PROCESO DE JESUCRISTO

INTRODUCCIÓN

En este tema hablaremos del proceso de Jesucristo, el cual se desarrolló en dos juicios: el religioso y el político, por lo que veremos si dichos juicios acataron el principio de Juridicidad que se exige imperativamente en todos los actos de autoridad, la observancia del derecho romano y derecho hebreo es una cuestión que plantearemos y analizaremos en nuestro estudio cuyo contenido debe reputarse a- religioso, en otras palabras, éste planteamiento y éste análisis son estrictamente jurídico, es decir las violaciones que se cometieron en el proceso de Jesucristo.

De este tan importante proceso definiré el acontecimiento, el año del mismo, el emperador que gobernaba, el tipo de proceso, la proporcionalidad del hecho acusado con relación a la pena aplicada. Jesús pasó la mayor parte de su vida en Galilea, misma que estaba bajo las órdenes del imperio romano, asimismo se menciona que ésta ciudad contó con tres regímenes: Monarquía, República y por último un Imperio; en el primer régimen que fue la Monarquía, el Derecho penal no estaba regulado, lo que se usaba era la costumbre, es decir; el pueblo podía juzgar a aquella persona que cometía algún “delito”, incluso se le castigaba con la muerte. En la República el gobierno contó con dos Cónsules, el pretor, cuya facultad era sólo para los delitos que se castigaban con la muerte, aquí fue donde emergió la Ley de las Doce Tablas. Por último el Imperio, en donde las doce tablas convirtieron en centurias a los comicios, todos los delitos, sin excepción los trataba el senado a diferencia de la República, el sistema penal era muy rígido y se castigaba con la pena de muerte frecuentemente, aún así las partes tenía el derecho de apelar ante el Gobernador.

CAPÍTULO PRIMERO

DERECHO PENAL ROMANO

Como todos sabemos, Jesús nació el 25 de diciembre de 748, o sea seis años antes de la era cristiana, en la provincia de Judea, más sin embargo la mayor parte de su vida la vivió en NAZARET DE GALILEA, provincia que estaba dominada por Roma, bajo el gobierno de Octavio Augusto que fue el primer emperador del Imperio Romano, el cual a su muerte fue sucedido por Tiberio, por lo que la vida de Jesús transcurrió bajo ambos emperadores; la pasión y muerte de Jesucristo aconteció en el año 29 de nuestra era. El llamado proceso de Jesús de Nazareth se desenvolvió en dos juicios, el religioso o judío, ante Sanhedrín y el político ante Poncio Pilato, el primero se rigió por la ley judía y el segundo por la ley romana.

Dichos datos sin importantes para constatar los factores de tiempo y espacio en que concurren separadamente las leyes romanas y judías, en las cuales no había interferencia a pesar de que Judea era un provincia imperial romana, como es bien conocido, Roma tuvo tres regimenes sucesivos, como son:

a) La monarquía.

b) La República.

c) El imperio.

La MONARQUÍA, inicia desde la fundación de Roma hasta el año 224 a. de C., en éste Régimen el Derecho Penal no estaba regulado por las leyes, sino por la costumbre, cuando se cometía un atentado contra la cosa pública (res pública), el delito era de carácter político ya que el ofendido era el estado y se reputaba tan grave que podía generar la vindicta publica ya que el autor revelaba flagrante hostilidad contra la sociedad, con lo que cuya persecución correspondía a los ciudadanos (duoviri) quienes dictaban sentencia la cual era pena de muerte si el acusado era culpable y éste a su vez tenía el derecho de apelar ante el pueblo (la provocatio ad populum).

La REPÚBLICA, inicia desde el año 224 y finaliza en el año 27 a.C., éste régimen como es bien sabido se fundó al ser derrotado Tarquino el Antiguo, depositándose el gobierno en dos cónsules, el cual dejó de pertenecerles al establecerse la institución pretoriana, las funciones del pretor consistían en ejercer ésta facultad en los delitos que se castigaban con pena capital como los de carácter político; cuando los romanos conquistaban una región habitada por bárbaros (barbarie) establecían guarniciones encomendándosela a un pretor (gobernador); los pueblos conquistados no estaban incorporados al pueblo romano ni tenían los derechos de los ciudadanos romanos.

El gobernador de cada provincia velaba por la administración de justicia, en cuanto a su jurisdicción penal y este tenía el derecho de vida o muerte, sobre los habitantes de la provincia, sus resoluciones podían impugnarse ante los tribunos de la Plebe que representaban a la clase popular. Los pueblos conquistados como el hebreo, conservaban sus leyes y costumbres, sin embargo la ordenanza de los pretores o gobernadores y los edictos provenientes de Roma, estaban por encima de las leyes y costumbres de cada provincia.

Durante el periodo del IMPERIO, la administración

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