabajo flexibilizado cuyas demandas formativas cambian constantemente? , ¿Cómo confiar en el sentido de que lo que enseñamos es valedero y pertinente?
Son muchas las inquietudes en torno al quehacer social y especialmente educativo, por ello el docente y su formación cobra muchísima importancia en este mundo tan convulsivo. El quehacer educativo, como todo trabajo, se inscribe en un marco legitimador que le confiere una determinada legalidad. Por ello, todo paradigma pedagógico define su sujeto y es a partir de la misma en cómo se concibe el rol del educador. O sea que la sociedad legitima su rol a partir de la ideología imperante y acorde con las necesidades de la misma, no necesariamente a favor de las necesidades reales de la humanidad.
Por todo ello se deduce que la habilidad del docente está en percibir la realidad educativa del aula, tal cual se presenta del mismo modo la institucional, la del medio sociocultural. Es decir, captar con la mayor imparcialidad cada uno de los factores que intervienen, de modo directo o indirecto, en su verdadero valor, sin equivocar ninguno de los elementos intervinientes, que conforman las formas del hecho educativo.
La tarea de enseñar, naturalmente, se produce en la personalidad del docente. Es algo tan extraordinario, que sólo la pueden saborear los que ejercen la docencia. Cada alumno es una persona idéntica a sí misma, indivisible, única, inseparable y trascendente al mismo tiempo, con un bagaje cultural particular que lo hace irrepetible en el tiempo y en el espacio, distinto a los demás; pero, cuando el docente acompaña a todos y cada uno de sus alumnos en el proceso de apropiación y construcción de saberes posibilita que sus alumnos alcancen un aprendizaje similar con resultados equivalentes.
Esto es maravilloso: enseñar para que cada alumno día a día construya su propio saber, que fortalecerá su proceso de personalización con una dinámica constante de descubrimiento, conquista y posesión de sí mismo. No hay tarea más excelsa que la de enseñar. El docente le enseña a pescar a sus alumnos, pero no le da el pescado. Señala el camino de la autoeducación que alienta la realización de la personalidad.
Enseñar, es mucho más que manejar algunos secretos de la enseñanza aportados por la ciencia y la técnica, porque hay un secreto superior, que estos campos del saber no pueden aportar: sólo se puede llegar a través de la intuición, que le permite al docente captar las pequeñas cosas que para el científico o el técnico pasan desapercibidas. Estas pequeñas cosas del hecho educativo inmerso en un contexto sociocultural, mueven la capacidad de crear. Algunos docentes la poseen desde el vientre materno, otros la adquieren, pero la alcanzan en distinta medida.
La práctica profesional, es uno de los aspectos de la vida del docente que es imposible simplificar; no puede haber sistematización. Es necesario pensar que lo que el docente enfrenta es una situación concreta, única e irrepetible, porque sus actores son únicos e irrepetibles y necesita una solución para esa situación determinada por el tiempo, el espacio y los actores. Esa solución no la encontrará en ninguno de los casos de la Historia de la Educación o de las Teorías de la Enseñanza.
Es indudable, que el docente debe saber, que en la tarea de enseñar, él trabaja para sus alumnos. El docente que trabaja para sí mismo, no llegará lejos. El docente siempre trabaja para los demás, con los demás y por los demás, nunca para él mismo, porque si así lo hace abandona a los demás, consecuentemente los demás lo abandonan a él, quedándose solo.
Todo lo anteriormente escrito alude al “Deber ser” de la práctica educativa, más la realidad, presenta diferencias significativas con el mismo, ya que enfrenta al docente con situaciones diversas que lo ponen a prueba y le demuestran que su desempeño en el aula será diferente a como le fue expuesto a lo largo de la carrera universitaria.
El papel del docente debe revisarse, este tiene que hacer una crítica a su forma de actuar y vincularse con la escuela, sus creencias e ideas deben estar acordes con la sociedad en la que se desarrolla. El educador no es el actor más importante, pero es y debe ser guía en la institución. Por esto debe revisar su actitud hacia el proceso. Esta revisión crítica no es más que acercarse a la concepción y esencia del ser maestro.
El ejercicio de la función docente ha adquirido una nueva dimensión y requiere de un educador competente, tanto personal como profesional, obligado a ganar mayores niveles de democracia, autonomía, responsabilidad y control dentro de la sociedad donde desarrolla la práctica escolar.
Por esta razón se considera que debe poseer las siguientes características: Ser un experto de los contenidos que planifica, pero que puede ser flexible. Establece metas, como: hábitos de estudio, perseverancia, autoestima. Planea, regula y evalúa los aprendizajes. Procura fomentar los aprendizajes significativos y transferibles, y que surja la curiosidad, creatividad y el interés por aprender y conocer más de la realidad. Desarrolla los valores y actitudes positivas.
La profesión docente se debe caracterizar por que el profesor debe tener entusiasmo, viviendo plenamente para poder transmitir paz y confianza a los alumnos, optimismo pedagógico para lograr que sus estudiantes mejoren día a día; liderazgo , manteniendo una actitud de guía que lleve a los estudiantes hacia el cumplimiento de los objetivos establecidos y que atienda las necesidades de estos de forma satisfactoria; capacidad de brindar afecto y apoyo emocional,
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