Preceptoría. La formación de la persona

Preceptoría

La formación de la persona

¿Qué es la preceptoría?

Cuando me preguntan qué es la precepetoría me imagino mi experiencia: conversación profunda del mundo interior de una persona, dando consejo desde una visión objetiva aparente, desde los hechos relatados por el individuo. Sin embargo es más profunda la realidad vivida por los preceptores.

La figura del preceptor es una ayuda al alumno. En él puede encontrar –y debe siempre encontrar –alguien que le ayude y le guie por el camino de la vida, tomando en cuenta los aspectos fundamentales del vivir cotidiano. Podemos reducirlos a tres: la persona, la familia y la sociedad. En estos tres grupos vamos a estudiar la dimensión del ser humano y su participación en cada uno, así como la influencia de ellos en el actuar del hombre.

Al vivir en una sociedad caótica, en la cual el desenfreno y la pasión por los sentimientos puros, dejan al hombre desprotegido ante el constante bombardeo de los impulsos transmitidos por el mundo al cual está expuesto todos los días. Es por eso que la figura de los preceptores, especialmente a edades tempranas y durante su desarrollo, es muy importante para el completo funcionamiento de éste como individuo de la comunidad.

La figura del preceptor

Tradicionalmente, y como lo indica la etimología de la palabra, el preceptor es aquella figura que guarda un precepto, ley o tradición, dando la pauta para su cumplimiento y aplicación en los casos particulares de la vida de la persona. Es una de las tareas más importantes para el actuar humano, pues son ellos quienes guían al preceptuado por los caminos sinuosos que se presentan en la vida de los demás. Específicamente en la educación, en la vida de los alumnos.

Las ventajas de ésta figura son innumerables. Pero es importante tomar en cuenta el peligro existente en esta relación, pues facilmente puede degradarse a un compañerismo o a una simple forma de cómplice, donde el preceptor comienza a perder el respeto del preceptuado por sentirse iguales en circunstancias, cuando la labor del preceptor está sólo en acompañar y dirigir, y no en vivir las experiencias del preceptuado. Por esto de gran importancia la relación del preceptor con los padres de familia en todos los casos, sin tomar en cuenta edad, estrato social, intereses en común, entre otras cosas.

La diferenciación de sexos en la preceptoría no puede ser prescindible. El preceptuado varón debe tener un preceptor varón, y la preceptuada debe tener preceptora. Esto por la desigualdad de madurez tanto psicológica como física, la cual llega mucho antes a las mujeres que a los hombres. Podríamos hacer un gran apartado diciendo las diferencias de cada uno, pero no compete a esta parte de la investigación.

El preceptor en la antigüedad era casi exclusiva de la clase social alta. Los hijos de los nobles tenían su propio preceptor quien les ayudaba en asignaturas académicas y como tutores de la prole. Se daba, en gran medida, por el estatus brindado debido a la fama del preceptor en cuestión. Poco a poco fue evolucionando hasta llegar a las universidades, donde los alumnos adoptaban a un maestro para ser sus discípulos y aprender todo lo que pudieran de ellos y así comenzar una vida profesional. En algunas universidades los preceptores son alumnos de cursos superiores quienes se encargan de algunos cursos.

Como se ha visto el preceptor puede y debe llegar a ser parte fundamental en la vida de los alumnos, que es el caso a estudiar en este escrito. Él debe llegar hasta los pensamientos y sentimientos más profundos del preceptuado. La gran ventaja es que el preceptor no es padre, no es madre, no es profesor, no es mentor, sino amigo. La figura del preceptor amigo está muy por encima de cualquier conocimiento incluso humano. Sin embargo debe tener un gran bagaje cultural, social, político, humano, psicológico y sociológico, debe ser un estudioso de los temas de

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