Resumen: La Carta a los ciegos
Enviado por motherfuckers • 11 de Junio de 2015 • Informe • 592 Palabras (3 Páginas) • 168 Visitas
Resumen: La Carta a los ciegos trata sobre la operación de una ciega congénita que sirve de excusa a Diderot para filosofar sobre "lo que vemos" con los ojos y con el tacto y "lo que es" mientras que en la Carta sobre los sordomudos a la par que analiza la adquisición del lenguaje, según sus palabras, "va dirigida indistintamente al gran número de quienes hablan sin escuchar y al pequeño número de los que saben hablar y escuchar, aunque mi carta sólo esté dirigida, propiamente, a estos últimos".
Opinión: Curioso libro de gran interés sobre todo para las personas relacionadas de alguna manera con aquellas afectas de trastornos sensoriales (discapacidad visual o auditiva).
Las descripciones que proporciona Diderot sobre la percepción que de la realidad tiene una persona ciega son brillantes, sus dificultades de orientación en el espacio, etc.
Es, sobre todo, un libro actual, no parece estar escrito hacia finales de 1740.
Algunos fragmentos:
A fuerza de estudiar, mediante el tacto, la disposición que exigimos entre las partes que componen un todo para calificarlo de hermoso, un ciego consigue hacer una justa aplicación de este término. Pero cuando dice esto es hermoso, él no juzga, simplemente aplica el juicio de los que ven: ¿y qué otra cosa hacen las tres cuartas partes de las personas que deciden sobre una obra de teatro, tras haberla visto u oído, o sobre un libro, tras haberlo leído? La belleza para un ciego no es más que una palabra, cuando está separada de la utilidad.
La dificultad que tienen los ciegos en encontrar cosas extraviadas les hace amigos del orden y me he dado cuenta de que los que están en su círculo familiar comparten esta cualidad, ya sea por el buen ejemplo que dan, o por un sentimiento de humanidad hacia ellos. ¡Qué desgraciados serían los ciegos sin las pequeñas atenciones de quienes les rodean!
Le pregunté sobre lo que entendía por espejo: «Una máquina –me respondió– que pone las cosas en relieve, lejos de sí mismas, si están convenientemente colocadas en relación con ella. Es como mi mano, a la que no tengo que colocar junto a un objeto para sentirla»
¿Qué creéis que son los ojos?, le dijo el señor de… «Es –le respondió el ciego– un órgano en el que el aire actúa como el bastón sobre mi mano.» … «Esto es tan cierto –prosiguió el ciego– que cuando coloco mi mano entre vuestros ojos y un objeto, mi mano os es presente, y el objeto ausente. Lo mismo ocurre cuando busco algo con mi bastón y encuentro otra cosa».
A alguien se le ocurrió preguntarle si le gustaría tener vista: «Si la curiosidad no me dominase –dijo– preferiría tener unos brazos muy largos; me parece que mis manos me enseñarían mejor lo que pasa en la luna que vuestros ojos o vuestros telescopios; además
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