RESPONSABILIDAD
Enviado por anc93 • 16 de Diciembre de 2013 • Tesis • 1.722 Palabras (7 Páginas) • 206 Visitas
RESPONSABILIDAD
Un niño en edad preescolar no tiene la capacidad de centrarse en la bondad o comprender su rol en la familia y, menos aún, su rol en la sociedad (sí sabe, sin embargo, ¡que es el centro del universo!). Tampoco está preparado para tareas complejas ni para marcarse su propia rutina. Pero quiere estar tan ocupado y parecer tan importante como tú. Así que tómatelo a bien si tu pequeño siempre está por medio cuando intentas hacer cosas. Su deseo de ayudar establece buenos cimientos para convertirlo en un adolescente y en adulto responsable más tarde.
Una tarea a su medida
Tu hijo puede ayudarte a decorar la casa para una fiesta.
Escoge tareas apropiadas para su edad. Las tareas que son demasiado difíciles lo abrumarán. Se sentirá agobiado si le pides que “ordene su dormitorio”, algo que seguramente a ti también te resulta abrumador. “Por favor, pon tus zapatos en el armario”, es más sencillo. Te sorprenderá el orgullo y la confianza en sí mismo que obtiene al realizar estas simples tareas.
Sé un buen ejemplo. La mejor (y seguramente más difícil) manera de enseñarle a ser responsable es ser un buen modelo para él. Pon siempre tus llaves en el mismo sitio, en lugar de dejarlas sobre la mesa del comedor. Ordena tus revistas en lugar de dejarlas tiradas en el sofá. Entonces, cuando des a tu hijo sus pequeñas tareas, muéstrale exactamente cómo hacerlas. Decirle: “Es hora de poner la mesa”, tiene menos sentido para él que una demostración de cómo hacerlo, como: “Mira, se pone un plato delante de cada silla y las servilletas se ponen así, ¿quieres ayudarme a hacerlo?”. Si encuentras que pasas demasiado tiempo demostrando a tu hijo cómo realizar una tarea, seguramente es demasiado compleja para él.
Lo primero es lo primero. Tu hijo a esta edad no es demasiado pequeño para aprender que hay que trabajar antes de jugar. Entenderá el mensaje cuando le digas: “Sí quiero llevarte al parque, pero primero tenemos que recoger la mesa”. Díselo en tono amable y admite que tú también prefieres las cosas entretenidas; entonces comprenderá que no estás siendo mandona, sino que sólo esperas que se comporte de manera responsable.
Convierte la tarea en un juego. Todos disfrutamos más de las tareas cuando son ocasiones entretenidas y sociales. A tu hijo le hace feliz pasar tiempo contigo y no considera que vaciar la secadora sea una tarea. Le resulta divertido sacar la ropa calentita de la secadora y ponerla en una cesta. Pon música y baila con él mientras limpian el polvo, o hagan carreras para ver quién guarda más bloques de construcción.
Establece una rutina. Tu hijo aprenderá hábitos de responsabilidad con mayor facilidad si estableces una rutina desde el principio. Enséñale a guardar la ropa sucia en el lavadero y a guardar sus juguetes después del baño. Aprenderá que las tareas forman parte del día a día, y no son sólo algo que los adultos le obligan a hacer por capricho.
Exprésate de manera positiva. Aclárale que tu hogar tiene reglas que todos tienen que seguir, pero establécelas de manera positiva. En lugar de darle un ultimátum ("Si no haces esto, no te daré aquello"), adopta la actitud de "cuando hagas lo que tienes que hacer, entonces podrás hacer lo que quieres hacer". Si tu hijo dice: “Quiero una galleta”, responde diciendo: “Cuando te sientes a la mesa, podrás comer una galleta”. Decir "Si aseas tu habitación, te daré una recompensa” es un soborno para que tu hijo haga lo que debería ser un comportamiento normal, y además le da la opción de creer que puede vivir sin la recompensa, y así decidir no guardar sus juguetes.
Dale espacio. Para ahorrar tiempo y esfuerzo, quizá te veas tentada a agarrar su plato y llevarlo tú misma al lavaplatos. Intenta resistir esa tentación. En vez de eso, concéntrate más en los esfuerzos de tu hijo y no en sus logros. Es posible que no haga una tarea de manera perfecta, pero criticarlo o hacer tú sus tareas, sólo ahogará sus deseos de ayudar. Recuerda que con la práctica se mejora. Procura hacer sugerencias positivas: “Has limpiado tu plato muy bien, pero a mí me gusta poner los platos sucios en el lavaplatos y no en el armario”.
Prepárate para altibajos. Debido a su edad, tu hijo no puede hacerlo todo bien, siempre. Pero normalmente obtendrás mejores resultados cuando se dé cuenta de que hay un patrón. Procura no expresar enojo o desilusión si tiene un mal día. Sólo dile con tranquilidad: “Recuerda que siempre hay que guardar los juguetes cuando termines de jugar con ellos”.
Alábalo mucho. El refuerzo positivo enseñará a tu hijo que sus esfuerzos son importantes y que los aprecias. Sé específica cuando lo alabes: “Lo hiciste tan bien cuando pusiste la comida del perro en su plato”, en lugar de decir “¡Bien hecho!”. Cuando proceda, dile cómo sus esfuerzos han ayudado a los demás: “Ahora que has puesto las cucharas en la mesa podemos tomar la sopa. ¡Sentémonos!”.
ACTIVIDADES
1. Juega con el niño a ser responsable
El objetivo es lograr que los niños se sientan estimulados a actuar de manera responsable. Para ello, haremos juntos un cuadro de honor, le explicaremos que éste es un sito donde figurarán las tareas cumplidas con responsabilidad. Cada vez que las cumpla responsablemente haremos un dibujo para el cuadro de honor. Por ejemplo, le pediremos que ponga la mesa para comer y si cumple la tarea con responsabilidad haremos juntos
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