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Resumen de didáctica y curriculum


Enviado por   •  16 de Octubre de 2015  •  Apuntes  •  1.956 Palabras (8 Páginas)  •  259 Visitas

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Resumen de didáctica y curriculum

Formas de nominación escolar: las categorías de alumno pobre y de alumno inteligente

Las formas de nominación escolar

  • Son producto de un proceso socio –histórico
  • Las distinciones que se les establece a los alumnos, no son exclusivas de la escuela  
  • Al alumno se le designa el nombre propio de “pobre”.  Esto se visibiliza en sus condiciones sociales: La categoría de beneficiarios (planes), representaciones simbólicas del pobre.

Erving Goffman afirma que:

  • Las sociedades han establecido distintos mecanismos a través de los cuales se categoriza a las personas.
  • Un atributo se traduce en un estigma, cuando produce un gran descrédito. A quien se lo estigma tratará de esconderlo por ser vergonzante y puede sucedes que lo visibilice aún más.
  • La estigmatización es: la superioridad o inferioridad de las personas. Es algo indeseable y se refuerza cuando los atributos asignados se consideran NATURALES, NORMALES.

Quién es estigmatizado asume:

  • Como propios los atributos dados.
  • Debido a juicios, conoce sus límites y posibilidades.

La escuela debe:

  • Confrontar supuestos y creencias de los individuos
  • En contextos de exclusión debe estar alerta de los mecanismos de estigmatización.

La pobreza individualizada e individualizante no es propia de la condición socio-histórica sino como término de la relación con la escuela y constitutivo de su personalidad social.

ALUMNO POBRE – ALUMNO INTELIGENTE: la primera hipótesis refiere a la división de los estudiantes (entre pobres y no pobres) que refuerza las oposiciones equivalentes a las clasificaciones sociales. Reúne a los “iguales”, opone a los “otros”.

El alumno pobre se instituye como una identidad socialmente asignada, ser pobre es una cualidad relevante. La escuela debe comprender a los sujetos sin estigmatizarlos, la pobreza como condición de entrada del alumno, y que la desigualdad existe. Debemos asumir que la pobreza no cristalice la condición estudiantil, no es condición propia del alumno y no forma parte de su naturaleza humana por lo tanto, tampoco marca un destino inevitable.

Otro parámetro de investigación en relación a la inteligencia, asocia a la pobreza con falta de inteligencia. La inteligencia es concebida como medida objetiva y absoluta.

Los veredictos escolares no condenatorios: ayudando a superar la internalización de las categorías del fracaso.

 No todas las instituciones ni todos los docentes se posicionan del mismo modo frente a los condicionamientos adversos de los alumnos

Dos posicionamientos de los docentes:

  • Para unos, la pobreza del alumno puede transformarse en un atributo estigmatizante, es decir, negativo, vergonzante;
  • Para otros, la pobreza material de los alumnos representa un desafío o una oportunidad de que la escuela pueda torcer los destinos que se presentan en apariencia inevitables.

Las escuelas representan un modo de confirmación o de reproducción de los limitantes externos que tiñen la experiencia social de los alumnos; en otros casos, la escuela abre un horizonte simbólico que tensa el punto de partida desigual con el que los niños y jóvenes habitan el sistema escolar y configuran sus experiencias y trayectorias. La escuela es la institución que precisamente tiene su apuesta en un futuro distinto que, al mismo tiempo, debe ayudar a construir. Allí donde no parece haber porvenir, la escuela tiene que delinear un futuro, una representación de otro futuro posible.

El docente carga especialmente sobre sus espaldas la responsabilidad social de paliar el sufrimiento social de los alumnos, sin haber sido preparados para esto y sin saberes específicos. Es necesario que los docentes aprendan a conocer a sus alumnos en sus identidades y constricciones materiales y culturales, sin prejuzgarlos, sin condenarlos de antemano; y estar así en mejores condiciones pedagógicas para interactuar con ellos, esto requiere de un proceso de aprendizaje permanente por parte de los actores de la cotidianeidad escolar. Conocer las formas del capital cultural de origen de los alumnos, llegar a comprenderlas. Comprender a los estudiantes significa ampliar el conocimiento que se tiene de ellos.

Esta forma de interpretar las identidades culturales de los estudiantes implica un saber ponerse en el lugar del otro. El desafío de la escuela por conocer las condiciones socioculturales de los estudiantes no debe conducir a realizar un diagnóstico sociocultural condenatorio y definitivo de los estudiantes la escuela puede constituirse en un espacio con la capacidad de torcer destinos que se presentan como inevitables.

Es necesario reparar en aquellos mecanismos que impregnan las prácticas y representaciones sociales y escolares de los alumnos y de los docentes: la naturalización de las diferencias de capital cultural, los mecanismos de estigmatización, las concepciones acerca de la inteligencia, que repercuten en la imagen de sí mismos que estos tienen, interiorizando así juicios de valor que pueden abrir o cerrar las posibilidades de experiencias educativas y sociales de carácter democratizador.

La institución escolar en general y el docente en particular constituyen figuras centrales en las auto-imágenes que fabrican los estudiantes y en los sentidos que va adquiriendo para ellos su escolarización. Estos “otros” devuelven al niño y al joven una imagen en espejo donde mirarse.

La escuela, por sí sola, no puede transformar las determinaciones estructurales y materiales de vida que condicionan a las trayectorias de los estudiantes, pero sí está en condiciones de instrumentar subjetivamente a los mismos en lo que se refiere a su propia valía social y escolar. Los límites objetivos y las esperanzas subjetivas se tensionan en las escuelas democráticas. Y en esta tensión el docente individual y colectivo tiene su mayor potencial de transformación. Lo inevitable se torna, entonces, probable. Se abre la posibilidad de que otro destino se produzca. La confianza hacia los estudiantes es un recurso altamente confiable. Pensar las posibilidades que tiene la escuela a fin de convertirse en un espacio de inclusión para todos y todas nos sitúa ante numerosos desafíos.

Recopilación de Instrumentos de Evaluación.

Las instancias verbales pueden ser: orales o escritas.

Las orales se evalúa a través del lenguaje hablado, permiten indagar en forma inmediata y directa en aspectos conceptuales procedimentales y actitudinales, el alumno manifiesta la organización de la información, el uso del vocabulario, su capacidad de síntesis y análisis. Se clasifican en:

  • Exposición: exposición autónoma de un tema (determinación del contenido por parte del docente, con posibilidad de preparación previa); elección del tema por el alumno.
  • Debate: pequeño grupo, gran grupo.
  • Entrevista: permiten indagar sobre lo que sabe, piensa, quiere o siente el alumno, puede realzarse en forma individual, grupal o todo el cuso.

Tipos de entrevistas:

  • Informales: el alumno interactúa verbalmente con el docente por iniciativa de uno o de otro.
  • Grupales: el conjunto de los alumnos dialoga con el docente bajo la dirección de este.
  • Dirigidas: el docente dirige la conversación y busca determinados contenidos para indagar en las respuestas del alumno.
  • Semiestructurada: la intencionalidad de la entrevista exige que el docente prepare unas cuestiones previas, pero seguramente las exigencias de la espontaneidad y de la que el alumno y la situación impongan.

Las escritas exigen al alumno una respuesta por escrito ante una base de indagación que va de lo inestructurado a lo altamente estructurado. Evalua las producciones escritas sin la presencia del autor. El alumno manifiesta aprendizajes conceptuales, procedimentales y actitudinales. se clasifican en:

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