Que Es Un Ensayo

¿Sabes cómo se escribe un ensayo?

Escribir un ensayo es algo muy sencillo. Sólo requiere de práctica y del conocimiento de algunas técnicas que nos ayuden a expresarnos de manera correcta, por lo que en el presente trabajo exponemos una técnica que puede darles resultado; con esto pretendemos plantearles las bases ya que finalmente el desarrollo de diversos trabajos a lo largo de su estancia en la Escuela Superior de Guerra permitirá crear un estilo propio de redacción. No es intención del trabajo contraponerse a lo que se enseña en la materia de Estado Mayor; enfatizo con esta importante materia, ya que en ella se tratan aspectos de redacción que son verdaderamente primordiales para su desempeño como futuros oficiales de Estado Mayor. Simplemente se desea que conozcan que hay otras formas de expresarse a través de la palabra escrita, y si consideran que se les facilita aplíquenla en sus trabajos escolares; además, tomemos en cuenta que puede ser un magnífico ejercicio para su último trabajo como estudiantes y el primero como profesionistas, que recibe el nombre de tesis.

¿Qué es un ensayo?

En el ámbito académico todo mundo nos dice que tenemos que redactar ensayos para nuestros trabajos escolares, que a través de éstos, nos van a evaluar, asimismo, que tenemos que resolver preguntas tipo ensayo en los exámenes parciales y finales. Pero muchas veces lo único que nos dicen sobre el ensayo es que se compone de tres partes que son Introducción, Desarrollo y Conclusiones. Cómo se estructura o cuál es la metodología para desarrollar un escrito con rigor académico, eso pocas veces lo explican, por lo que con este texto pretendemos coadyuvar a desarrollar esta parte, por lo tanto comenzaremos este trabajo expresando que:

El ensayo surge en el renacimiento, periodo en el que se vienen abajo las verdades absolutas de aquella época –edad media- y surgen lo que se conoce como las ideas relativas. Es considerado como un género híbrido entre la ciencia y el arte. Michael de Montaigne es considerado como el iniciador del ensayo no sólo porque bautiza a sus textos, y con ellos al género, con ese nombre, sino porque durante un largo periodo los que practicaron el género imitaron el carácter de reflexión moral de sus escritos.

El ensayo ha evolucionado de tal forma que en la actualidad es entendido este género no sólo como una reflexión moral y un ejercicio literario, sino con frecuencia como un ensayo especializado, lo anterior en base a la gran determinación en diversos tópicos. La complejidad del conocimiento contemporáneo lleva al ensayo a que, a pesar de que se aborde una especialidad, tienda, al escribir, no a la especialización sino a la integración. Lo anterior, lo hace un género idóneo para temas interdisciplinarios.

Una de sus características es que se apoya en el punto de vista del que escribe, es una forma libre, se rebela contra todos los dogmas; como pensamiento asistemático, se contrapone a lo rígido o establecido, aquí es donde se vuelve polémico y por demás interesante. En esta forma de expresión se piensa en voz alta, caben las dudas, los comentarios, lo que está al margen, rescata lo efímero; por lo anterior está expuesto al error y a la parcialidad. Nunca es exhaustivo, es más bien un género persuasivo porque trata de convencer al destinatario, puesto que, simplemente, se sostiene un punto de vista.

Su carácter libre y abierto no supone ni superficialidad ni falta de rigor, el ensayista fija los límites del tema a su gusto e incluso vierte su opinión personal, pero una vez establecidos los límites y expuestas las primeras definiciones, el rigor radica en respetarlos. Por otra parte, Theodor W. Adorno, acentúa que el ensayo, además del conocimiento que lo acercaría a la ciencia, debe tener, y ésta es otra de sus características, una altura estética, es decir una voluntad de estilo. El ensayo, si bien lleva un carácter artístico, debe y tiene que sustentar su validez confrontándose con otros textos que toquen la misma temática y con la propia realidad.

A manera de conclusión parcial podemos expresar que el ensayo requiere de información, de procesar esa información y, de expresarla en forma de análisis, y no únicamente transcribir información relacionada con el tema motivo de estudio, extraída de algún texto previamente escrito; lo anterior, nos lleva al plagio. La información escrita en este género requiere de una cierta belleza, por expresarlo de alguna manera, requiere del arte de escribir, y porque no, de jugar con las palabras, con el único fin de expresar por escrito nuestra peculiar forma de pensar.

¿Qué necesitamos para desarrollar un ensayo sin perdernos del tema central?

Pensamos que es importante conocer algunas formas del proceso de pensamiento en algunas culturas. La importancia radica en comprender los procesos mentales al expresarnos, bien sea de forma oral o escrita, para tener en mente, de manera consciente, que debemos evitar mezclar ideas y así perdernos en el contexto del trabajo y dejar las ideas inconclusas, o caer en la digresión.

En un estudio realizado por el antropólogo de nacionalidad estadounidense, Robert Kaplan, se hizo una representación gráfica de la forma de pensar en diferentes culturas, habiéndose determinado tres estilos fundamentales de pensamiento: el inglés, el romántico y el oriental (véase figura No. Uno).

Figura Uno. Representación gráfica de la forma de pensar de la cultura Inglesa, Romántica y Oriental.

En la figura Uno, observamos como el pensamiento inglés está representado por una línea recta, la idea-guía siempre se tiene presente, todo termina en ella. Las lenguas románticas, entre ellas el español, están caracterizadas por la digresión; la idea principal que se quiere demostrar a veces es dejada del lado para desarrollar otras ideas relacionadas con ella sólo en forma marginal. Este estilo está simbolizado por una línea quebrada que se dirige con trabajo y lentitud hacia su meta indicada por la flecha. El estilo de lenguas orientales está representado por una espiral que se va aproximando a través de círculos cada vez más estrechos al problema que está en el corazón; el argumento central es tomado a la larga, pero jamás ningún argumento es extraño al problema. El argumento central emerge de forma cada vez más evidente a medida que se avanza en el texto.

Sin meternos más a fondo está sencilla esquematización nos permite darnos cuenta, del porque cuando nos comunicamos ya sea de manera oral o a través de la palabra escrita, muchas veces no concretamos nuestras ideas y, terminamos desviándonos del tema, o en el peor de los casos, perdiéndonos.

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