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Primeros Auxilios.


Enviado por   •  1 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  6.851 Palabras (28 Páginas)  •  281 Visitas

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Introducción

En este informe aprenderemos que cuando ha ocurrido un accidente, es preciso conocer los signos vitales de la persona; ellos son muy importantes en primeros auxilios, porque permiten detectar si la persona que ha sufrido el accidente se encuentra o no fuera de peligro.

Los signos vitales son los valores numéricos de la temperatura, presión arterial y el pulso del cuerpo humano. Los accidentes ocurren en todas partes, en las más diferentes circunstancias y, a veces, con graves consecuencias. Podemos estar expuestos a ellos en el trabajo, en la calle o en la vida doméstica. Por ello, debemos estar suficientemente formados para prestar primeros auxilios en casos de urgencia.

De la forma en que sean aplicados los primeros auxilios, y de la decisión de aplicarlos, puede depender, en algunos casos, la vida o muerte de una persona. Una rápida actuación puede salvar la vida del accidentado y/o contribuir a limitar las consecuencias del accidente.

Finalmente debemos destacar que existen dos tipos frecuentes de accidentes: las quemaduras, las cuales pueden ser de primer, segundo y tercer grado, y las heridas, que pueden ser simples raspaduras, heridas cortantes o punzantes. Tanto las quemaduras como las heridas, deben ser tratadas oportuna y adecuadamente para evitar consecuencias que pueden ser graves para las personas que la han producido.

Primeros Auxilios

Se entiende como primeros auxilios a las técnicas y procedimientos de carácter inmediato, limitado, temporal, profesional o de personas capacitadas o con conocimiento técnico que es brindado a quien lo necesite, víctima de un accidente o enfermedad repentina.

Su carácter inmediato radica en su potencialidad de ser la primera asistencia que esta víctima recibirá en una situación de emergencia. Limitado porque de todas las técnicas, procedimientos y concepciones que existen en la Medicina de emergencias y desastres, solo utiliza una pequeña parte de ídem, por esto el socorrista nunca debe pretender reemplazar al personal médico, pueden ser de primera instancia o de segunda instancia.

Los primeros auxilios varían según las necesidades de la víctima y según los conocimientos del socorrista. Saber lo que no se puede hacer es tan importante como saber qué hacer, porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves. Por ejemplo, en una apendicitis aguda un laxante suave puede poner en peligro la vida del paciente.

Debido a la importancia que posee esta actividad, las personas que la realizan deben cumplir con los siguientes principios:

• Debe estar preparada para reconocer la o las lesiones que sufre el accidentado.

• Debe saber reconocer aquellas lesiones que necesitan ser atendidas sin demora.

• Debe dar atención a cada lesión en forma rápida y eficiente.

• Debe ser especialmente cuidadoso para no agravar una lesión o herida al proporcionar una atención inadecuada.

De acuerdo con estos principios, existen algunas normas de carácter

General que deben ser consideradas al otorgar primeros auxilios. Estas son:

1. Identificación de la lesión: se realiza a través de un examen físico, rápido y ordenado desde la cabeza a los pies, con movimientos suaves que puedan identificar heridas, aumento de volumen, deformidad etc. No se debe sacar la ropa, sino romperla o descoserla.

2. Debe atenderse primero la dificultad respiratoria, luego las hemorragias y por último el estado de shock en caso de que exista.

3. Posición del accidentado: la persona accidentada debe mantenerse en posición horizontal, con la cabeza al mismo nivel del cuerpo; en caso de que se presenten náuseas o vómitos se debe girar la cabeza hacia un lado para facilitar la expulsión y evitar la asfixia.

4. Mantener la temperatura corporal a un nivel normal: esta situación se controla, en el caso de que el accidentado se enfríe, abrigándolo y aislándolo del suelo para que no pierda calor y en el caso contrario se debe evitar un sobrecalentamiento.

5. No abandonar al accidentado: cuando se hace necesaria la atención de un médico especialista, debe solicitarse a una tercera persona que acuda en busca de ayuda.

6. Mantener la calma: el actuar precipitadamente puede inducir errores; una actitud tranquila ayudará a brindar una atención oportuna y eficiente.

7. No dar líquidos al afectado: no hay ninguna lesión que justifique la administración de líquidos, ya que estos pueden provocar náuseas y vómitos.

8. Mantener al público apartado del accidentado: Esta situación permite que el trabajo de primeros auxilios se realice en mejores condiciones.

9. En lo posible mantener a la persona afectada, físicamente cómoda y tranquila sicológicamente: en estas condiciones se obtiene la colaboración y confianza del afectado.

10. Evitar que el afectado vea sus lesiones: esta indicación contribuye a lograr las condiciones señaladas en el punto anterior y evita la ansiedad del afectado.

Los Signos Vitales

Cuando una persona se accidenta o está enferma, la primera acción con ella será conocer sus signos vitales para ver si se encuentra o no fuera de peligro. Estos son los valores numéricos de la temperatura, presión arterial y pulso.

Temperatura: Es el estado de calor mantenido por el cuerpo. En estado de salud, la temperatura de mantiene constante en un valor promedio de 36,5 ºC. En estado de enfermedad, si la temperatura aumenta por sobre los 37,5 ºC, se produce fiebre. La temperatura se controla con un termómetro, que es un tubo de vidrio graduado que contiene mercurio en su interior. El mercurio se dilata con el calor y marca el valor de la temperatura en grados Celsius.

La temperatura se controla correctamente en algunas cavidades del organismo: el recto, la boca y la axila. Los valores normales de la temperatura son: 37,5 ºC rectal, 37 ºC bucal, 36 ºC axilar.

Pulso: Es la dilatación de los vasos sanguíneos, que se produce por la onda de sangre que envía el corazón cada vez que se contrae. Para tomar el pulso, se debe presionar levemente la arteria ubicada en la unión de la muñeca con la mano, y contar las pulsaciones durante un minuto. Los valores normales del pulso varían con la edad de la persona. En los recién nacidos es de 140 pulsaciones por minuto; En los niños, de 100 a 120 y, en los adultos, de 70 a 90 pulsaciones por minuto.

Presión Arterial: Es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Cuando el corazón se contrae, la presión arterial sube; y cuando se dilata, la presión arterial baja. Para medirla, se utiliza un instrumento llamado esfingomanómetro, que debe ubicarse en el pliegue del brazo. Los

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