REFLEXION SOBRE LA FORMA EN QUE SE RELACIONAN LA EVALUACION INTERNA Y EXTERNA DE LOS CENTROS ESCOLARES

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REFLEXION SOBRE LA FORMA EN QUE SE RELACIONAN LA EVALUACION INTERNA Y EXTERNA DE LOS CENTROS ESCOLARES.[pic 2]

      La evaluación permanente debería ser una de las principales preocupaciones de cualquier institución educativa. Si la evaluación es entendida como la comparación de las características de la escuela con estándares de calidad establecidos, entonces los resultados de la misma deben regir el funcionamiento de los centros educativos. El problema principal radica en que no están claramente establecidos los estándares de calidad a los que hacía mención anteriormente.

      Aunque aún hay muchos aspectos que mejorar en relación a este tema, también es cierto que se han tenido algunos avances. Anteriormente, la evaluación de los centros escolares sólo era obligatoria para las escuelas beneficiadas con algún programa federal, como Escuelas de Calidad; y para las instituciones restantes, someterse a autoevaluación (evaluación que realizan los propios actores de una escuela sobre el funcionamiento general de la misma: docentes, director, alumnos, etc.), era un proceso voluntario.

Se creó un Sistema de Autoevaluación que medía aspectos como: Recursos, Liderazgo, Planeación, Información y conocimiento, Personal, Procesos, Responsabilidad Social y Competitividad; así mismo se establecieron Estándares de Gestión que evalúa cuatro áreas de la escuela: Pedagógica-curricular, Organizativa, Administrativa y Participación Social. Estos dos mecanismos dan la pauta para centrar el proceso de autoevaluación en la dirección correcta, sin embargo, aún seguía siendo un proceso voluntario.

      Bajo la misma línea, los resultados de las evaluaciones externas - entendida como la evaluación que realizan personas ajenas a la institución educativa: supervisores, INEE, PLANEA -  tampoco apoyan de manera pertinente a la mejora de las escuelas. Las pruebas nacionales e internacionales no toman en cuenta el contexto en el que está inmerso cada escuela, por lo que las comparaciones entre dos instituciones con contextos totalmente diferentes no dan muestra de la realidad de cada una.

Surgen diversos efectos con los resultados de las evaluaciones externas; uno de ellos es que los maestros enfocan su práctica en apoyar o preparar a los alumnos a contestar dichos exámenes, dejando de lado aspectos importantes de la educación. Otro efecto es que se logra etiquetar como una “mala” o “regular” escuela, porque según estas pruebas ninguna escuela en México  es “buena”.

      Así pues, aún con éstas y otras muchas problemáticas, lo que está fuera de discusión es la necesidad que tienen las escuelas de utilizar adecuadamente los resultados de la autoevaluación y de la evaluación externa  para mejorar los resultados educativos de los alumnos: fin último de cualquier evaluación.

      Actualmente, y hablando específicamente de mi zona escolar, todas la escuelas realizan su autoevaluación o evaluación diagnóstica al inicio del ciclo escolar, en las sesiones de la Fase Intensiva de Consejo Técnico Escolar. Un gran avance es que se definieron las cuatro áreas en las cuáles centrar esta autoevaluación, y las definieron como Prioridades Educativas: Normalidad Mínima, Mejora de los Aprendizajes, Rezago Educativo y Convivencia Escolar. Además se diseñaron una serie de indicadores en cada prioridad para guiar la evaluación.

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