Plasticidad neural en el aprendizaje del canto en los canarios

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Parcial I

Plasticidad neural en el aprendizaje del canto en los canarios

Laura Álvarez; Daniel Rodriguez, Martin Rodriguez

lalvarezi@unbosque.edu.co; drrodriguezc@unbosque.edu.co; mrodriguezme@unbosque.edu.co

Facultad de Ciencias - Programa de Biología

Fisiología Animal

Catalina Rodriguez

INTRODUCCIÓN

Muchas especies de aves, especialmente las pertenecientes al orden Passeriformes conocidas como aves cantoras, requieren del aprendizaje para el desarrollo de sus cantos típicos. Este proceso involucra dos etapas, una sensorial y otra sensorial y motora. Durante la primera etapa, el ave escucha y memoriza el patrón del canto y en la segunda, el ave comienza a emitir sonidos los cuales son escuchados y comparados con el modelo adquirido durante la etapa anterior y corregidos progresivamente (Tubaro & Segura, 1989).

De los sonidos que se encuentran en la naturaleza, pocos evidencian la diversidad y estructura que se encuentra en el canto de las aves, el cual surge de la interacción entre circuitos neuronales, funciones motoras y el ambiente (Martín, 2012). El canto es esencial para el comportamiento reproductivo de las aves y el sistema neuronal es el que regula este aprendizaje por lo que se ha convertido en un modelo importante para el estudio del mecanismo (Sánchez, 1991).

Existe una gran diversidad entre las aves cantoras con relación al circuito de control del canto neural. Esta diversidad ocurre a lo largo de varias dimensiones en el aprendizaje, como puede ser el tiempo que se demora en aprenderlo, el cual es conocido como periodo sensitivo de aprendizaje, el número de cantos o tamaño del repertorio, la capacidad que presenta el ave en imitar un canto o improvisar la modificación del mismo, así como la capacidad de copiar un material único, el cual está relacionado con los parámetros específicos de la especie o la capacidad de copiar cualquier cosa que ellos escuchen, finalmente la necesidad de requerir a una exposición temprana del canto o desarrollar el canto típico de la especie cuando son criados en ambientes aislados (Sánchez, 1991).

Dentro de la familia Fringillidae, conocidos como semilleros, se encuentran los canarios y gorriones, entre otros. Muchas de las especies son propias de hábitats abiertos y matorrales pero también pueden encontrarse en montes altos y selvas lluviosas. Sus cantos pueden variar desde silbidos y gorjeos armoniosos hasta trinos y zumbidos poco musicales (Quiroga, 2009).

DESARROLLO

Las culturas del canto probablemente empezaron hace 40 millones de años, cuando apareció el ancestro común de todas las aves cantoras actuales. En correlación con el lenguaje humano, el canto de las aves conduce a la formación de dialectos y es controlado principalmente por el cerebro izquierdo. Las aves no sólo llegan a superar a los mamíferos en el número de especies capaces de aprendizaje vocal, sino que también difieren de ellos en que sus neuronas telencefálicas están sujetas a una renovación anual masiva. En las aves cantoras se ha encontrado evidencia de que esto puede servir para reemplazar “bancos de memoria” saturados por otros en blanco, permitiendo así la renovación periódica de repertorios vocales (Delius, 2001).

La conducta del canto de las aves se localiza en 5 núcleos cerebrales. El Núcleo Interface es donde se originan las señales de esta conducta y la señal pasa a la siringe (Órgano vocal) pero antes de llegar a este órgano pasa por 4 núcleos distintos (Figura 1 ). El Centro Vocal Superior dirigirá la señal al Núcleo Robustus Arquiestralis que conecta con el Núcleo Dorsomedialis Intercolicularis y finalmente, esta señal es recibida por el Núcleo Hipogloso (Sánchez, 1991).

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Figura 1. Esquema de los núcleos relacionados con el canto de los canarios. (A) nif, Núcleo Interface; cvs, Centro Vocal Superior; nra, Núcleo Robustus Arquiestralis; ndmi, Núcleo Dorsomedialis Intercolicularis; nh, Núcleo Hipogloso; (B) Órgano Vocal (Siringe) y (C) Corte transversal del cerebro del canario, migración de las neuronas desde la pared del ventrículo hasta el cvs (Nottebohm, 1989).

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